Soy un....¡¿Árbol!?

Paliza

-¡MALDITO ÁNGEL DE PACOTILLA!- grito con fuerza mientras varios Dioses y Diosas me sujetan.

Estoy bastante enojada, al punto, de que he logrado a asustar a varios de mis camaradas debido a la intensión asesina que ahora mismo estoy ejerciendo.

¿Qué pasa?, seguramente muchos de los Dioses y Diosas están preguntando.

El Ángel de Pacotilla intervino en mi Dimensión....Eso seria lo de menos, pero lo que hizo fue que a los que eran mis compañeros de clases en mi vida pasada, el desgraciado los hizo reencarnar, y al parecer se hizo pasar como el Dios de Arufia ¡Esa es la razón por la que ahora mismo quiero matarlo!

No me importa lo que pase en mi Dimensión, puedo ahora confirmar que no creo en el bien o en el mal, en ese sentido creo que entre todos los presentes, yo soy la Diosa Amoral, no me involucrare a menos que las cosas ya se hayan pasado de la raya.

El hecho de que sea Amoral no significa que no me preocupe de los Mortales que creen en mí y los que debo de proteger pero la otra cosa ya es meterte en mi territorio de trabajo y preocupación exclusivamente para joderme la vida.

-Solo te hice un regalo de bienvenida- comenta el maldito infeliz mientras mueve sus hombros con indiferencia.

Ese comentario me hizo enojar mas de lo que ya de por si estaba, la intensión asesina se hizo mucho mas fuerte y las venas que ya tenia hinchadas ahora están mucho peor.

-Tindharia ¿Qué paso exactamente?- finalmente Zeus a venido a preguntarme.

Vamos, respira para tranquilizarte un poco, no mates al Dios que te esta ayudando ahora mismo.

Entre respiraciones y las miradas llenas de intensión de matar al Ángel de Pacotilla, explico lo mejor que puedo a Zeus la razón de mi enojo.

-Déjame entender pequeña Tindharia, Neo decidió molestarte reencarnando a los que fueron tus compañeros de clases cuando eras humana, pero en distintas épocas, para que te vinieran a molestar...Y él ¿Dijo que era el Dios de Arufia?- pregunto lo último Zeus.

Solo puedo asentir mientras varios de los Dioses y Diosas, al comprender que mi enojo estaba justificado, dejaron de sujetarme dandome pase libre a hacer lo que se me diera la mas rotunda puta gana.

-¡ÁNGEL DE PACOTILLA HOY TE MUERES!- grito con todas mis fuerzas mientras con mis poderes manifiesto una metralleta.

En mi vida como mortal, era bastante buena con los juegos de disparo, la única forma de ganarme en ese tipo de juegos era en el momento en que no sabía como funcionaba el juego, porque una vez que aprendía fácilmente podría ganar debido a mi excelente punteria...No ayudaba de que ese tipo de video juegos eran lo mas rápido que tenia para descargar rabias.

-¡Zeus ayúdame!- grito el idiota mientras varios de nuestros compañeros y compañeras se apartaban para que pudiera apuntar mejor.

-Esta vez de lo mereces, si hay algo que a todos nos molesta y debes de saber de que es la regla no dicha entre nosotros, es que ninguno le ha quitado su lugar al Dios o Diosa dominante en una Dimensión, sobre todo si es por joderle la vida- explico Zeus con una enorme gota de sudor en la frente.

-Pequeña Tindharia, golpéalo con todas tus fuerzas o hasta que tu rabia este calmada un rato...No lo puedes matar, pero eso no significa que no puedas darle heridas que se tarden milenios en sanar- me aconsejo de manera tranquila una de las Diosas.

Golpearlo hasta que quede satisfecha...¡Que gran oferta!

Apuntando lo mejor que puedo y creando balas que que sean lo mas potentes posibles para dejar cicatrices o por lo menos que pueda romperle o triturar los huesos, veo a mi blanco como si fuera la única cosa que existe en este momento.