Aquellas presencias malignas se hicieron más fuerte con el pasar de los años, ya no las puedo pasar por alto, ya que temo que les causen tragedias a los mortales.
Cómo han pasado los milenios desde que reencarne, antes no podía aceptar el hecho de que había reencarnado en un Árbol y mucho menos en una Diosa, pero ahora lo acepto sin olvidar mi origen como humana, no he abandonado por completo mi antiguo nombre de Dharia, pero ahora puedo responder y presentarme a mi misma como Tindharia.
-Mi Diosa- me llama uno de los monstruos.
-Lo se, voy a ir al mundo de los mortales- les digo a todos.
-¿Estas segura? Mi Diosa- me dice uno de mis compañeros.
-Es mi deber proteger a los mortales, esas presencias ya son peligro, no voy a permitir que ellos les causen problemas al resto- les digo ya más determinada.
-Esta bien, Mi Diosa- me responde mi compañero.
Miro al cielo, eso es algo que en todos los mundos es igual, el cielo, por lo cual sonrió y comienzo a manifestar mi magia para ir al Mundo Mortal, es hora de que yo, la Diosa Tindharia, haga su aparición.
Creo un portal, no se a que continente iré, pero esas presencias....No....Monstruos, los encerrare, no los puedo eliminar no hay bien si no hay mal, esos Monstruos son los que conmigo crean y mantienen el Equilibrio.
Esta es mi primera vez que voy al Mundo Mortal, también encerrar a esas cosas será mi primera misión real como la Diosa de este mundo.....Espero no meterme en problemas, que los mortales sepan de qué yo, Dharia....No.... Tindharia, estoy allí para protegerlos.
Entro al portal, es hora de comenzar a trabajar.
Lo primero que veo al salir del portal, es un paisaje desértico, apenas hay cactus y una que otra hierba que puede crearse por el calor, Miles de cadáveres alrededor, la arena está teñida de sangre....La presencia maligna se siente en una ruta, que si la sigo, seguramente llegare a un lugar lleno de fuego.
No dudo y comienzo a caminar, a pesar de que estoy muerta de miedo, tengo que proteger a los mortales, yo ya no soy una Humana, y a pesar de que no puedo aceptar totalmente el hecho de que soy una Diosa, voy a poner primero mis emociones como Humana en esta ocasión y no mucho mi deber....Yo protegeré a los seres vivos porque puedo protegerlos, no dejaré que tengan una muerte tan patética como la mía en mi vida pasada.
El calor es abrumador, pero no me afecta mucho, quizás es debido a que soy un ser Divino, creo, siendo yo misma un Árbol en el Continente Escondido, puedo sentir el calor y el frío, además de la relajante lluvia y como mis raíces absorben los nutrientes y minerales que necesito para seguir creciendo, pero ahora mismo, el calor es totalmente seco, no se siente ni una brisa fresca, solo brisas calientes que si fuera un ser Mortal, me afectarían porque me quemaría la piel por lo caliente que está.
Estoy segura que tendré que pelear, lo siento, que esa criatura maligna ya me está haciendo una advertencia al hacer que todo se sienta mucho más caliente, me dice de esa forma que me aleje, que no permitirá que yo me acerque más.
Ignoro eso, monumentalmente, ese calor no me afecta, como la supuesta Diosa de este mundo, el calor y el frío en esta forma no me afecta, solo puedo pensar en cuidar y proteger a los mortales.
Cuando llegó al centro, de lo que parece ser una cárcel en el infierno, veo una criatura.
Un ser hecho con distintos tipos de fuegos, morado, rojo, azul y más, esa cosa me observa y sonrie de forma maligna.
-¡Veo que alguien por fin se atreve a desafiarme!- me dice el ser, siento como la temperatura aumenta, si un Mortal entra aquí, morirían con solo dar un paso.
-Vengo a encerrarte- le digo de manera indiferente.
-Muy atrevida de tu parte decir eso de manera tan indiferente, ¿Quién eres para decir esas palabras?- me habla esa cosa.
-Alguien cuyo deber es detenerte y cuidar a los Mortales- digo con determinación.
-¡Me detendrás tu a mí¡ ¡Al Dios Bestia del Fuego Pyre! ¡No lo podrás hacer!- Me dice, de paso se presento, ese idiota le falta un tornillo.
-Si lo podré hacer.....Ya que yo soy....¡Tindharia! ¡La Diosa de este Mundo! ¡Mi deber y obligación es cuidar y proteger a los mortales!- le digo, creando con mi Magia, una lanza.
La Lanza que cree con mi Magia, es dorada con una punta filoza y lo suficientemente fuerte como para cortar diamante, el diamante es la joya más dura conocida en mi antigua vida, por lo cual podré usar esta arma para luchar con Pyro, también en esta Lanza, tiene un poco de la madera de mi misma, muy poco, pero era una rama que se me cayó en uno de los inviernos que pase.
Comienzo a usar la Lanza, tengo miedo, mucho miedo, pero él tener miedo es algo bueno porque es exactamente eso, lo que me dará valor para continuar si lo sé usar.
El movimiento que hago es suave, como la brisa que suele acariciar mis hojas, no soy fuerte, de eso estoy conciente, es hora de que me demuestre a mi misma, de que soy capaz como una Diosa.
Pyre me ataca, pero se creó una pequeña barrera a mi alrededor, una que me defendía de todo, porque realmente este cuerpo que está manifestado es eso, una ilusión o una solides dependiendo de quién esté enfrente, si alguien realmente quiere dañarme, debe de lastimar a mi Árbol, solo así pueden dejarme herida.
Uso la Lanza, atacando de a poco los distintos tipos de fuegos, intentado eliminarlos, únicamente porque quiero atacar a su corazón....No se cuánto tiempo estuve atacando pero finalmente pude ver una piedra negra en su pecho.
El corazón de Pyre.
-¡Fuego que da vida y muerte! ¡Encierra al Dios Bestia Pyre¡ ¡Crea una piedra! ¡Una Piedra que lo mantenga sellado !- digo una vez que la Lanza está estancada en la piedra, sin romperla.
Mi Magia reacciona, Pyre comienza a gritar, mientras, de a poco, una enorme piedra comienza a formarse, de distintos colores pero mucho más sólida que cualquier cosa de este mundo, el primer Dios Bestia, queda encerrado.
Este es mi deber.
Cuidar y proteger a los mortales.
Salgo de dónde dejé a Pyre, ahora una piedra, para ver cómo humanos están en la entrada de la caverna.
Me ven a mí, que al parecer mi cuerpo se adaptó a lo que los mortales creen que soy, una mujer de extrema belleza, mi vestido blanco cae hasta los pies, mi pelo también es mucho más largo y mis ojos seguramente muestran sabiduría.
-La Diosa Tindharia- escucho murmurar a mi alrededor.
Solo sonrio.
-Todos está bien ahora- les digo a todos, para luego desaparecer.
No puedo quedarme mucho tiempo, otras nueve Bestias necesitan ser encerradas, no dejaré que ellos maten a más mortales....Este mundo es un recién nacido, todavía necesita muchas cosas por vivir.
Yo....Protegeré a los Mortales.....Ese es mi Deber.
ESTÁS LEYENDO
Soy un....¡¿Árbol!?
FantasiaPor ser una tonta y distraída,en la calle, por estar mirando el celular fui atropellada por un camión y por lógica termine muerta. Nunca creí en la reencarnación, pero cuando tome conciencia de todo, estaba en un lugar totalmente tranquilo y lleno d...
