Capítulo IX

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(Foto: Leslie 7 años)

Todo el castillo está vuelto loco. Apenas hace un mes que llegamos y no podremos tener tiempo para hacer otra cosa más que esperar que llegue la Princesa Leslie de Escocia.

Mi madre y la Reina de Escocia son amigas desde que tienen 5 años y su hija es mi prima, familiar de parte de mi padre. Una prima de la que me acabo de enterar que existe, había escuchado sobre ella, pero nada sobre que éramos familia. Ahora es hora de comprometer a la Princesa así que mi madre ayudará a la Reina a buscar un Príncipe digno de su hija.

He oído sobre Leslie pero nunca la he visto en persona. Pero lo que se escucha por el castillo no son cosas malas, la mayoría dice que es una niña muy amable y amigable. Espero que sea cierto porque la vamos a tener por aquí dos semanas.

Leslie es considerada la Princesa más rica de todos los países de Europa. Escocia es de los reinos más fuertes y con uno de los mejores ejércitos. La Reina Marie ha mantenido el nombre de Escocia en lo alto, para Leslie será una gran carga y hacer que Escocia no pierda su prestigio.

-¿Cuántos años tiene? –Leonor pregunta.

-Creo que tiene 7 años. –le contesto mientras Duquesa me entrega la pelota.

Salimos hace unas horas para distraernos de todos los preparativos de la llegada de la Reina Marie y la Princesa Leslie. Nos sentamos en el suave pasto de los jardines del castillo y jugamos con Duquesa. Creo que es la más divertida de todas, solo va por la pelota y regresa pero con eso es feliz.

-Es menor que todas aquí, le podemos mandar... -les digo riendo.

-Nosotras no. –dice Isabel imitando un rostro triste- Somos damas.

-Yo tampoco... -reclama mi hermana.

-Que mal, en serio pensé que tenías 8. Mi error. –le digo bromeando.

-Espero que no sea de esas niñas mimadas y arrogantes. –remilga Cristy.

-Tendremos que lidiar con ella solo dos semanas. Podemos sobrevivir. –las animo y reímos.

-¿Saben cómo es? –pregunta Isabel tomando la pelota y lanzándola con fuerza haciendo que Duquesa salga corriendo.

-De hecho somos muy parecidas. –les digo y me miran sorprendidas.

-Resulta que somos primas. –termina Leonor.

-¿Primas? ¿Leslie y ustedes? –levanta una ceja Cristy.

-Nos acabamos de enterar. –les digo antes de que puedan decir otra cosa.

-Entonces, tiene el cabello café, ojos cafés, usa vestidos de seda y amigable... -Isabel dice como si hiciera una pregunta.

-Sí, casi. Solo que tiene los ojos de un café tan oscuro que parece negro. –les aclaro.

-Genial... vamos a tener un demonio en el castillo. –reímos juntas ante el comentario de Isabel.

-Otra de cabello café. –reniega Leonor.

-Son muy comunes. –dice Cristy riendo.

-¡Eso dolió! –le reclamo riendo.

-Presumida... -Leonor saca la lengua bromeando- Soy Cristy y soy especial porque soy rubia y sacudo mi cabello cada de un chico lindo me mira... -dice Leonor imitando una voz chillona burlándose de la voz de Cristy.

-¡Yo no hablo así!

-Tal vez exageró un poco. –le digo- Pero si sacudes tu cabello cada que pasa un chico.

-¡Dios son imposibles! –dice Cristy acostándose en el pasto mientras reímos.

El viento fresco se comienza a sentir conforme avanzan las horas. Mañana por la mañana está planeada la llegada de nuestras invitadas. No sé si es bueno o malo pero tengo un presentimiento, siento como si me presionaran el pecho y me cuesta trabajo respirar.

Me tranquilizo para no alarmar a mis amigas y menos a mi hermana.

Lo único que me queda es esperar y tener fe en que nada malo va a pasar.

-Es hora de irnos. –digo mirando el cielo oscuro- ¡Duquesa! –grito mientras la pequeña cachorra corre a mí.

Cada una se sube a su respectivo caballo. Duquesa siempre va a lado del caballo caminando apresurada con sus pequeñas patas. No corremos el caballo por Duquesa, caminamos lo más lento que podemos pero es tan pequeña que casi va corriendo.

Acaricio el pelaje oscuro de mi caballo conforme avanzamos, si pongo atención puedo sentir su respiración y el sonido que causa cuando sus pesuñas tocan el camino de rocas hacia el castillo. Bajo la mirada y la pequeña Duquesa camina moviendo su cola de un lado a otro.

Apenas hace un mes que no veo a Fernando y cada vez que la miro, lo recuerdo y me hace sentir que lo extraño. Cuando estaba en Rusia lo único que deseaba era volver a Suecia, una vez estando aquí, quiero regresar.

Mañana será el día en que conozca a la princesa que me enfrento. Ahora ya está anocheciendo y es peligroso seguir en el bosque. Mi madre nunca me quiso decir cuales eran los peligros, lo que más da más miedo aún.

****

Tuve un sueño muy raro, aunque solo me acuerdo de fracciones de él y lo que recuerdo es borroso.

Desperté esta mañana sudando y con la respiración agitada.

Una tormenta.

Espadas.

A lo lejos un llanto.

Un ataúd.

Esas son las imágenes que no puedo dejar de ver en mi mente. Trato de distraerme con otra cosa. Duquesa sube a mi cama de un salto y me alivio de tenerla. Acaricio su suave pelaje blanco y lo cepillo con mis dedos.

-Me estoy volviendo loca Duquesa.

-Más si estás hablando con un perro. –dice Cristy entrando a mi habitación.

-No estaba hablando con ella. –trato de negarlo pero me mira levantando una ceja.

-Lo que digas.

-No tardan en llegar las invitadas. –Isabel entra y veo un vestido en sus brazos.

-Nos tenemos que vestir, ya. –Leonor entra apresurada cerrando la puerta tras ella.

Escogemos los vestidos que nos queremos poner y la verdad es que no sé por qué me preocupo tanto por un vestido.

Siento cierta competencia entre nosotras ya que ella es la Princesa más conocida y respetada de Europa, ahora resulta que soy su prima. Tal vez solo son mis nervios pero en serio quiero ser mejor que ella.

Escojo el vestido rosa pálido con un estampado de flores plateado. Leonor lleva puesto un vestido azul cielo hasta la cintura y azul marino en la falda con holanes. Mientras tanto Isabel y Cristy llevan vestidos del mismo color, un hermoso verde esmeralda con sus respectivas tiaras de flores.

Decido ponerme una pequeña tiara plateada con diamantes en las puntas, solo para causar una buena primera impresión. Leonor se pone una tiara más pequeña que la mía con pequeñas incrustaciones de zafiros alrededor.

Nos damos una mirada rápida en el espejo de cuerpo completo y sonreímos.

-Nos vemos bien. –les digo sin dejar de mirar sus vestidos a través del espejo.

-¿Bien? Estamos geniales. –dice Cristy riendo.

-Estoy de acuerdo con ella. –Isabel da una vuelta haciendo que su vestido se eleve un poco.

-Demostremos quién manda en este lugar. –les digo mientras salimos de mi alcoba.

La Próxima ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora