Fue un momento incómodo llegar a casa y encontrarse con todo un público aguardando, pero más incómodo fue ver a Dagur ahí. No parecía molesto, celoso ni cualquier otra cosa que sería normal, al contrario, también parecía divertido.
Hiccup entendió rápidamente que debía hablar con él, no hizo ningún tipo de gesto que nos delatara más y se marchó junto a Patán y Astrid a comprar unas cosas.
-No nos esperaban ¿Cierto?- sonrió Dagur a mi lado mientras me ayudaba a sacar algunos platos y vasos de la alacena.
-No, en realidad...- contesté un poco nerviosa. No quería mirarlo, me sentía terrible con él. No debí besarlo desde un principio.
-Quería hablar contigo sobre lo que pasó el otro día...- suspiró ayudándome a alcanzar algo.
El contacto visual fue inevitable.
-Dagur... Lo siento, no...- intenté encontrar las palabras para explicar pero sentía que no debía decir más de lo que era, en realidad no eramos nada, solo nos estábamos conociendo.
-Descubrí que no eras tú quién me gusta- me interrumpió con una sonrisa mientras se recargaba en la barra.
-¿Cómo?
-Había estado saliendo con otra chica del gimnasio, no sabía si funcionaría hasta estar seguro de que tu no me gustabas- explicó con tranquilidad.
-Oh... Descuida, no me causará ningún daño emocional- reí aliviada -en realidad, pasó algo así conmigo y... Bueno, Hiccup- vacilé con una sonrisa evitando sonrojarme.
-Era lógico que todo terminaría así.
-¿Porqué lo dices?
-Son muy diferentes y eso los hace en perfectos seres iguales ¿No crees?
-No te entiendo- lo miré molesta, comenzaba a creer que se burlaba de mi.
-Se ven bien juntos- me sonrió tan honestamente que no supe como tomarlo.
No sé porque pero tenía mucha confianza en que lo que estábamos comenzando a tener realmente valía la pena, cuando estaba junto a Hiccup era como si mis problemas se dispersaran en el ambiente y se resolvieran solos. Pero no todo era tan lindo, no tardamos mucho en comenzar a discutir, era ahí donde se veía que eramos bastante diferentes.
Algo me incomodaba, seguía siendo misterioso con un proyecto de su trabajo que lo hacía tener momentos de desconexión por completo con el resto del mundo, yo estaba incluida en eso. Una ventaja era que estaba trabajando nuevamente en un diseño de la agencia en la que trabajaba, así que podía tener una excusa para "visitarlo".
Hicc estaba en medio de una reunión, yo llevaba ya unos minutos mirándolo por el cristal sin que él se diera cuenta. Me gustaba como se veía concentrado en los planos sobre la mesa girando y moviendo su mandíbula mientras seguramente corregía algún error o se le ocurría algo mejor que hacer. Odiaba cuando esa mirada que tanto me volvía loca desde hace días se detenía para mirar a aquella chica que trabajaba con él, jamás en mi vida había sentido celos por alguien, pero esa mirada suya era algo a lo que tal vez nadie podría resistirse.
Tomé aliento y caminé hacia la puerta, quería hablar con él sobre los diseños, pero eso podría hacerlo en casa, en esos momentos tenía otra cosa en mente...
-¿Hiccup?- hablé abriendo un poco la puerta.
Su rostro me decía que pensaba lo mismo, evitaba sonreír pero conocía bien esa forma de mirarme.
-¿Puedo hablarte un momento? Es sobre los diseños, hay unos detalles que corregir- expliqué con cierta naturalidad. Nadie ahí sabía que estábamos saliendo.
-Claro, ¿Pueden encargarse?- se apresuró a decir caminando ya hacia la puerta.
Al salir caminamos por el piso hasta llegar a un ventanal doblando a la izquierda por el pasillo, no había nadie ahí por el momento.
-Saliste temprano de casa en la mañana- sonreí.
-Hay muchas cosas que hacer por aquí- me miró los labios acercándose un poco más a mi.
-Yo esperaba que hubiera algo de tiempo para los dos- dejé que se acercara lo suficiente.
-¿Aquí?- sonrió sorprendido.
Mi sonrisa se hizo un poco más grande como respuesta. Hiccup miró al rededor y se concentró en la puerta del armario de servicio que estaba detrás de mi a unos pasos.
-Tendrás que ser muy silenciosa- me sonrió tomando mi mano.
-Tú tendrás que esforzarte en eso- dije siguiéndolo hasta la puerta en la que después nos metimos y tardamos varios minutos en salir sin ser descubiertos.
No llevábamos más de un mes saliendo y de alguna forma todo estaba tomando su lugar, parecía que estar juntos de esa manera era lo único que necesitábamos. Aunque muchos de mis amigos no estaban de acuerdo, decían que había sido demasiado pronto, que tal vez solo estaba dejándome llevar por el momento, etc. Había que ver que era a mi a quién se lo decían y no a Hans...
Laboralmente hablando no era todo tan perfecto, cada vez me desesperaba más el horario que yo misma me había forjado que ahora me gustaba pasar más tiempo en casa con Hiccup o tener espacio para salir a algún sitio juntos. Él se había dado cuenta e insistía en que debía comenzar a trabajar por mi cuenta con los clientes que ya eran exclusivamente míos, era demasiado tentador, sin embargo no quería que su opinión tuviera peso en mis decisiones, eso era un paso demasiado grande aún para mi.
Hubo una noche en la que tuve que esperar hasta tarde en mi oficina, tenía muchas cosas pendientes que no podía dejar que nadie más cuidara. Todo era tranquilo y Hiccup ya me esperaba en casa, sabía que volvería tarde y eso le daría algo de tiempo para limpiar un poco su oficina.
Mi teléfono sonaba con algo de insistencia, sabía que no podría ser él y aún así tuve que contestar. Ojalá no lo hubiera hecho, era Hans y no se escuchaba muy bien.
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Espirales
FanfictionElsa es una exitosa diseñadora, bonita, trabajadora... Tal vez demasiado trabajadora. Su vida perfecta y llena de éxito cambia al recibir una noticia totalmente inesperada que rompe su corazón y la coloca rápidamente un espiral de emociones y sentim...