VEINTE

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Finalmente, estaban allí.
Estaban ante la última oportunidad de Changbin.

Ni siquiera hacía falta entrar a la fiesta para darse cuenta de que cumpliría las expectativas de cualquiera, y que toda la emoción de la semana anterior sería subsanada para quien tuviese el privilegio de entrar.

Como era de esperar, había buena música, buen ambiente, y estaba a rebosar de personas. Era ese tipo de fiestas en las que en cada rincón de la casa podrías encontrar a alguien, conocido o no.

Por su parte, Changbin no sabía si aquella era la casa real de Yugyeom, pero ésta era bastante grande; por lo que había oído tenía bastantes habitaciones en la planta de arriba, además de la zona baja y el jardín, que estaban cruzando en ese preciso instante.

Por supuesto, cuando llegaron a la puerta, las entradas sirvieron.
Recordó que aquello fue gracias a Minho, quien se las había conseguido, probablemente pidiéndoselas a Chan, que a su vez se las pediría a Bambam o directamente a Yugyeom.

—Vale, chicos, lo siento, pero yo me separo. He quedado con una chica por aquí—dijo Hyunjin cuando el cuarteto ya estaba en el centro de la sala de estar, aún buscando por dónde empezar.

El chico del lunar bajo el ojo, con una sonrisa, se despidió ondeando la mano mientras se mezclaba con la masa de personas que bailaban, las cuales provocarían que probablemente tardase un siglo en encontrase con quien tuviera que hacerlo.

E inmediatamente, en ese momento, Yugyeom apareció tras de ellos.

—Ey tíos,—saludó con una sonrisa—Channie me dijo que tal vez vendrías, Changbin. ¿Cuando habéis llegado?

Pese a su sonrisa agradable, normalmente, la altura de Yugyeom imponía un poco—y el único de ellos que remotamente podría hacerle frente era Hyunjin—pero en realidad, el chico era bastante simpático y amigable. Desde luego, era fácil cogerle confianza.

—Acabamos de llegar—contestó Changbin, chocando la mano derecha con él. Luego agarró a su amigo de pecas por los hombros, quien era el más desconcertado en la situación—por cierto, este es Felix. Hyunjin también ha venido con nosotros; ya sabes, el tío que estuvo saliendo con medio mundo. Y a Jisung creo que lo conoces.

Yugyeom asintió, mientras se reía y saludó a los otros dos.

Jisung y él no eran especialmente cercanos, pero sabían de la existencia del otro, cosa que facilitaba bastante la comunicación. Luego fue el turno de Felix.

—Oye, ¿eres extranjero?—le preguntó a Felix, deduciéndolo por el nombre. Cuando este asintió, Yugyeom señaló a dos chicos que vagaban por la casa, y dijo—oh, por aquí hay varios más. Si te los encuentras, te recomiendo hablar con Jackson. A veces se descontrola, pero es buen tío. Mark también, aunque puede que sea un poco calladito al principio.

Ante su presentació, Felix asintió, quedándose con los nombre y las caras de los chicos que acababa de mencionar.
Tal vez hablaría con ellos. Resultaría incómodo aparecer así como así, aunque ya se le ocurriría algo.

—Pero, si te da vergüenza, te los puedo presentar yo, chico—sugirió Yugyeom como leyéndole la mente; propuesta que Felix aceptó, encogiéndose de hombros.

Y como si fuese un déjà vu, así, sin más, se quedaron sólos Changbin y Jisung, parados en medio del lugar.

—¡Y divertíos!—gritó Yugyeom, con una sonrisa, mientras parte de su cuerpo sobresalía por entre las demás cabezas y guiaba a Felix a su lado.

Ambos rieron ante tal escena, y haciendo caso al anfitrión, decidieron que ya era hora de introducirse de lleno en la fiesta.

STRAY KIDS ─ POPULARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora