Capítulo 21

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Las cosas salieron diferente a como lo planeamos.

Al entrar al castillo se llevaron a Marco y a mí me llevaron al salón del trono.

Toffee había estado siempre detrás de mí, luché por liberarme pero no conseguí nada.

Cuando llegamos Toffee hizo un par de movimientos con sus manos, entendí que eran ordenes a todos los guardas.

Seguí luchando por safarme del agarre.

-No es el modo de tratar a una invitada- dijo Toffee mientras todos en la sala salían. -Y menos si esta es una princesa.

Me soltaron y se marcharon, dejándonos solo a él y a mí en aquella habitación.

Escuché como cerraban las puertas.

Él se sentó en el trono -Así que princesa...

En el segundo que estuvimos solos saqué mi varita lista para atacar.

-¿Así que piensa atacarme? -preguntó serio.

Comenzó a ponerse de pie y lo seguí apuntando con la varita.

-Realmente crees que puedes destruirme con eso.

-No, se qué eres -le dijo. -Eres inmortal.

-Entonces no creo que necesites eso. -Yo seguía apuntando, no podía destruirlo, pero sí podía defenderme.

-Eres mi invitada, ¿por qué no hablamos? La última vez que estuviste aquí no pudimos hablar.

-No tenemos nada que hablar.

-Princesa, cometes los mismos errores que todos los de tu clase, todas las anteriores reinas hicieron los mismo que tú, se negaron a escuchar a su pueblo.

Yo iba a hablar pero no me lo permitió.

-Todos los mewmanos han despreciado por muchos tiempo a los mounstros, tu familia piensa que somos criaturas inferieres y que no merecemos ser considerados como parte de un pueblo, solo han aislado a todos los que son diferentes.

-Atacaste al reino...

-Ataqué a tu familia, debía recuperar lo que era mio.

-¿Querías el reino?

-Creo que nadie te habló de la historia de tu familia y como es que el reino se fundó.

-La primer reina con la magia de la varita ayudo a los guerreros... -comencé a hablar sobre lo que me había contado Marco.

-La primera reina desterró a todos los mounstros que habían estado en estas tierras mucho antes que tu especie, nos dejó sin tierras, sin comida y convenció a todos de solo eramos unas criaturas salvajes.

Él caminó a donde me encontraba.

-Por años tu familia luchó por mantenernos fuera, grandes batallas se llevaron a cabo. Incluso tu madre luchó. Ella trató de matarme. Pero solo pudo quitarme esto.

Toffee me mostró su mano, faltaba uno de sus dedos.

-Mi ejercito me abandonó y me desterraron como a todos los de mi especie. Nos dejaban pasar hambre mientras ustedes disfrutaban de sus baquetes en el castillo. Juré que recuperaría lo que me pertenecía.

-Espera, ¿haces todo esto por un dedo?

No me contestó.

-No lo entiendo.

-¿Sabes? No somos muy diferentes -comenzó a hablar -Todos tenemos algo porque luchar y convencemos a todos de que nuestra causa es la justa.

-El pueblo necesita ser libre de tu tiranía, pienso luchar por ello.

-No trates de metir delante de mí. Solo quieres terminar con esto para obtener tu libertad no la de los mewmanos.

-Yo...

-Tienes la esperanza de poder volver a la dimesión donde creciste oculta de estas responsabilidades. Porque no consideras poder ser la gobernanten que necesitan. Tienes miedo, estas asustada de ver como tus guerreros caen mientras no puedes hacer nada.

Sus palabras comenzaron a llenar mi cabeza y mis manos bajaron la varita un segundo.

-Aceptalo princesa, no puedes vencerme, no pudo hacerlo tu madre.

Cuando mencionó a mi madre algo se activó en mí y mi varita le apuntó de nuevo. -No puedo destruirte pero si a tu ejercito. No eres nadie sin tus guardias.

Me miró, sonrió y un escalofrío me recorrió.

-Es curioso que pienses así, ya que estamos solos justo ahora, nadie me ayuda y aún así no me has atacado.

Sus palabras volvieron a llenar mi cabeza.

-Aceptalo, no eres digna de ser una Butterfly. Deberías ahorar todo esto y retirar a tus hombres de mi entrada.

No pude evitar sorprenderme y él lo notó.

-Piensas que no sabía de tu plan. Quizas eres demasiado joven para esto. No eres la reina que Mewni merece, solo los llevaras a la ruina. Rindete y puede que te permita compartir celda con tus padres y quizá con Marco. Luego haré su juicio por traidor y quizá no necesites saber más de él.

Volvió al trono y yo bajé mi varita.

-Veo que eres más inteligente que tu madre y sabes cuando rendirte.

Aplaudió y las puertas se abrieron.

-Entrega tu varita. -demandó.

Caminé un poco lista para poner la varita sobre una mesa.

Toffee tenía razón, nunca sería la reina que Mewni merecía. Pero eso no iba impedir que fuera quien los apoyara en la batalla.
En un rápido movimiento lancé un hechizo directo a Toffee. Este lo tomó por sorpresa y lo lanzó al suelo.

Corrí para poder lanzar un ataque a los guardias que habían entrado a la habitación, derribándolos de esa forma.

Y salí de la habitación dando golpes y lanzando rayos de luz, hasta llegar a la puerta, lancé una hechizo de exploción y la puerta se destruyó dejando abierta la entra al castillo. Pude ver a Tom, Rhombulus y demás frente a los guerreros.

Y comenzaron a avanzar para entrar al castillo mientras los monstruos  trataban de atraparme.

Lancé varios golpes a uno que me sostenía y cuando creí que iba a perder este fue golpeando por una bola de fuego. Tom estaba justo destrás de mí.

A mi al rededor se escucha una verdadera batalla de golpes y Rhombulos cristalizando a todos.

Era su ejercito contra el nuestro.

Tom estaba disfrutando de todo aquello y yo lanzaba hechizos sin parar.

Cuando la situación se puso más pareja abandoné ese lugar para ir a donde debía estar.

El castillo era tan confuso.

-Star -escuché que alguien me llamó y me giré para ver a Marco, me alegré de verlo y corrí a abrazarlo.

-¿Estás bien? - preguntamos al unísono.

Él estaba algo lastimado.

-Estoy bien- me miró -Tenemos que irnos ahora.

Me tomó de la mano y comenzó a guiarme por los pasillos.

-No tenemos mucho tiempo.

-Lo sé.

Entonces llegamos a un enorme corredor.

-Es aquí -me indicó Marco. -¿Estás lista?

Asentí con la cabeza mientras apuntaba mi varita a la puerta.

Disparé un rayo de luz y la puerta cayó.

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