STRAY KIDS ─ POPULAR

CATORCE

Justo en ese momento, quedaba menos de una semana—exactamente cinco días, contando aquel mismo—para la esperada fiesta.

Como por arte de magia, ahora todo el mundo hablaba de ella, y del ambiente que le rodeaba. Al parecer, a más de la mitad del instituto le preocupaba conseguir una entrada, o en su defecto, lograr entrar de alguna manera en esa fiesta durante la noche del sábado.

Pero, aunque estaba claro que allí habría mucha gente, ni la mitad de aquellos que anhelaban aquella tarjeta negra serían capaces de entrar.

E irónicamente, la preocupación principal de Changbin en ese preciso instante era no ser expulsado del club de baile.

Todo el asunto se remontaba a la primera hora de la mañana, cuando Jisung había insistido en que formar parte de un club era algo importante para estar integrado.

Desde luego, era mucho mejor pasar el tiempo libre con grupos grandes antes que pasear solitariamente por las esquinas con cara de amargado, cosa que Felix le atribuía a Changbin, el cual estaba completamente en contra.

De todas maneras, normalmente habría estado pasando el rato en el gimnasio del instituto, donde entrenaba el equipo de baloncesto, por lo que ahora no tenía nada mejor que hacer que perder su tiempo en otra cosa.

Lo malo era que a Changbin no se le daba especialmente bien llevar a cabo nuevas experiencias, y mucho menos acompañado de Felix, a quien al parecer era bueno en todo.

El chico se había ofrecido a acompañarlo y ambos decidieron probar suerte en varios lugares, como el club de audiovisuales o el de arte y tan sólo hicieron falta unas horas para que Changbin comprobase que Felix no tenia puntos debiles; de verdad él podría hacer cualquier cosa fácilmente.

Y por supuesto, el baile no era una excepción.

Felix se desenvolvía de perlas, como si hubiese pertenecido a ese club durante los pasados diez años, y recibía halagos del líder del lugar, quién le animaba a unirse.

No hacía falta decir que Changbin no recibió esa invitación. No es porque fuera malo, pero tampoco era una estrella del baile. Tampoco le importaba.

Changbin suspiró aliviado cuando salió de esa sala, y desde luego, no volvería a pasar por allí en un largo tiempo.

—¿Deberíamos probar suerte en otro sitio?—preguntó el chico de pecas, viendo la expresión negativa de Changbin.

—¿Acaso puedo negarme?—dijo éste, muy seguro de la respuesta que oiría.

—Si quieres, puedes hacerlo—respondió el otro, sorprendiéndole bastante.

—¿En serio?

—No.

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Los días se hacían eternos para Changbin, que deseaba que llegase el sábado de una vez por todas.

Sin embargo, fue el viernes, el día anterior, cuando la gente ya había empezado a sospechar que Changbin estaba fuera del equipo.

Nadie lo sabía con certeza, pero igualmente, aquel rumor se había extendido por los pasillos, como un suave susurro de proveniencia desconocida.

Pero, aunque le doliese admitirlo, aquello le resultó algo sospechoso a Changbin, especialmente por parte de los que antes habían sido sus amigos.

Con Woojin no había nada que hacer, pero sí con Minho y con Chan.

Sobre todo, Minho, quien el día anterior los había visto a él y a Jisung hablando animadamente mientras pasaban frente a la zona deportiva.
Changbin notó como la vista del otro chico se posó en ellos, pero no le dirigió la mirada.

Pese a todo, relmente, estaba seguro de que Minho nunca estaría celoso, solamente dolido. Todos sabían que el seguía queriendo a Jisung, aunque había dejado de intentar acercarse a él. Ahora, era como si ambos estuviesen en dos planetas distintos.

La mente de Changbin vagaba por aquellos pensamientos mientras Felix y él salían de otro club, otro más.

—No me lo puedo creer, pero juraría que ya hemos visto todos los clubs de todo el instituto... al menos deberían darnos un premio por participación o algo así. Un diez en matemáticas no estaría mal—dijo Felix, con voz asombrada. Luego se centró en el tema inicial—Entonces, ¿te convence alguno?

Pero, la cuestión no era esa, sino que si Changbin era apto para alguno.

Él no tenía muchos talentos naturales, en realidad, tenía que esforzarse más en cualquier cosa que quisiese hacer.

Esa era, precisamente, una inseguridad que le carcomía por dentro... aunque él siempre había fingido no notarlo.

Al menos hasta hacía unas semanas.

—No lo sé Felix... de todas formas, mañana es la fiesta, ¿no? Da igual, ya no necesito unirme a ningún club.

Pero, a estas alturas, para Felix no era difícil descifrar los pensamientos de Changbin y en el fondo de su ser realmente creía que el chico necesitaba un grupo y cuanto mas cercano, mejor. No se daría por vencido tan fácilmente.

—Ya veo, ya veo... eres una persona selectiva...—dijo pensativo Felix, ignorando sus palabras por completo—pero, no te procupes. Aún tengo un as bajo la manga.

Y ese as no era ni más ni menos que su amigo con aparato dental.