Capítulo 5

1.1K 124 47
                                    

Esa noche tuvo un cliente, el cual la besó.

Ella no creía que iba a ser tan asqueroso y horrible, según lo que dijo Farlan pintaba de otra manera.

A la mañana siguiente se fue determinada a reprocharle al castaño todo lo que le dijo respecto a eso.

Sin embargo durante el camino distraída por su molestia y confusión, chocó con alguien, miró rápidamente creyendo que era Farlan pero, unos ojos grises la miraron fríamente.

- Oye niña, ten más cuidado. - le advirtió entre dientes, con una voz medianamente áspera. Los ojos de la niña se posaron a la derecha del chico azabache mirando al dichoso castaño que la miraba con los ojos abiertos.

- ¡Farlan! -exclamó esta levantándose y corriendo hasta el chico abrazándole una pierna. 

- A-Amhg, T-Tabitha... -el azabache los miraba detenidamente. La niña lo soltó y frunció el ceño mirándolo algo sonrojada.

- ¡Me mentiste! -este arqueó una ceja. 

- ¿Te... Mentí? -ella asintió.

- ¡N-No es como tu lo describiste! -tartamudeó torpemente a lo que Farlan frunció el ceño levemente.

- ¿Q-Qué cosa? -se agachó a su altura y esta miró a otro lado. - ¿Qué cosa hiciste Tabitha? -la niña miró sus pies, si le decía sería decirle todo, frunció sus labios entre la espada y la pared.

- Vaya lío te metiste. -comentó el azabache comenzando a caminar a paso sereno. - Sí terminaste tu servicio comunitario de niñera, tenemos algo que hacer Farlan. -masculló alejándose, el castaño puso sus manos en los hombros de la niña.

- M-Mira Tabitha, tengo que hacer algo... ¿Nos podemos ver mañana? -la niña miró a otro lado.

- Vale. -este suspiró levemente.

- Me dirás que hiciste ¿Vale? -ella lo miró a duras penas.

- Vale... -masculló sin más y este le sonrió levemente ocultando su preocupación.

- Nos vemos. -le revolvió el cabello antes de levantarse y correr tras el azabache. La niña suspiró y decidió volver a su casa pensando en algo bueno que decirle mañana a Farlan.

Al día siguiente, y sin clientes que la perturbaran corrió hastael sitio de reunión encontrándose con el castaño, que le sonrió levemente levantándose de una roca donde estaba sentado. 

- Hola Tabitha. -esta lo miró, ignorando como siempre el camino hasta que resbaló con algo soltando un chillido, cayó en sus rodillas ensuciándose un poco y raspándose la piel de estas.

- Auch... -se arrodilló frotando uno de sus ojitos a punto de llorar.

- ¡Tabitha! -Farla retiró todas las preguntas que iba a hacerle hasta arrodillarse a su lado y cargarla para sentarla en la roca donde él estaba para mirar sus rodillas raspadas. - Mira eso... -sostuvo su pierna con cuidado observando la herida de la que comenzaba a brotar algo de sangre. Esta cubrió sus ojos llorando en silencio como siempre hace. - T-Tabitha n-no llores... -respiró algo nervioso mirando alrededor buscando que hacer. - ¿H-Hay alguna planta aquí b-buena para esto? -preguntó involuntariamente y la niña chilló entre llantos.

- ¡La agrimonia! -Farlan la miró con una mueca de confusión.

- ¿Agri qué? -ella entre llanto apuntó detrás de él. 

- ¡E-Es esa de grandes hojas verdes y medianas flores amarillas! -balbuceó entre llanto y  Farlan corrió a por la planta. 

- ¿Como se pone esto? -esta respiró con su nariz medianamente mocosa mirando con sus mejillas rojas e hinchadas al castaño.

Wounds  (Levi Ackerman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora