Prólogo

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Todos tenemos un punto en el que podemos decir que todo se ha salido de nuestras manos, pero no sabemos en que momento con exactitud fue que pasó.

Todos tenemos esa sensación de que justo cuando todo marcha mejor que nunca, se aproxima una desgracia o que ésta ya está oculta ahí en ese cesto de ropa sucia que a todos nos da un poco de vergüenza cuando hay visitas en casa.

A todos nos han arrebatado un poco de nuestro corazón dejándonos un cheque en blanco como garantía de que la recompensa será grande, aunque por lo regular este cheque sea más bien esa cláusula en letras pequeñas en las que se te advierte que perderás todo al final. En mi caso, fue literalmente.

No me quejo, ni me quejaré. Bien lo dijo mamá: "tú sabías perfectamente con quién te estabas comprometiendo". Claro que lo sabía, pero poco podía imaginar que la persona con la que creí que estaba destinada a vivir y envejecer se hartaría rápido de mi.

Bueno, decir eso es darle mucho crédito a él, en realidad, todo lo logré por mis propias decisiones; siempre puse mi trabajo antes que cualquier otra cosa, y no solo porque fuese nuestra principal fuente de ingresos. Amaba mi trabajo, aún lo hago, pero ahora sé que todo tiene un tiempo y era eso precisamente lo que menos podía dedicarle a Hans: tiempo.

Al final lo único que pudo decir fue: "espero que sepas lo mucho que lo intenté, pero en tu constante desaparición en nuestra relación, me encontré nuevamente junto a ella".

ELLA...

¿Acaso ella era más hermosa? ¿Tenía un mejor sentido del humor? ¿Sabía cocinar? ¿Toleraba bromas machistas? ¿Era más agradable? ¿Era puntual? ¿Era más delgada? ¿Tenía mas busto que yo?... ¿Acaso era mejor que yo?

Hans me rompió el corazón después de tantos años juntos y ni siquiera en ese momento pude tomarme un día de descanso para sufrirlo y sentirlo. No me di el lujo de dejar mi trabajo aún cuando mi tonto y estúpido corazón roto me impedía realizarlo.

Aunque lo odié bastante durante esos días, ahora se lo agradezco. Su partida solo fue el comienzo para mi de una experiencia más hermosa que el haber estado a su lado tratando de coexistir junto a él. Ahora existo por mi cuenta.

Pero ahora también estoy confundida, no es que me cierre a un nuevo amor ni otra vida... Pero ¿Y si lo arruino de nuevo? ¿ Y si empujo a Hiccup tan lejos como lo hice con Hans? ¿Cómo evito perderme a mi misma mientras pierdo la cabeza cuando lo miro a los ojos? ¿Cómo decir que no lo quiero cuando sé en que tono exacto se encuentra el verde de sus ojos?

EspiralesWhere stories live. Discover now