STRAY KIDS ─ POPULAR

UNO

Hubo un momento en el que Changbin estuvo en la cima.

Pese a lo dramática que pudiera sonar esa situación, la realidad es que cualquiera que estuviese dentro del equipo de baloncesto o de cualquier otro, gozaba de los privilegios que tenía la popularidad.

Sí, toda esa mierda, cómo las invitaciones a fiestas públicas y privadas o la preferencia a la hora de escoger la mejor parte del menú en el comedor. O el simple hecho de tener a esas personas, esas que se quedan mirándote por los pasillos, deseando ser tú o al menos llegar a ser tu amigo.

Todo eso, Changbin lo tenía.
Pero, desafortunadamente, había acabado tirándolo todo por la borda.

Y como todos saben, cuánto más alto estás, más dura es la caída.

Casi tan dura como el asiento de la silla en la que Changbin acababa de dejarse caer en aquel momento.
O tanto como el hecho de que, sus anteriormente llamados amigos, parecieran haberse olvidado su existencia.

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Al principio, notar que no había recibido ninguna señal de Minho hacia él en todo el día, no le había preocupado demasiado, ya que era consciente de que tal vez le estaba costando superar la ruptura con su pareja, aunque hacían ya más de seis meses.

Luego su mente viajó al recuerdo de lo que pasó semanas atrás, y pensó que desde ese día, no había vuelto a hablar con Chan o Woojin, ni cara a cara ni por teléfono.

Eso sí le resultó extraño, ya que sus dos amigos eran mucho más abiertos que él, por lo que lo normal era que ellos se acercasen a él, bromeando o contándole algo trivial de sus vidas. Sin embargo, habían estado en silencio en todo ese tiempo.

Pero, aun así, Changbin no pudo
imaginar, que cuando se decidió a volver a la mesa del comedor en la que siempre se había sentado rodeado de sus amigos, mayormente formada por compañeros del equipo de baloncesto y alguna que otra chica, su sitio ya no estuviese disponible.

Pese a que se percató desde lejos de que no había ni un asiento libre, se acercó, agarrando la bandeja entre sus delgadas manos. Conforme llegaba, pudo ver también las sonrisas de los que creía que eran sus amigos, hablando animadamente y por lo que parecía, sin echar de menos su presencia.

Fue en ese instante, en el que Changbin se dio cuenta de lo que ocurría, cuando pasó delante de la maldita mesa y nadie dirigió ni una sola mirada hacia él.

No oyó ninguna llamada de su nombre con las voces al unísono de Minho y Woojin, ni tampoco notó el brazo de Chan caer sobre sus hombros amigablemente.

No sintió nada.

Y entonces, Changbin, como si fuese un fantasma, siguió andando sin mirar a quienes había en la mesa que había dejado atrás.

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gracias por leer,
ilysmmm, espero
que os guste ! ♡