Epílogo

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-Star date prisa- Tom me decía mientras me esperaba afuera de mi habitación. Estaba muy nerviosa y no encontraba mi zapato.

-¡Por Mewni! ¿Dónde deje mi zapato?

Me lleve las manos a la cintura para darme cuenta que todo ese tiempo el zapato se encontraba en mi mano.

Bufe molesta, realmente estaba muy nerviosa. Me puse mi zapato y suspire cuando me di cuenta de lo que estaba por suceder, hoy sería coronada como la reina de Mewni.

Me di un último vistazo en el espejo, tenía un vestido creado especialmente para este día, era largo y pomposo de color azul, tenía detalles en un azul más claro y blancos, llevaba el cabello en ondas.

Sonreí a la mujer que siempre había deseado ser y que ahora era.

-Star, puedes darte prisa- Tom me gritó desde el pasillo -Tu madre debe estar enloqueciendo.

Sonreí a mi reflejó antes de salir. Todo en este día esta planeado para ser perfecto.

-Esta bien, podemos irnos ahora- le informe a Tom al salir.

Mi mejor amigo sólo pudo observarse muy sorprendido y me sonrió.

-Te ves bellísima Star.

Sus palabras era un gran alargó para mí.

-Gracias, tu también luces muy bien - comenté.

Los años le habían sentado muy bien a Tom. Ambos habíamos cambiado mucho desde que nos conocimos por primera vez, ahora él más alto, sus facciones se habían afiliado para darle ese toque masculino muy elegante, digno de un principe del inframundo.

Mientras caminamos en el pasillo hasta donde sería la celebración, deje mi mente divagar.

A veces aún me quedaba despierta por las noches pensando en el lugar donde crecí, la tierra. Mewni se convirtió en mi hogar y hora sería el Reino por el cual iba a gobernar.

-¿Te encuentras bien? -Tom me preguntó sacándome de mis pensamientos.

Asentí con la cabeza -Todo bien, sólo estoy algo nerviosa.

-No tanto como debe estar la reina Moon, te has demorado en salir.

-Lo siento- me disculpe mientras le regala una sonrisa a Tom.

Él me ofreció su brazo para comenzar a caminar por el pasillo hasta el salón donde sería mi coronación.

No dije nada durante el camino. No podía dejar de pensar en la tierra o más específicamente en alguien que habitaba aquel lugar.

-¿Me has escuchado? -Tom suspiro al notar por mi rostro sorprendido que no había puesto atención a lo que fuera que él estuviera contándome. -Aún sigues pensando en ello.

Que podía decir, Tom se convirtió en mi mejor amigo, era él único compañero que me escuchaba siempre que lo necesitaba.

Mis días como princesa habían terminado y todos estos años de muchas lecciones para ser la reina que el pueblo necesita, me mantuvieron ocupada.

Debía cumplir con mi tarea en este mundo, gobernar las mágicas tierras de Mewni. Pero algo no se sentía bien en mi interior.

Cuando entre en aquel lugar donde ya me esperaban todos, me sentí sofocado, necesitaba que aquello terminará o yo iba a desmayarme.

Mis padres me esperaban frente al trono.

Cuando di mi primer pasó tomada del brazo de Tom me di cuenta que no podría hacerlo, lleve mi mano a mi pecho, podía sentir como si algo estuviera mal, note entonces que las ventanas del lugar comenzaban a quebrarse listas para estallar.

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