STRAY KIDS ─ POPULAR

VEINTICUATRO

Después de ver cómo Jisung y Minho se marchaban hacia un lugar en el que pudiesen hablar a solas y justo después, la apremiante llamada de Bambam a Chan, Changbin había salido de la cocina, en busca de sus otros dos acompañantes.

No le costó mucho encontrar a Felix, pues el chico estaba exactamente en el mismo lugar donde se quedó cuando llegaron, junto a aquellos amigos de Yugyeom.

Rápidamente, y moviéndose entre las personas, Changbin se acercó, y aunque recibió una cálida bienvenida por parte de los demás chicos, no pretendía quedarse mucho rato ahí, porque eso lo expondría a cruzarse con Chan.

Además, habían pasado horas y no había visto ni una sola vez a Hyunjin.

—Eh, Felix, ¿has visto a Hyunjin por alguna parte?¿Sigue en la fiesta?

El chico de pecas puso una cara pensativa, y después de unos segundos, respondió.

—Sí, creo que lo he visto unas tres veces, pero no he hablado con él desde que entramos. Iba con una chica. Pero, no tengo ni idea de dónde está ahora.

—Vale, entonces voy a busc—comenzó a decir Changbin, pero unos gritos en la planta superior le interrumpieron.

Ya no le hacía falta buscarle, porque aquel vocerío delataba exactamente la posición de Hyunjin.

Sin perder ni un sólo segundo, Changbin corrió hacia la escalera y subió los escalones de dos en dos, seguido de Felix, y algunos presentes más que habían escuchado los gritos.

Fue cuando todos llegaron arriba que se encontraron con una enzarzada pelea, y como temían, en la que Hyunjin estaba involucrado.

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Tan sólo minutos antes, Woojin, había recorrido el mismo camino, y al pisar el último escalón, había visto aquella escena.

Había reconocido a su novia indudablemente, incluso si ella estaba dándole la espalda. Y aquello habría sido un detalle romántico, de no ser porque la razón de que no pudiera verle el rostro era porque estaba enrollándose con otro tío.

La música sonaba demasiado amortiguada allí arriba, por lo que Woojin estaba seguro de que lo que oyó fue el sonido de su corazon partiéndose en miles de trozos.

Al principio se quedó boquiabierto, demasiado impactado para poder siquiera moverse. Luego, llegó su deseo de poder desmayarse de la sopresa y no despertar nunca, o al menos, desparecer de ahí.

Sólo quería dejar de ver aquello.

En un momento, la mente de Woojin estaba tan trastocada que no sabía qué era real y qué no, ni si había hecho algún sonido o había dicho algo en voz alta, pero la cuestión es que la chica, su novia, se giró.

Probablemente lo hizo de manera cautelosa, para comprobar que nadie los estuviese mirando, pero al encontrar allí a Woojin, su mirada expresó la sorpresa en estado puro.

Ella estaba con otro tío, pero ella era la sorprendida, que irónico.

La chica abrió la boca, decidida a explicarle la situacion a su novio, pero Woojin ya había apartado los ojos de ella mucho rato atrás. Nada de lo que le dijese le serviría.

Ahora, sus cuencas apuntaban directamente hacia el otro chico, y notó como la rabia hacía que se moviera su cuerpo.

En un abrir y cerrar de ojos, Woojin había llegado frente a él, y antes de que el otro ni siquiera pudiese reaccionar, encajó su puño en el pómulo del chico.

El primer golpe le hizo retroceder y su espalda chocó fuertemente contra la pared. Varios puñetazos más de Woojin fueron dirigidos al rostro de Hyunjn, quién seguía demasiado anonadado cómo para devolver alguno de ellos, o al menos evitarlos.

Desde el momento en el que vio a Woojin parado en el último escalón, todo había pasado como a cámara lenta.
Él no podía moverse, mas veía al otro chico, moviendo los labios agresivamente, cómo si estuviese gritándole algo.

Y esa sensación de entumecimimento no se la provocó el primer golpe de Woojin-no completamente-sino el hecho de que no entendía nada.
Había quedado aquella chica, y durante toda la fiesta, nunca habría dicho que tuviese novio. Él no lo sabía.
Pero eso no era excusa suficiente, y no podía devolverle los golpes al otro chico.

No cuando tenía frente a él a un
Woojin cuyos ojos estaban anegados en lágrimas.

Pero, si no los evitaba, sabía que en el estado en el que se encontraba Woojin acabaría partiéndole la cara, y ninguno de los presentes que se habían acercado a mirar lo iban a detener.

Un profundo dolor recorrió la mandíbula de Hyujin, y aquello fue lo que lo despertó de su impacto. Por los pelos, logró poner la mano derecha delante de su rostro para detender el siguiente golpe.

Ante la sorpresa de Woojin, Hyunjin aprovechó para desestabilizarlo dándole un empujón hacia atrás.

—¡No sabía que era tu novia, cabrón!—exclamó Hyunjin, mientras se limpiaba la sangre que corría por sus labio inferior con el reverso de la mano.

—¡Callate, hijo de puta!—gritó el otro de vuelta.

Y ante sus palabras, la rabia de Hyunjin bulló en su interior. No iba a dejar que le dijese eso, y mucho menos mencionado a la mujer que le dió vida.

Sin dudarlo, el chico avanzó antes de que Woojin lo hiciese, y le clavó la rodilla en la zona del estómago. Woojin se dobló hacia delante de dolor, pero no se cayó, y aprovechó para agarrar la pierna de Hyunjin y hacerlo caer.

El otro, con toda su altura se precipitó hacia atrás, y Woojin se abalanzó sobre el, sin dejar de golpearle.

—¡Que alguien los pare!—chilló alguien que se encontraba entre las personas que se habían reunido alrededor de la pelea.

Pero, Hyunjin no se quedó quieto, y le pateó lo suficientemente fuerte para hacerlo retroceder al suelo.

Woojin se incorporó rápidamente y avanzó de nuevo hacia él, y Hyunjin se dispuso a recibir el golpe con su antebrazo, pero este nunca llegó; pues sus ojos vieron aparecer a Changbin, que empujó a Woojin fuera de su camino.

—¡Parad ya, panda de gilipollas!—lo oyeron exclamar todos.

Una milésima después, Changbin por poco esquivó el cuerpo de Woojin, que casi lo arrolló al tirarse de nuevo hacia Hyunjin.

Este último agradecía la aparición de Changbin, pero no podría detener la pelea ninguno de los otros lo dejaba.

—¡Vete, Changbin!—le ordenó Hyunjin, mientras enzarzaba sus brazos con los de Woojin para llegar a su cuerpo.

—¡No te metas en esto, no es tu puto asunto!—exlamó también Woojin.

Pero Changbin había aprendido de los mejores a meterse en los putos asuntos de otros, así que los ignoró completamente, y empujó a ambos lo suficientemente fuerte para que se soltasen y cayesen.

Antes de que tuviesen tiempo de volver a juntarse, Changbin vio cómo Chan apareció y se quedo parado en seco.

—¿Es que no vas a ayudar, imbécil?

Reaccionando a su llamada, Chan corrió para ayudar, y eso fue lo último que vio antes de que otro cuerpo tirase de él y lo arrastrase hacia atrás.

Changbin se retorció para soltarse del agarre, pero no pudo ver de quién se trataba hasta que se encontró dentro de una de las habitaciones contiguas.