Wounds (Levi Ackerman)

Capítulo 43

Una boda perfecta, para la pareja perfecta.

Tabitha despertó primero pero ni loca despierta a su marido que dormía plácidamente sobre su pecho. Acariciaba el cabello rapado de su nuca con dulzura, detallando cada parte de él con cariño puro.

Aunque debería de despertarlo, se pautó una expedición para dentro de un mes, y es recomendable que se prepare a pesar de ser Levi.

Cerró sus ojos con una sonrisita disfrutando su lenta respiración, recordando inconsciente la velada de ayer.

Tan tierna y romántica por mucho que Levi diga lo contrario.

- Mhgm... -un pequeño sonido ronco la sacó de su trance, miró al hombre en sus brazos que se movió levemente antes de separarse y estirarse con pereza. - ¿Qué hora es? –Tabitha se sentó abrazándolo por la espalda, ambos como dios los trajo al mundo.

- No lo sé, las cinco tal vez. –este se relajó con los trazos que Tabitha hacia en su pecho. - ¿Vas a levantarte? –soltó un sonido ronco mientras restregaba su rostro con su mano.

- No. –se acostó abrazando a su mujer contra él, y disfrutando las risitas de esta. – Quiero disfrutar esto un rato... -Tabitha lo abrazó también acomodándose en su pecho.

- ¿Nuestra primera mañana como esposos? –este sonrió inconsciente.

- Ujum... -hundió su nariz en su cabello cerrando sus ojos, la azabache lo imitó dejando a un ameno sonido pacífico dominar la habitación.

Al cabo de quince minutos se levantaron por obligación, sí no, estarían todo el día abrazados entre las sabanas. Se vistieron y luego de un corto beso cada uno se fue por su lado.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Faltando una sola semana para la expedición, cada escuadrón entrenaba en preparación para ello.

Sin embargo Levi entrenaba como es usual para él, no es que se sienta extremadamente confiado, pero sí preparado.

- ¿Tabitha? –entró a su oficina un poco tarde, como media hora después de la cena. No vio a su esposa ahí por lo que supuso que esta ya se acostó.

Entró a su habitación y la encontró sentada en la cama con una mano en su boca y una mueca de desagrado que fruncía todas las facciones de su rostro.

- ¿Todo bien? –saltó levemente al no sentir la presencia del hombre.

- A-Ah, c-claro. –se puso de pie y se acercó a este, iba a rodearlo con los brazos pero volvió a fruncir el ceño deteniéndose en el proceso.

- ¿Segura? –esta sonrió en respuesta.

- Sí, es solo que tengo algo de malestar. –Levi enarcó una ceja.

- ¿De qué tipo? –Tabitha rió suavemente.

- Son solo nauseas, tal vez comí algo que me hizo daño, no te preocupes. –esta palmeó su cabeza encaminándose a la cama.

- No te lo tomes a la ligera sí dura más de lo que debe ¿Quién sabe qué puede ser? –Tabitha rodó los ojos sobre la cama.

- ¿Indigestión? –este la miró un par de segundos antes de proceder a quitarse la ropa.

- No sabes. –esta se tiró en la cama boca arriba.

- Claro que sí. –lo miró de reojo y este suspiró.