La Próxima Reina

Capítulo XXIX

           
Al regresar a mi alcoba por fin mi corazón se volvió a tranquilizar pero la sonrisa de mis labios seguirá ahí por un largo rato. A lo mejor el amor va a ser la clave para que nuestro reinado triunfe. Ahora todo mi futuro depende de que tanto los Reyes desean esta alianza. Holanda se ha visto muy interesada, no quiero ni siquiera considerarlo, pero puede ser la salvación de Suecia.

Camino hacia mi cama pero me llama la atención una carta había sido dejada sobre el escritorio. Busco algún sello real pero no encuentro ninguno. Nunca me había pasado.

Reina Alexandra:

No sé si esta carta le será entregada ya que supongo que tiene asuntos más importantes que esto, pero en verdad deseo que por primera vez sea más que solo una niña del pueblo. Mi nombre es Camile al igual que su madre, me nombraron en honor suyo. Siempre he querido ser como usted y sentir lo que se siente ser una reina. Mis padres me insisten que me olvide de eso ya que nunca va a pasar, tan solo tengo 6 años pero mi sueño siempre ha sido conocerla. Mis padres me advirtieron que no debería interrumpir en asuntos de la realeza pero desde hace mucho había querido hacer esto pero no encontraba la ocasión adecuada. Seguramente ya ha escuchado las noticias pero las huertas se han secado por el invierno y mi familia y yo hace varios días que no comemos más que un toso de pan. Le pido por favor que nos ayude con este problema porque no sé por cuánto tiempo vayamos a poder seguir así...

Con cariño, Camile Meyer

Una lágrima resbala por mi mejilla. A esto hemos llegado, a que una pequeña niña de 6 años pida mi ayuda... Ella no tiene idea de que estoy haciendo todo lo posible para que ese asunto se arregle lo antes posible. Pero ella como muchas otras personas pasará otra noche con el estómago vacío. Todo por culpa de Rusia.

Mañana tengo la respuesta de Rey Enrique pero si mi plan no funciona y no quieren apoyar a Suecia, entonces tendré que poner a mi lado mi corazón y aceptar a Christopher como mi prometido.

-No te preocupes Camile. La ayuda va en camino. De una u otra manera... -susurro leyendo una y otra vez las líneas de la carta.

*****

He sido convocada a la sala de tronos y aun no es medio día, eso puede ser o muy malo o muy bueno.

Me pongo un vestido morado, el color de la realeza, en este momento lo que me interesa es demostrar mi fortaleza y poder que tengo sobre ellos. Escojo mi corona dorada más grande que tengo con diamantes que sobresale de mi peinado, trenza de cascada.

-¿Crees que hayan aceptado?

-No lo sé, Leonor. Eso espero.

-No quiero irme de aquí... -sus ojos miran el piso con tristeza.

-Yo tampoco me quiero ir, pero no podemos dejar que nuestra gente se muera de hambre.

-No es justo –me voltea a ver con lágrimas en los ojos.

-Tienes razón, pero llevamos el deber en nuestras venas. Algún día me entenderás...

-Yo no quiero ser reina. –al parpadear unas finas lágrimas salen de sus ojos resbalándose lentamente por sus mejillas.

-Lo llevamos en las venas Leonor, te debes de casar con un Rey. Tienes que ver la realidad, hermana. Por más que lo desees, no vas a poder estar junto a Carlos.

-No voy a querer a nadie más.

-Eso decía yo... -hago una pausa pensando si decirle o no. Es mi hermana, no puedo ocultarle nada- Ayer besé a Fernando.