STRAY KIDS ─ POPULAR

OCHO

Aquel chico, el tal Seungmin los condujo entre aquel laberinto como si se supiera el camino de memoria, saludando a demasiadas personas de las que sería capaz de contar por todo el camino.

Mientras andaba, la mayoría del tiempo charlaba animadamente con Felix, aunque también había tenido contacto con los otros dos, por lo que Changbin dedujo que eran amigos o, que por lo menos se conocían.

El chico parecía tener su edad, así que, además de trabajar en el arcade, debía de estar estudiando por las mañanas.

En un abrir y cerrar de ojos, el sonido de las videoconsolas y el rumor de las personas hablando se fue disipando, como si se encontraran en un lugar distinto.

Seungmin les indicó que pasasen a través de una puerta, donde se econtraba una habitación mucho más acogedora que el arcade, pintada de un color naranja apagado y luces cálidas, a diferencia del neón que abundaba en el local.
Esa sala tomaba el aspecto de una cafetería, totalmente diferente al resto del arcade.

Una mesa redonda se sitúaba en el centro del lugar, rodeada de sillones blancos.
Aunque la habitación no era especialmente grande, en la parte derecha cabía una barra, llena de botellas de refescos y bolsas de comida.

—Bueno, tíos, tenéis una hora—avisó Seungmin, mientras limpiaba la mesa—ya sabéis que mucha gente quiere estar aquí.

Después de decir esto, el que trabajaba allí se fijó en Changbin, que era relativamente desconocido para él.

—Por cierto, hola Changbin, soy Seungmin—se presentó, dedicándole una sonrisa amable—me han hablado un poco de ti.

Changbin miró entonces con incredulidad a los tres chicos, que sonreían entre dientes al ver que Seungmin los había delatado.

—¿¡Se lo habéis contado!?—exclamó Changbin, sin poder creérselo.

¿Que parte de ser discretos no entendían?

—Tranquilo, tu secreto está a salvo—se rió Seungmin ante su reacción exagerada—tengo experiencia en ocultar cosas como estas.

—Hazle caso, Changbinnie, él sabe de eso—dijo Felix, mientras se sentaba el primero.

Changbin le habría insultado o algo peor por referirse a él con ese apodo, pero la curiosidad hacia sus palabras y las de Seungmin le atacó. ¿A qué se referían?

—¿De que os conocéis?—preguntó él.

—Del instituto—dijeron todos al unísono.

Changbin frunció el ceño extrañado. Juraría que nunca había visto a aquel chico por allí. No tenía que haberle hablado necesariamente, pero la verdad es que no le sonaba para nada. Sabía que esos tres tenían otro amigo, aquel chico con aparato dental y hoyuelos de un curso menor, pero no era consciente de la presencia de Seungmin en su mismo instituto.

—¿Ah sí? No tenía ni idea que ibas a nuestro instituto, creo que es la primera vez que te veo—concluyó Changbin, rascándose la nunca.

Una risa agradable provocada por Seungmin llenó la habitación.

—No te preocupes, eso es porque ya no estudio allí desde hace tres años—dijo, haciendo que Hyunjin, Felix y Jisung afirmaran con la cabeza.

—¿Y por qué te fuiste?—preguntó Changbin impulsivamente, justo antes de regañarse a sí mismo por serlo tanto como el descarado de Hyunjin.

—Por amor—canturreó Jisung, con la voz más cursi que habían oído nunca.

Seungmin se quejó y le golpeó el brazo por su broma, que aunque era verdad, sonaba como algo típico de una película de romance.

—Porque el entrenador de baloncesto y yo no nos llevábamos demasiado bien—dijo Seungmin, encogiéndose de hombros—resulta que su hija es mi novia.

—Entonces, ¿estuviste en el equipo de baloncesto?—fue todo lo que sacó en claro Changbin de su explicación.

El chico había llegado al insituto justo el mismo año en el que se había ido Seungmin, quien ahora asentía con la cabeza.

—Es más, tú ocupaste su lugar—informó Hyunjin, tan directo como siempre.

Estaba claro que quería saber más de ese asunto, y Changbin se prometió hablar más tarde de ello con Seungmin, pero a su mente acudió el problema que venía a resolver con ellos, por lo que decidió centrar el tema. No había tiempo que perder.

—Bueno, no tenemos toda la tarde y será mejor que volvamos a la misión Changbin. Contadme, ¿en qué habéis pensado?