Espirales

- Capitulo 9 -

* Antes que nada, sé que dije que me iría y de hecho estaba en proceso de hacer la transacción de esta historia a alguien más pero creo que merecen que les de un buen final que por fin no sea uno triste ni melancólico xD. Gracias por sus mensajes para convencerme de intentar resistir un poco más explotando toda mi imaginación aquí con ustedes. Son las mejores lectoras y lectores, mil gracias por todo*

Ok, admito que cuando acepté escapar a casa de Hiccup estaba imaginando dejarme llevar por todo y estar consciente esta vez para recordarlo, pero lo mismo hubiera dado si él me hubiese ofrecido ir a jugar bolos. La cosa era salir de ese lugar para estar en uno donde me sintiera menos incómoda.

En realidad me estaba sorprendiendo por la forma en que comenzaba a gustarme estar con Hiccup, pero no de una forma romántica, si no como amigo; era del tipo responsable que sin dudar me decía lo que opinaba de forma directa sin temer mi reacción como la mayoría lo hacía, también era divertido. Por mucho que quisiera ser seria y distante con él, siempre me lograba sacar una sonrisa.

Salimos de la fiesta y nos dirigimos al departamento que acababa de rentar para vivir solo después de su ruptura. Poco a poco olvidé que estaba nerviosa mientras en el auto me hacía preguntas sobre cosas que jamás había hecho pero que aún así quería que le contara. Vivía en un edificio alto y grande, a decir verdad parecía ser demasiado para una sola persona. 

En el ascensor se hizo un pequeño silencio que me recordó lo compleja de la situación, no podía dar vuelta atrás y no estaba preparada para algo así. Comenzaba a arrepentirme. 

-Oye, Elsa...- suspiró Hiccup algo avergonzado -¿Qué impresión tienes de mi?- preguntó rascando su nuca.

-¿A qué te refieres?- sonreí nerviosa mirando las luces del ascensor iluminarse.

-Es que por lo regular, e incluyo a mi ex novia, creen que por mi profesión y mi lugar de nacimiento soy alguien serio, interesante y rodeado de gente sumamente inteligente. Y pues bueno, en realidad...

-Eres diferente- lo interrumpí mirándolo de golpe intentando darle una sonrisa comprensiva.

-Exacto- suspiró mirándome de la misma manera.

Nos quedamos quietos unos instantes hasta que no pude más y reí un poco para relajarme al tiempo que el ascensor se detenía y él me indicaba salir hacia la derecha. Caminamos por el pasillo y me detuve detrás de Hiccup para esperar a que abriera la puerta pero la cara que hizo cuando estaba por hacerlo me hizo darme cuenta de que tal vez algo no iba tan bien.

-Otra cosita, puede que veas a unas personas nada inteligentes ahí dentro y de antemano te pido una disculpa si dicen algo inapropiado...- me miró un poco ruborizado mientras giraba la llave.

No dije nada, apreté los labios con media sonrisa pero mi curiosidad era grande ¿Qué haría que un hombre como él se avergonzara tanto de llevar a alguien a su departamento? Debo admitir que yo también tenía muy comprada la idea de que era todo un chico de éxito, seriedad, cultura y sumamente serio. Estaba a un escaso minuto de darme cuenta de quién era en realidad.

Al entrar lo primero que escuché fueron unas fuertes y pesadas pisadas acercarse veloces a nosotros acompañadas de un jadeo que comenzaba asustarme. Mayor fue mi susto y sorpresa cuando de golpe frente a nosotros se detuvo y sentó quién comenzaba a suponer era el famoso "chimuelo" aunque de desdentado no tenía nada; era un pitbull terrier color negro intenso, parecía ser ese tipo que encajaba a la perfección en la fama que se les daba de malvados y fuertes. Si que era fuerte, pero frente a Hiccup era un ser sumamente dócil.