13: Vuelve

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13: Vuelve

"La soledad se ha instalado como el sol a mediodía y aunque estoy cansada por debajo del concreto voy a florecer" Cuando era flor, Mon Laferte
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Rey se giró para ver a su marido aproximarse, luego miró a Hux, tomó su mano y ambos caminaron disimulando tranquilamente.

Ambos caminaron por la ciudad y Rey casi había olvidado como lucía. Estaba presente a la expectativa de que nadie la reconociera. Se sentía acosada y perseguida, a cada paso sentía que miraba al malnacido en alguna esquina.

-Tranquila -la calmó Hux mirando a su alrededor-. Si algo llega a presentarse estoy preparado para lidiar con ello

-Sí, no quiero saber -respondió Rey recordando al señor Solo volándole el cráneo con un révolver a un hombre.

Los dos llegaron a una pequeña posada, Hux debía reportarse para tranquilizar a Ben y de paso ponerse a salvo por ese día. Entraron con sigilo al lugar procurando no llamar la atención, fueron atendidos por el recepcionista.

-Dos habitaciones -pidió.

- ¿Dos? -preguntó el hombre viéndolos.

- ¿Qué? -contestó malhumorado-. ¿Algún problema?

-No, no -se puso los lentes para registrarlos.

-Prepara dos habitaciones y quiero que suban la merienda a su habitación -se refirió a Rey.

-Estoy bien, no es necesario -expresó.

-Piense en ese niño, necesita alimentarse bien y no ha comido en todo el día -murmuró, era evidente que si la vigilaba muy bien.

-Síganme, los guiaré a sus habitaciones -interrumpió el recepcionista.

Los tres caminaron por el pasillo y el recepcionista abrió la primer habitación -Esta es la de la señora -indicó, se giró a ver al pelirrojo-. La suya esta justo al frente.

-Dame las llaves, yo abro -pidió él con voz imponente. Tomó las llaves y la metió en su bolsillo aunque aun sintiéndose fastidiado por la molesta mirada del hombre ahí parado-. Puedes irte.

-Oh si, disculpen, en un momento traeremos su merienda -se dirigió a Rey

Ella asintió y permaneció en el umbral mirando al colega del señor Ben - ¿Y ahora qué?

-Debemos reportarnos -respondió entrando a la habitación de Rey y buscando el teléfono-. Cierre la puerta.

Rey obedeció y contempló la habitación, era algo bastante mediocre pero aceptable, nada que ver con la mansión Solo. Tomó asiento en una silla, se sentía cansada y desolada, solo le quedaba ver a Hux al teléfono y escuchar el disco del mismo girando una y otra vez.

El pelirrojo miraba a la chica, estaba desecha, el semblante era terrible, la criatura posó sus codos sobre el respaldo de la silla, lucía pensativa y triste. "Vaya suerte" pensó él, la suerte sí que elegía que las tragedias le sucedieran a cualquiera al azar.

-Sabía que eras tú -contestó una voz del otro lado de la línea.

- ¿Qué llevas toda el día pegado al teléfono? -respondió Hux.

-Solo dime qué tan duro fue y ya.

-Sí, bueno, todo ha sido más sencillo de lo que crees -comentó en voz baja para asegurarse que la chica no lo escúchase.

-¿Dónde está? -preguntó Ben

-Tranquilo, está conmigo.

-¿En serio?

Hopeless (An A.U. Reylo Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora