Soy un....¡¿Árbol!?

Una Reunión Inusual

Gritos de emoción, caras rojas y un caos que debo de considerar algo normal....Pero por donde lo vea no lo es.

Me llamaron a una Reunión de Dioses, o mejor dicho, las Diosas decidieron hacer una junta de chicas y ahora están todas como condenadas por saber las historias de amor y el caos que se genera en cada dimensión que manejan...Esta es la primera vez que solo tengo que soportar a las Diosas.

Soy la más joven de todas, así que todas quieren tratarme como una muñeca, en cuanto aparecí comenzó la tortura que no creí que volvería a pasar en esta nueva vida, es decir, me volví el maniquí para que vistieran.

Ropas...Miles de ropas de distintos estilos, tiempos, materiales y cosas que no me importan ni siquiera en esta vida, lo que suelo usar es solo un vestido blanco con pequeños detalles verdes y café y tiendo a estar descalza porque es relajante y no suelo salir mucho de mi hogar, las pocas veces que lo hago, intento ir disfrazada como una humana normal para no causar un caos.

-¡QUE LINDA!- grito una Diosa, creo que se llama Harmony, que estaba cerca mio mientras me abrazaba con todas sus fuerzas.

-¡No es justo! ¡Yo también quiero abrazar a la pequeña Tindharia!- fue el reclamo de otra deidad mientras sentía otro cuerpo aplastarme.

-¡QUITENSE DE ENCIMA ME ASFIXIAN!- intento exclamar pero no me dejan en paz.

¡Quiero crecer pronto! ¡Así ya no tendré que vivir este martirio! 

Las Diosas no me hacen caso y me siguen asfixiando sin tomar en cuenta mi opinión...¡Esto es lo malo de ser una niña! ¡Los Adultos no me hacen caso y me obligan a hacer cosas que no quiero hacer! 

-¡SE VE AUN MAS TIERNA!- gritan al unísono mientras siento un enorme dolor de cabeza

-¡Ahora toca que se vista con algo mas futurista! ¡Pongámosle ropa de mi Dimensión!- una condenada con voz peor que un megafono o una sirena de bomberos esta hablando

-¡Déjenme en paz!- les digo ya mas desanimada que enojada.

No puedo hacer nada, técnicamente hablando, soy la Diosa con menos poder y aun no entiendo muchas cosas, además como la mayoría de estas tontas ya han sido madres, seguramente me ven como una linda pequeña que necesita que la cuiden y protejan, a pesar, de que tengo una conocida enemistad con cierto Dios Bastardo.

La ropa que ahora me pusieron era una especie de vestido hasta las rodillas como si fueran pétalos de flores, bastante pesado, luces y lo que parecían tuercas e hilo hecho de acero, un color verde petróleo, los zapatos eran de plataforma e igual de raros que lo que traía puesto que eran incomodos junto a unos guantes que solo me dejan el pensamiento de como demonios la gente no se muere usando esta cosa en la Dimensión de aquella Diosa.

-Pesa mucho- digo bastante incomoda.

Mi ropa normal, o la que suelo manifestar, es un vestido blanco sencillo que tiende a macearse con el viento, así que otras ropas me resultan un tanto raras, además de las vestimentas que usamos nosotros los Dioses y Diosas están hechas con nuestro propio poder, así que es una parte de nosotros.

¡QUIERO IRME A CASA!

Con eso me refiero a mi Dimensión ¡No tengo tiempo para soportar semejante estupidez! ¡Prefiero tomar una siesta a tener que seguir de muñeca para estas tontas!

El caos sobre viene, no se como mierda algunas mujeres soportan esto, por mi parte detesto este tratamiento.

-¡ME VOY!- grito con todas mis fuerzas para devolverme a donde pertenezco.

Mas vale pedirle ayuda a Mors o a Zeus para que me quiten a estas bastardas de mi vista, o que las regañe para que no me llamen para algo tan inútil como esto...Prefiero perder mi tiempo mirando a mis Mortales que probándome ropa o que me asfixien.

Las Diosas están locas, quizás se deba por el instinto maternal que muchas poseen, creo que varias han sido Mamá por andar teniendo sexo como putas profesionales, pero buen punto que algunas representan a la lujuria y a la fertilidad así que eso es normal.

Ya volví a mi cuerpo físico así que voy a descansar un rato...Ojala que no me vengan a molestar pronto.