-Capitulo 28-

343 30 16
                                    

Estar en el departamento fue fácil hasta que todos debieron marcharse y Hiccup llamó para decir que había llegado. Fue una conversación bastante corta, ambos estábamos cansados de estar separados y apenas había pasado un día. 

Hablamos sobre sus planes para el día siguiente y cosas por el estilo, no hubo mucho sobre nuestra despedida ni algo por el estilo.

-Cuando me hablaste de entrar, parecías tener algo importante que decir- me dijo con un tono cansado antes de colgar.

Medité un poco mirando a mi alrededor, podría animarme y decirlo, pero no cambiaría nada solo los sentimientos de culpa por haberse ido, así que decidí quedarme callada.

-No era nada importante, solo quería ver tu cara una vez más antes de que entraras a esa sala- sonreí para mi misma. 



*/*/*/*/*


Los días, las semanas y los meses comenzaron a pasar, las fiestas y noticias también. 

¿El trabajo? Iba de maravilla, me encantaba poder trabajar en casa o donde fuera bajo mis propios horarios y presiones. Hiccup parecía no poder estar mejor; había pasado justo lo que él esperaba, todos en ese lugar confiaban en él y lo apreciaban demasiado. Visitaba a sus padres dos veces cada mes, o incluso más si tenía días libres.

Al parecer se había hecho bastante conocido en su área de trabajo y eso me alegraba bastante; diario hablábamos a no ser qué él tuviera una cena o reunión, o si yo estaba ocupada. Debo admitir que en más de una ocasión discutimos por lo que nuestras mentes celosas nos hacían creer que podía pasar estando tan lejos, pero al final siempre resultaba tonta la idea. 

Hiccup me había contado como en un par de ocasiones había tenido que desilusionar a una chica bastante persistente en salir con él, y aunque había pasado algo de tiempo desde eso, me sentía un poco incómoda de saber que ella podía estar a su lado diario en el trabajo, pero tenía cosas de las cuales preocuparme en casa. Seres a quién cuidar, en especial a Chimuelo. 

Parecía que se había hecho mi guardián durante todo ese tiempo. no había un lugar al que no me acompañara (incluyendo la casa de mi madre) y siempre observaba todo a nuestro alrededor en el parque esperando que ningún desconocido se me acercara. 

Estar sola había resultado ser fácil, pero la soledad no; habían noches en las que no lo extrañara junto a mi, si salía con el resto de los chicos era imposible no extrañarlo, y habían días en los que parecía que habían más cosas de lo normal que me recordaran a él. Por lo menos era atento, tenía ciertos detalles de enviarme obsequios cuando me iba bien con algún proyecto o en mi cumpleaños. 

Hubo un par de ocasiones en las que yo pude haber viajado a verlo, pero al parecer el trabajo justo en esos días era demasiado absorbente para mí y él no podía salir de Suiza hasta que terminara su proyecto. Simplemente no podíamos estar juntos, era frustrante pasar tanto tiempo y momentos importantes de nuestra cerrera separados.

Pensaba en una conversación que nos hizo estar molestos mucho tiempo; en dos días Hiccup firmaría el contrato definitivo, él lo deseaba y me había pedido ir con él. Estuve tentada, debo admitirlo, pero no podía. Había aprendido mucho estando sola, trabajando por mi cuenta, aceptar dejarlo todo sería el equivalente a abandonarme otra vez ¿Qué haría yo ahí? No conocía a nadie y ni un poco de las cosas de ese lado del mundo, nada me llamaba a ir hasta allá... Nada más que él.  Claro que él estaba molesto, y advirtió que entonces deberíamos buscar una solución o resolución a nuestro problema porque tampoco podía dejarlo todo. 

EspiralesWhere stories live. Discover now