Aquella noche no podía dormir, todos se habían marchado después de dejar mis cosas. En realidad no era tan tarde, pero cada vez que me recostaba para descansar un poco pensaba en las palabras de Ruff. Me sentía incómoda solo de saber que les estaba dando más importancia de la realmente tenían.
Hiccup era un amigo, viviría con él y no podía dejar que mi corazón creyera sentir algo por él ahora que ya estaba ahí. No me lo podía permitir, ni por él ni por nadie, menos ahora que estaba aprendiendo a moverme con la corriente bajo mis propias reglas, y para ser sincera me gustaba. Me comenzaba a gustar estar sola.
Hiccup llegó a casa pero no lo interrumpí ya que aún atendía una llamada. Me miró y sonrió levantando una mano para que viera que había pensado en mi llevándome algo de cenar.
-Veo que la mudanza salió bien- sonrió al colgar el teléfono mirando a su alrededor. Ya había comenzado a invadir el espacio con varias de mis cosas e incluso había desempacado las suyas de algunas cajas que llevaban el nombre "sala" o "comedor".
-Dijiste que tu me ayudarías- lo miré con una sonrisa malvada antes de arrojar una almohada de decoración.
-Lo lamento- rió tras recibir el golpe -Hay nuevos chicos haciendo su servicio en la firma, debía estar ahí- se excuso acercándose a mi con una cerveza.
Demonios ¿Era esa una confirmación sobre la chica de Corea? No debía, pero quería saber más así que fingí curiosidad.
-¿Nuevos chicos?- apreté los labios después de beber un poco.
-Si, hay un par que ni siquiera tienen algo que ver con la arquitectura, por eso tardé.
Solo Dios sabe cual fue mi expresión que él me miró y de inmediato sonrió mientras sacaba la comida de la bolsa.
-Ruffnut te lo dijo ¿No?- me miró divertido. No podía creer que fuese verdad. Lo odiaba.
-Algo comento...- carraspeé para ocultar mi decepción.
-No me gusta, es decir, es linda... Pero no es mi tipo. Por desgracias Ruffnut escuchó cuando le dije lo mismo a Jack y... Bueno, ya conoces el resto- me explicó con tranquilidad comenzando a comer.
El alivio me empujó a suspirar. Seguía teniendo a mi amigo solo para mi.
-Eres un mentiroso- bromeé comenzando a comer.
Conversamos unos minutos mientras terminábamos la cena y después continuamos con la tarea de darle orden al departamento. Por fin comenzaba a verse como un lugar en el que alguien vive y no solo un almacén. Hiccup me mostró pro fin en donde había estado durmiendo; era un cuarto bastante pequeño debajo de las escaleras, era tan pequeño que tuve que convencerlo que ese era el lugar para su estudio y no arriba. Costó algo de trabajo hacerlo entrar en razón pero al final accedió.
Subir su cama a la habitación de frente a la mía entre los dos fue sumamente divertido y todo un logro, hasta que un vecino llamó a la puerta molesto por el ruido. Si mis días serían así de divertidos, no podía esperar porque llegara el día siguiente.
Vivir con Hiccup era más o menos como vivir con una pareja, pero la diferencia era enorme; respetábamos completamente la privacidad del otro, salíamos los viernes por la noche a buscar cosas para el departamento o Chimuelo y también peleábamos de vez en cuando en las mañanas cuando yo demoraba un poco más en el baño.
Claro que habíamos puesto ciertas reglas, la primera y más grande la puse yo cuando un día al salir de bañarme me topé con Patán entrando al departamento como cualquier cosa. Primera regla: nadie más a excepción de nosotros podía tener una copia de la llave. Entre otras estaba que no pusiéramos llave a la ventana si uno llegase tarde para que Chimuelo pudiera distraerse.
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Espirales
FanfictionElsa es una exitosa diseñadora, bonita, trabajadora... Tal vez demasiado trabajadora. Su vida perfecta y llena de éxito cambia al recibir una noticia totalmente inesperada que rompe su corazón y la coloca rápidamente un espiral de emociones y sentim...