Capítulo V: Trama

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__ ¿Un Dios?, Un Dios, ¿Qué es eso?, ¿Qué es un Dios? – Una imagen borrosa se presenta delante de Seiya: Se observaba a él parado, afrontando una presencia amenazante - ¡¿Qué es un Dios?!

De pronto, sólo veía fuego. Seiya gritó por la impresión de su sueño, cuando se tranquilizó, miró el hermoso cielo por la ventana. Se cambió las ropas y salió de su habitación. Pero en al costado de la puerta, apoyado en la pared estaba Makoto.

__ ¿Tuviste una pesadilla? – Seiya iba a contestarle pero el joven lo interrumpió. – Necesito que me acompañes a un lugar, ahí recordarás algo de tu vida pasada.

El chico se fue y Seiya decidió seguirlo. Caminaron unos cuantos kilómetros en silencio, mientras el castaño miraba el piso y Makoto tenía sus manos en los bolsillos.

__ Yo te conocí cuando era un pequeño niño. Te admiraba muchísimo. – Seiya levantó la mirada sorprendido. – Tanto que decidí seguir tu rumbo.

__ ¿¡Pero qué dices!? – el castaño corrió hasta quedar delante del joven. – ¡Si yo era una mala persona, asesiné gente!

__ ¿Eso te han dicho, Seiya? – el caballero de Pegaso lo miró con incertidumbre. – O es lo que ellos quieren que creas.

__ ¿Ellos?

__ Los que no quieren que vuelvas a tu vida pasada.

-

Shun, Shiryu y Hyoga estaban entrenando a unos adolescentes, dejando todo listo para poder ir a Japón en búsqueda de su amigo. El dragón daba unas lecciones de rapidez a su aprendiz.

__ Haret, ahora eres capaz de alcanzar la velocidad digna para portar la armadura.

__ ¿Eso quiere decir?

__ Exactamente. La armadura de jirafa es tuya.

__ ¡Gracias maestro Shiryu!

__ De nada, tienes que recordar que el honor es lo más importante y tienes que actuar por la justicia, como un caballero de Atenea.

__ Lo haré, lo juro. – el niño de 15 años se fue con su armadura.

__ Crecen rápido, ¿verdad Shiryu? – se paró Hyoga a su costado.

__ Sí, estoy muy orgulloso de él. ¿Cómo está tu aprendiz?

__ Pues, estaba más avanzado que el tuyo cuando lo adopté, en estos dos años ya está hecho un hombre.

__ Fye, de los perros de caza. ¿Verdad?

__ Sí, es increíble. Sólo con 17 años, su velocidad de ataque es superior a la de que un día fue su antecesor.

__ Y superará la tuya, ¿No Hyoga?

__ Ya lo creo. – Ambos rieron.

Por otro lado estaba Shun enseñando lecciones de moral a su aprendiz, quien tomaría la armadura de quien fue su maestro.

__ Valentín, recuerda que defenderás a los débiles, no lastimes si no es necesario.

__ ¡Lo entiendo! – Shun suspiró. - ¿Qué pasa maestro?

__ Me acuerdo cuando tenía tu edad, me alegra realmente hacer tu entrenamiento. Pues yo conocí a tu antecesor y él me enseñó todo lo que sé.

Saint Seiya I. La Saga de HefestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora