- Capitulo 19 -

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Corrí rápido y más rápido y esperé ansiosa a que el ascensor me dejara en mi piso. No conocía ese tipo de emoción en mi mezclada con algo de miedo, solo se podía comparar con lo que había sentido el día en que habían ingresado a mi padre en el hospital tras su infarto. Miedo... Aquel entonces mi miedo era perderlo, podría ser que en aquel momento mi miedo fuese parecido hacia Hiccup.

Que estupidez había cometido.

Apenas logré evitar que la puerta del departamento se cerrara y entré de prisa. Intenté calmar mi respiración cuando lo vi ahí de pie frente a mi con esa expresión de quién no quiere decir nada que deje las cosas peores. Intentaba sonreír, lo sé, pero era probable que se sintiera decepcionado y no fuera capaz de hacerlo. Solo me miraba con ambas manos en los bolsillos.

-¿Desde cuándo?- pregunté de golpe aún con la voz agitada.

Hiccup lo pensó, era obvio que no podría evitar el tema con otro. 

-Creo que cuando estuve en el hospital y te escuché hablar con Dagur- suspiró mientras se quitaba la chaqueta -No te sientas comprometida, no fue tu culpa que yo pensara algo que evidentemente no sientes por mi- sonrió melancólicamente recargándose un poco en la mesa del comedor.

-¿Algo que no siento?- pregunté sintiendo todos mis sentimientos y emociones atorados en mis ojos. No debía llorar, no podría...

-¿O me equivoco?- me miró fijamente sin relajar ni un solo gesto en su expresión -Ciertamente me gustas, Elsa- sonrió nuevamente pero con cierta tristeza.

Caminé hasta estar muy cerca de él y sonreí -Ciertamente tu a mi también- suspiré ansiosa. 

Demasiado cerca, estábamos muy cerca. En el pasado yo era una chica que no tomaba iniciativa, que prefería que la guiaran, pero no esa noche... Quería que fuera diferente, así que me armé de valor y terminé con esa pequeña distancia y lo besé.

Como si él lo hubiera estado esperando, tomó mi cintura con ambas manos y no me rechazó. Era como volver a revivir un primer beso, me elevaba hasta lo más alto y temía que cuando nos separamos y me soltara, cayera hasta el centro de la Tierra. Pero algo en todo eso me hizo revivir aquellos días en que esa misma sensación, aunque fuera en menor fuerza, Hans me la hacía sentir. 

No, no podía dejar que arruinara esto también. No podía, y sin embargo a medida que nos seguíamos besando hasta llegar a su habitación la idea me hería más y más. 

Caí sobre su cama y él sobre mi sin lastimarme y sin previo aviso se separó de mi para mirarme. Esa era la caída. 

-No debemos seguir- habló apartando un par de cabellos de mi rostro.

-¿No te sientes listo?- pregunté aún algo ruborizada.

Sonrió y negó con la cabeza. No dejaba de mirarme y su sonrisa triste me confundía un poco -Tú no estás lista- me miró a los ojos y se apartó de encima para sentarse a un costado de mi.

-No, claro que estoy lista... Me gustas- me apresuré a decir sentándome frente a él. 

-Entonces, ¿Me vas a decir que mientras pasaba todo esto no pensabas ni un poco en los recuerdos que tenías con Hans?

Quise contestar, pero no podía ¿Cómo podía conocerme de esa manera? Me había dejado sin palabras. Aquello era algo que durante semanas solo había soñado que ocurriría, jamás lo había considerado como posible, así que no había meditado sobre si estaba lista o no para hacer de todo eso algo romántico y sentimental. 

No pude si quiera verlo a los ojos, me giré de golpe y pese que luche con todas mis fuerzas, comencé a llorar. 

Realmente esperaba que en vista del éxito no obtenido, Hiccup saldría de la habitación para darme algo de privacidad y tiempo para regresar a mi propia habitación y poder llorar y sollozar cuanto quisiera. Pero nuevamente, no fue así. Sentí sus brazos al rededor de mi abrazándome con fuerza desde mi espalda, una de sus manos empujó sutilmente mi cabeza hacia atrás donde su pecho y hombro servían como apoyo. 

Rompí en llanto y lágrimas. 

Sus brazos, él en sí eran ese apoyo que tanto había necesitado durante meses. Estaba frustrada, no quería darle el poder a aquella situación de afectarme a esas alturas pero no era tan fuerte y sin darme cuenta, de poco en poco había llenado un vaso con ese dolor hasta que se derramó.

Aquella noche no la pasé junto a él de la forma en que ya había ocurrido antes. Solo había estado ahí llorando y después, cuando me calmé, me quedé dormida junto a él abrazándonos el uno a otro.

EspiralesWhere stories live. Discover now