El Héroe Del Mundo Mágico.

Capítulo 4. Wiz la Lich.

— ¡¿Me podrían explicar, como demonios terminaron todas como comida para sapos?! — grito con seriedad el Uzumaki, mientras miraba a las tres chicas, quienes estaban cubiertas de baba de sapos.

Aqua y Megumin estaban temblando, habían revivido ese trauma de ser comida de sapos, las dos estaban a punto de llorar, y Darkness, la rubia estaba apretando sus pechos llenos de baba con pena, o eso parecía pero ella tenía una pequeña sonrisa en sus labios además de gemir mientras tenía un sonrojo en su rostro. Y él, pues también termino cubierto de baba cuando un sapo apareció del suelo, tragándoselo cuando intento salvar a Megumin y Aqua.

—B-Bueno… ¿error de cálculo? — pregunto la masoquista.

— ¡No jodas con esa mierda de error de cálculo! ¡Tú, maldita pervertida masoquista! — exclamo el rubio, que comenzó a apretar la cabeza de la rubia con sus nudillos, haciendo que la mujer comience a gritar.

— ¡De-Detente, esto me duele, me duele mucho! — comenzó a decir la Crusader, el ninja la soltó, la oji-azul se sobo la cabeza por el dolor. —*Suspiro* ¡Eso fue un doloroso castigo! — exclamo con felicidad la rubia.

— ¡No lo disfrutes pervertida! — regaño el rubio, que se quitaba baba de la su cabello, para tirarlo al piso de su cuarto.

Miro con enojo a la mujer, quien solo disfrutaba de su mirada de enojo, comenzó a respirar profundamente para no golpear a la mujer, aunque ella lo terminaría disfrutando sino es que terminaría cediendo y pues, haría algo más allá de lo que esperaba. Se suponía que hoy tenía que cazar a los últimos 5 sapos que le faltaban, no había pasado una semana desde que por fin era un grupo decente, y en todo el momento habían realizado unas pocas misiones sin mucha importancia, como cazar ratas gigantes, e ir cada noche al cementerio para atrapar al no-muerto, que era como una cucaracha al esconderse. Últimamente no había mucho trabajo que hacer, y hoy termino la misión de los sapos, al menos los que había, ya que según las chicas, podían haber más en un futuro cercano.

—*Suspiro* Iré al gremio para cobrar la recompensa, pero antes me dare un baño. Lo mejor será que ustedes lo usen antes, necesitan quitarse esa baba— ordeno con calma el shinobi a las chicas.

—Hai— dijeron todas, lo bueno es que estaban en el apartamento y se podrían limpiar, y lo mejor de todo, es que el baño era grande para dos personas al menos, así que las chicas fueron juntas a darse un buen baño.

Luego de unos minutos, el grupo había llegado al gremio, para cobrar su recompensa de las coles, ayer Luna les informo que a todos se les sería pagado por la misión de emergencia, así que no debían tardar. Al entrar, el Uzumaki noto como algunos celebraban al haber ganado una pequeña fortuna, 10 mil por cada col fue bueno para muchos sin duda alguna, pero si ganaron algo bueno ya era cuestión de cuentas cazó cada uno de los aventureros. La verdad él tampoco sabía cuántas cazó al final, recuerda que eran muchas, pero no conto cuentas atrapo, de cualquier modo, todos los miembros se miraban felices, mientras bebían y comían, podía ver a las camareras correr de un lado a otro, con las manos llenas, y gracias a eso podía ver como sus pechos rebotaban. Hace tiempo que lo estaba pensando, pero parecía que la mayoría de mujeres apenas y usaba ropa interior, o al menos no usaban sostenes para dejar al aire sus pechos.

Aparto su mirada de las camareras, lo bueno es que las chicas eran muy distraídas, así que se aliviaba por eso. No es que fuera un pervertido, pero obviamente se va a interesar en el cuerpo de las mujeres, después de todo, ya está en la edad para casarse y tener una familia como dijeron las chicas, y hablando de eso, cuando uso las Gudōdamas, las chicas le preguntaron qué magia había utilizado, y termino por mentirles, aunque era lo más típico que hacer, ya que de seguro pensarían que es loco si les cuenta que viene de otro mundo, y bueno, solo dijo que venía de un clan de magos extintos, y también dijo que no recordaba mucho debido a que había perdido la memoria hace unos años. Y que desde entonces, había estado viajando tratando de recobrar sus memorias, o parte de ellas, así que al saber que ese tema era demasiado delicado para él, nadie pregunto nada más. Al menos agradecía que las chicas fueran sensibles en esas cosas, de cualquier modo. Los chicos caminaron al mostrador, en donde estaba Luna, dándoles su recompensa a unos aventureros, el grupo llego luego de que los aventureros se fueron.