3: Química mortal

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[[[WARNING]]]
Este capítulo tiene contenido de violencia, consumo de sustancias y situaciones sexuales explícitas.

3: Química mortal.

"Te ruego que continúes cazándome", Haunting, Halsey
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La mañana se avecinó en la ciudad, Rey no quería lidiar con los desplantes mañaneros de Poe, por lo que solo despertar se apresuró a prepararle el café a su marido, se alistó para irse a primer hora de la mañana, una larga caminata le sentaría bien para acomodar sus pensamientos y distraerse.

Logro avanzar un par de cuadras para que un auto meramente familiar se pusiera a la par de su caminar. Era el señor Solo.

―Buenos días, señora Dameron ―saludó el hombre amablemente.

Rey giró para verle y sonreir con gentileza, el apuesto hombre tan imponente al volante, con su traje negro y gafas de sol.

―Señor Solo.

―Supongo que está en camino a su trabajo.

―Si ―respondió sonriente acomodando su cabello detrás de la oreja, un acto involuntario de coquetería que solía hacer―. Creo que me vendría bien una caminata.

―¿No prefiere que la lleve? ―se ofreció Ben mientras se quita a los lentes oscuros.

―No es necesario ―se apresuró a contestar mientras miraba a su alrededor, no quería que por alguna razón su marido llegara y le armara una escena.

―No es molestia ―sonrió―. Está algo frío esta mañana, el bar está lejos y caminar hasta alla puede enfermarla, puede resfriarse.

Rey continuaba reacia ante el ofrecimiento del señor Ben, se le hacía algo increíble que la noche anterior había deseado que la hubiese llevado a casa.

―Vamos ―Ben se estiró para abrir la puerta del copiloto―. Suba por favor.

La chica temerosa pero sin chistar más, se acercó al vehículo y se adentró en su interior, Ben se puso de vuelta los lentes y se incorporó a la avenida, hubo algo de silencio durante algunos minutos, pero Rey se sentía cómoda, extrañamente cómoda.

―¿Le importa si hacemos una rápida parada? ―preguntó Ben mientras giraba el volante para orillarse en la acera.

Ben llegó a una pequeña cafetería en el centro de la ciudad, comieron un almuerzo hogareño,

Rey estaba demasiado cohibida, mas que nada porque no quería que su marido hiciera acto de presencia, aunque no tuviera que hacerlo, él no solia frecuentar el centro, pero la paranoia la perseguia, se sentia como si hiciera algo malo, aunque no era así, era solo un simple almuerzo.

―¿Sra. Dameron? ―la llamó Ben mirándola, la chica apenas y habia tocado bocado.

―¿Si? ―respondió pensativa.

―Apenas y ha tocado la comida, ¿se siente bien?

―Si, es solo que... ―se detuvo a pensar―. No sé, es la primera vez que almuerzo con un hombre que no sea mi esposo.

―¿Y eso la incomoda?

―No, no ―dice sonriendo―. Está bien.

―¿Su marido no la deja tener amistades?

―No sé, jamás habia sucedido ―añadió con la mirada baja.

―Digame ―preguntó Ben con intriga―. ¿Cómo es su esposo?

Hopeless (An A.U. Reylo Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora