- Capítulo 20 -

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La mañana no podría ser más perfecta, con perfecta me refiero a que llovía a cántaros, porque yo me veía terrible. Había llorado gran parte de la noche, no me había lavado la cara y definitivamente tenía los párpados hinchados.

No sabía hasta que punto había estado llorando, tal vez todo el tiempo. Definitivamente nada había salido en la forma que yo había pensado.

Me levanté para poder hacer todo lo que por la noche había olvidado y aproveche el clima para preparar un buen café y un buen desayuno. Haber llorado como desquiciada me había cambiado el humor, me sentía bastante bien y tranquila, quería darle las gracias a Hiccup de una manera única pero no estaba segura de que era lo que realmente él quería o esperaba de mi. Por la noche lo había dejado en claro.

Bueno, una cosa era segura; ambos nos gustábamos y tendríamos que discutir el tema. Esperaba que no fuera incómodo y tuviera que volver a casa de mi madre, sería nuevamente bastante vergonzoso.


Hiccup me sorprendió cuando entro a la cocina y me hizo una broma tonta como de costumbre sobre la comida "espero no volver al hospital después de comer eso" sonrió ayudándome un poco con el café. Nada parecía haber cambiado, excepto aquello que ya ambos sabíamos, pero no era incómodo, creo que incluso era más divertido.

Por un día olvidé por completo al mundo que tenía fuera de ese departamento; mi trabajo o problemas en el, mi familia, mis amigos y Hans, por momento hasta me olvidaba de mi mientras me perdía escuchando la voz de Hiccup. Tenía miedo de que el hecho de que nada pasara por la noche fuera señal de que en realidad nada iba a pasar entre los dos, él aún era bastante misterioso en ciertas cosas.

La mañana, el medio día, la tarde... Todo el día juntos en ese sofá viendo cosas en televisión, tapados por una frazada con Chimuelo encima de nosotros por ratos. Esa era la vida que quería, la que nunca pude tener antes. 

No pasó mucho tiempo para que tuviéramos hambre de algo más que no estaba en la cocina, ni los ingredientes... Ninguno quería dejar ese sofá, pero ir a buscar lo necesario juntos sería casi lo mismo. Nos preparamos para salir, incluso llevaríamos a Chimuelo con nosotros para compensarle todo el tiempo que lo habíamos dejado solo durante la semana, y entonces...

El sonido de la puerta, alguien llamaba con demasiada insistencia, mucha para que solo se tratara de un amigo o un vecino. Abrí algo confundida y quedé peor al atender.

-¿Hola?- pregunté curiosa mirando a la mujer.

-Oh, parece que me equivoqué- sonrió apenada revisando una dirección en su celular.

-¿A quién busca? Tal vez pueda ayudarla- sonreí un poco más tranquila pero ansiosa de salir.

-Un amigo de mi...- comenzó a decir la mujer pero se detuvo cuando Chimuelo salió disparado haciendo que yo casi cayera -¡Chimuelo! Eres todo un adulto- sonrió la señora abrazando al perro.

-¿Busca a Hiccup?- pregunté nerviosa.

-¡Si! Quise venir a verlo desde hace ya tiempo- sonrió sin soltar al perro y entonces me puso atención -¿Eres su novia?- preguntó con una gran sonrisa.

-¡Mamá!- exclamó Hiccup detrás de mi sin darme oportunidad de responder.

La mujer se puso de pie y sonrió abrazando al castaño. Yo estaba algo sorprendida, definitivamente era la visita más inesperada, no que me molestara pero me ponía algo incómoda ahora que ella creía que yo era su novia... ¿Lo era?

Obviamente nuestros planes cambiaron, pasamos de una cita romántica en el supermercado a cenar en un restaurante para que ambos se pusieran al día. Yo sentía que no debía estar ahí, era una reunión de madre e hijo, yo solo parecía un mal tercio junto a ellos escuchando cosas sobre personas que estaba muy lejos de conocer, pero por lo menos era divertido. El tono se  volvía algo tenso cada vez que hablaban del padre de Hiccup, parecía que era un hombre serio y determinante, probablemente por eso él jamás me habló de su padre.

-¿Tienes dónde quedarte?- preguntó Hiccup con una sonrisa.

-No, conduciré de regreso a casa de una vieja amiga. Ella me dio lugar, pero al parecer se ha hecho algo tarde- explicó con tranquilidad su madre. Tenía una de esas voces que pueden reconfortar a cualquiera, no como mi mamá, ella era bastante directa.

-Podría quedarse en el departamento- sugerí tranquila.

-No, no podría...

-Es lo mejor, mañana por la mañana puedes irte sin correr tanto riesgo- sonrió Hiccup.

-No quiero molestarlos ni nada por el estilo, es su espacio

-Sabes que no te dejaré conducir a esta hora.

-Bien, pasar una noche en el sofá con Chimuelo no estará mal- accedió la mujer con una gran sonrisa y un gesto de resignación.

-Oh, no... Puede quedarse en mi habitación- dije rápidamente. No podía dejar que durmiera en ese sofá.

-No quisiera quitarte tu espacio- me miró apenada.

-No lo harás, Elsa en realidad duerme conmigo ahora- Hiccup nos miró algo extraño, supongo porque casi de forma coordinada ambas lo vimos con cierta intriga.

-¿Ah, si?- su madre se cruzó de brazos y arqueó ligeramente una ceja.

-Si, es que, Elsa es mi novia- sonrió mirándome y tomando mi mano.


Estaba perpleja, ¿Su novia? ¿En qué momento lo habíamos discutido? Tal vez solo lo había dicho para tranquilizar a su madre, pero aún así...

No puse en evidencia nuestra falta de comunicación y solo asentí con una sonrisa, entonces se convirtió en un hecho; Valka pasaría la noche en mi cama y yo con Hiccup, bueno, no era la primera vez, más bien la tercera. Pero la primera como su "novia"

Tomé unas cosas de mi habitación y me retiré hasta estar segura de que ella estaba cómoda y no necesitara nada. Me sentía algo torpe, no es que ella fuera particularmente mala pero hasta hace un par de horas antes de saber que ya tenía novio no le había dado tanta importancia. Ahora tenía la necesidad de no equivocarme frente a ella, si no es que probablemente, eso ya había pasado.

Entré a la habitación de Hiccup y me quedé recargada unos segundo en la puerta después de cerrarla. Él estaba recostado revisando cosas en su laptop, parecía no reparar en mi presencia, como si realmente fuera algo normal. 

Suspiré y caminé hacia la cama, me hinqué a los pies del colchón justo frente a él y le sonreí.

-¿Qué ocurre?- preguntó sin apartar la vista de la pantalla. Sus lentes evitaban que se notara, pero se notaba que estaba evitando mirarme.

-¿Tú novia?- arqué una ceja.

-Si quieres puedo deshacerlo- bromeó.

-Bien, soy tu novia... ¿Sabes que hacen las novias cuando no les prestan atención?- sonreí maliciosamente tras unos segundos cerrando su laptop.

-Puedo imaginarlo- sonrió resignado mientras dejaba el aparato en la mesita de lado. 

-Sabes...- suspiré acercándome más -Ayer dijiste que no estoy lista- continué diciendo mientras me acomodaba a horcajadas sobre él -Pero ya me cansé de que alguien más decida sobre lo que debería hacer- sonreí débilmente. 

-¿Estás molesta por eso?- me miró algo tenso.

-No...- sonreí más tiernamente quitando sus anteojos -Estoy lista- agregué besándolo y acortando cualquier distancia entre los dos.




*Hola!!! Espero que les haya gustado!!!!! Creo que en esta historia no habrá Lemmon :C perdónenme, o puede que me lo esté guardando jajaja todo puede pasar. Tal vez más adelante.

Muchas gracias por leer!!!!!! Hasta la próxima*


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