El Deber de los Dioses

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Después de quedarme tranquila, después de golpear al Idiota, el viejo decrépito decidió explicarme cual era el deber de nosotros, los Dioses, ya que él se dió cuenta que este grupo de enfermos no se tomarán en serio la reunión, y yo como soy nueva, necesito una introducción de todo el sistema.

-Pequeña Tindharia, ya que has nacido hace no mucho tiempo, debes de estar confundida y curiosa ¿No es así?- me dice, mientras asintió en respuesta.

-Nosotros los Dioses nacimos desde tiempo inmemoriales, tanto que ya nadie sabe cuántos años tenemos, dado que tú eres una niña pequeña, en años de Dioses tienes 10 años, pero en el mundo Mortal, debes de tener tus cien mil años, una niña para nosotros, una verdadera Diosa para los Mortales- me explica.

-Como Dioses, podemos interactuar con los Mortales, pero eso ya es desicion de cada uno de nosotros, hay algunos de nosotros que ya han sido padres y madres de algunos Mortales, eso sí, siempre andan pendientes de sus descendientes, evitando que sus poderes causen algún mal- sigue la explicación el viejo decrépito.

-Tindharia, eres todavía muy joven pero ya te acostumbraras a tus deberes como Diosa- me dice.

-Se mis deberes, pero siendo sincera, lo que me impacta más es que este lugar este llenos de idiotas- le digo mientras esquivo una bola de fuego.

-La única que puede ser imprudente aquí eres tú, porque apenas eres una niña, pero al parecer eres una de las más maduras de aquí- me dice el viejo, con una enorme gota de sudor, mientras seguimos observando el caos que se genera.

¿Qué son estos tipos? Se supone que esto es una reunión de Dioses, pero hasta ahora, solo me han dado la impresión de que son unos Idiotas en vez de Dioses.

-Señor- lo llamo, quería decirle Viejo Decrépito, pero hasta ahora ha sido él único lo suficientemente amable para decirme que es lo que realmente está pasando.

-Dime Zeus, ya que ese es mi nombre- se presenta ante mí, el Viejo Decrépito.

-Señor Zeus, nosotros los Dioses y Diosas ¿Podemos aceptar a los reencarnados?- le pregunto, ahora más que curiosa.

Yo misma soy una reencarnada, pero en mi caso, creí que reencarne en un árbol, después me enteré que era una Diosa, así que ahora estoy más que curiosa en eso de la reencarnación.

-Cuando un Mortal muere, pero no han sido del todo felices en esa vidas se les da la posibilidad de reencarnar en otro cuerpo, pero en el caso de morir por un bien mayor, salvando una vida o sacrificándose sin pedir nada a cambio, se les da la posibilidad de reencarnar en una de las tantas dimensiones con la protección de uno de los Dioses y Diosas - me explica de a poco.

-Hay mortales que, debido a una conección por sueños con otro mortal de otra dimensión, pueden reencarnar en la dimensión de quién formó la conexión,- siguió explicándome.

-Todas las dimensiones compartimos el mismo ciclo de la reencarnación, todos los Mortales reencarnan constantemente, no siempre en su misma dimension pero en otras....Son muy raros los casos en que el Mortal puede recordar su vida pasada- termino de explicarme el Señor Zeus.

Entonces, existe la posibilidad de que pueda ver a los imbéciles de los que fueron mis compañeros de clases en mi vida pasada, también a mi familia....Me alivia lo último, pero ya me está causando un enorme dolor de cabeza lo primero.

Espero sinceramente de que esos imbéciles no recuerden su vida pasada.

-Sigue velando por tus Mortales, Pequeña Tindharia, se nota de que serás una excelente Diosa a medida de que crezcas- me sonrió el Señor Zeus mientras acaricia mi cabeza.

El caos comenzó a disminuir, hasta que todos intentaban conocerme y decirme cuáles eran mis deberes como nueva Diosa.

Los ignoro, solo el Señor Zeus me dió una excelente buena impresión, de hecho puedo confirmar que el Ángel Idiota ya me cae mal por atacarme sin razón y luego creerse superior...Soy una niña, en comparación a los demás Dioses y Diosas, pero no soy estúpida, se que él no merece ni mi atención ni mi tiempo.

La reunión, por fin, termino, por lo cual puedo irme a mi casa tranquila.

-Tin no sé qué, ¡La próxima vez te haré morder el polvo! - me dice el intento de Ángel.

-Primero mi nombre es Tindharia, y segundo, no me interesa lo que hagas, si quieres morder tu trasero, bien por mi parte pero no me metas en tu estupidez- le digo antes de volver a casa.

Se notaba de que iba a quejarse, pero yo ya me había ido.

Al llegar, todo estaba tranquilo, me alegro de que nada este mal, me siento tranquila en una rama de mi cuerpo físico, disfrutando de las historias del viento.

Realmente no quiero volver a una Reunión de los Dioses, pero ya jodí, soy una Diosa y aunque no quiera, tendré que volver, solo tengo que tener más que un poco de paciencia, ya que esos Idiotas me dejaron con un enorme dolor de cabeza debido al caos que formaron.

La única cosa buena que puedo sacar de esta desastrosa reunión, es que aprendí que reencarne en una Diosa como reemplazo de una que causó mucho dolor, además de que aprendí de que el ciclo de la reencarnación es único en todas las dimensiones, existe la posibilidad de que pueda ver a los que fueron mis Padres.

Lo malo, es que realmente existe la posibilidad de ver a los imbéciles de los que fueron mis compañeros de clases en mi vida pasada, eran un verdadero dolor de cabeza al verlos todos los días, me desagradaban la mayoría, y los que no me caían mal, les era indiferente.

Tranquila Dharia, piensa que la vida de ellos para ti pasa en un suspiro, así que morirán antes de que se encuentren contigo.

El viento cuenta una nueva historia, al parecer abra una nueva guerra dentro de poco....No me interesa lo que hagan mis Mortales, así que veré que trae está guerra, no creo que sea tan terrible.

De todas formas, es decisión mía si me involucro o no con los Mortales, ese es uno de mis Deberes como una Diosa.

Soy un....¡¿Árbol!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora