Soy un....¡¿Árbol!?

Una historia que marca un Antes y un Después (2)

Khemia, el Reino que desarrollo la Alquimia y los primero invocadores en Arufia, un lugar pacifico y lleno de sonrisas, lo mas parecido que hubo, en ese momento, a una utopía.

La gente se preocupaba de todos, criaban animales y plantas, cuidaban desde un mendigo hasta los nobles primero pensaban en el bienestar de los otros en vez de ellos mismos, era conocido por tener grandes logros académicos y que estaban dispuestos a repartir el conocimiento porque según ellos : Toda sabiduría es buena y debe de repartirse para que se pueda aprender más y no se repitan errores que ya han pasado.

Los mejores Alquimistas en este Reino eran la Familia Real, formada por un Rey curioso y bondadoso, una Reina sabía y razonable, el Príncipe mayor que era un guerrero algo brusco pero gentil y la Princesa menor traviesa pero con una mente brillante para la alquimia.

Ellos gobernaban esa utopía, todos los amaban y ellos correspondían ese amor, cuidando y protegiendo, lo mejor que podían a todas las vidas que estaban en su Reino, desde los Humanos hasta los Manas que estaban bajo un contrato por los invocadores....Lo curioso de la Familia Real es que ninguno de ellos estaba involucrado con los Manas, sabían de su existencia pero, hasta ese momento, no había tenido contacto.

Un día, el Rey, fue de viaje por el Reino para saber en que podía ayudar, ya sea salvando vidas con medicinas creadas por la alquimia hasta intentar que se arreglaran sitios de peligro por inundaciones o terremotos, en ese viaje conoció a una niña con una extraña enfermedad, él logro salvarla con una poción que él hizo pero hubo una consecuencia que no pensó: Debido al medicamento, que le salvo la vida a la menor, logro otro efecto que fue que la esperanza de vida se acortara de manera radical.

La niña le aseguro al Rey que estaba bien, que ella siempre supo que iba a morir temprano, pero le agradeció por dejarla vivir, pero eso logro el efecto contrario en el monarca, hizo que se sintiera culpable y más decidido a lograr encontrar una manera para alargar la vida de la criatura.

El Rey volvió al palacio y se encerró en su taller, aprendiendo y experimentando, todo lo posible para ayudar a la niña que le acorto la vida por accidente.

Pasaron unos dos años hasta que un día, cuando el Príncipe Cordilux salió a cazar, hubo el primer contacto real entre los de la Realeza y los Manas.

Cordilux vio algo blanco y peludo volando, sin dudar, disparo a la criatura creyendo que era algún enemigo, pero a los minutos escucho los gritos escandalizados de una joven, fue por un accidente que los lazos de este Humano y de la inusual Mana se unieron, conociéndose entre si.

Mirai le grito al Príncipe enojada por lastimar al que ella llamaba ''Su bebé'' , en ese momento desconociendo la identidad de el chico enfrente de ella, pidiéndole que sanara al pequeño Mana del Alma, a pesar de que ella podía hacerlo, como era culpa del joven por lastimar a esa vida, él debía de sanarlo....Cordilux acepto porque realmente él empezó el accidente, eso si, al mirar a la chica él entendió que era una Mana y no solo eso, si no que también una de alto rango, una Mana de la Luz.

Ambos intercambiaron nombres, pero como ''Cordilux'' era complicado de decir para la Mana, ella termino dándole el apodo de ''Lux'',  al caminar al hogar del chico, al ver el castillo, ella entendió que él era el Príncipe de Khemia, estando bastante sorprendida...Mirai en raras ocasiones salía del hogar de los Manas, que era un Santuario, por lo que este era su primer encuentro oficial con los Humanos, era algo obvio que ella no supiera muchas cosas de ellos.

Desde entonces se formo una inusual amistad entre el Príncipe y la Mana, siendo él el racional y profesor para la joven y ella trayendo alegría y comodidad para el chico brusco, gracias a esa conexión que se formo, se volvió normal que la Mana fuera al castillo para pasar el rato con el Príncipe.