"Los monstruos son reales, los fantasmas son reales también, viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan"
-Stephen King-
Ira es lo único que siento en estos momentos, punzante, dolorosa, recorriendo mis venas y mis pensamientos. Nunca debimos confiar en nadie, no se si Adam ha hecho algo malo o no, no me importa, solo tengo ganas de matarlo después de haberlo escuchado decir Misha y Thea en una misma frase. Miro hacia Adam expectante a cómo reaccionará. "¿Miedo, enfado?,¿de verdad se llama Adam?"
-No... puedo...respirar...
Tiene los ojos inyectados en sangre y la cara roja a causa de la presión que hago contra él. Lo suelto, o mejor dicho, lo estampo contra el suelo. El chico comienza a toser.
-Zed, no tenemos tiempo para esto. - Adam se incorpora poco a poco.-Coge ropa y provisiones, nos vamos.
-Veo que no pillas las indirectas. No pienso ir a ningún lado contigo.
El chico empieza a caminar de un lado a otro mientras yo sólo puedo pensar en cómo partirle todos los huesos del cuerpo. Lo malo es que no sería nada beneficioso para mí, quiero que hable, aunque, mientras no le parta la cara... da igual romperle un brazo o dos ¿no?
Por fin parece que se atreverá a pronunciar palabra.
-¿Crees en dios?- al escuchar la pregunta noto cómo mi pelo empieza a coger su característico tono blanco. Adam abre más los ojos y retrocede con las palmas de las manos alzadas.- Tranquilo joder, te lo estoy intentando explicar. Yo no creo en dios, o mejor dicho no en el dios de pega que se conoce hoy en día.
-¿A mi que mierda me importa en que dios creas tú?
-Estoy siendo cauteloso porque no tengo ni idea de cómo narices contarte ésto. ¿Y si te dijera que no sólo hay un dios? Hay varios, y son reales, créeme.
-Has llegado a nuestra casa, te acogimos como a un amigo, te ganaste nuestra confianza y ahora vienes nombrando a Misha. ¿Enserio crees que me creeré esta pantomima?
-Es lógico que dudes de mi credibilidad, pero lo que te estoy diciendo es cierto, ¿acaso no tienes poderes? Eso para una persona normal es inimaginable, sin embargo tú los tienes, así que tienes que creer lo que estoy diciendo.
No sé si de verdad hacer caso a alguna palabra de todas las que escupe por su boca. Me tiro en el sillón del salón y pongo las palmas de mis manos sobre mi rostro. Tengo sentimientos encontrados, sé que no intentará hacerme nada, y aunque lo haga, yo soy mas fuerte que él, si no, se hubiera liberado de mi agarre de viento en cuanto lo estampé contra la pared. Si es verdad lo de que Misha tiene a Thea , él es la única fuente de información que tengo ahora mismo. Pero, ¿Dioses?. Recuerdo como una especie de criatura echa de niebla o sombra oscura se transformaba en mi tío, "placebo". Recuerdo cómo ese nombre recorrió mi mente nada más ver esa especie de transformación. Pero ni de coña eso tenía nada que ver con un dios ¿no?.
Doy un fuerte suspiro y dejo ver mi rostro entre mis manos.
-Te escucho.-Veo cómo Adam relaja sus hombros.- Pero eso no quiere decir que te crea.
-Los Dioses en los que creo, son los dioses de la mitología egipcia. Los egipcios creían que el espíritu de los difuntos era conducido por Anubis hacia el lugar del juicio, "la sala de las dos verdades" , en la que el corazón del difunto se pesaba contra una pluma que representaba el concepto de verdad, armonía y orden universal. Si el resultado era favorable el difunto era llevado ante Isis, diosa de la vida, sin embargo, si el resultado era negativo, Ammit, "el devorador de corazones" ,impedía la inmortalidad del muerto en cuestión.- Adam toma asiento en el sofá de enfrente y aclara su garganta.- Se dice que aquellas almas que conseguían ser llevadas hasta Isis recibían la inmortalidad y podrían andar entre dioses. La llegada de las almas inmortales a la tierra de los dioses hizo que éstos se humanizaran con el paso de los años, desarrollando sentimientos, haciendo que pudieran tener la capacidad de enamorarse. Ra, dios del cielo y el sol, al ver esto, prohibió las uniones entre dioses y almas, ya que los hijos de esta unión serian una amenaza para su trono. Al poco tiempo también prohibió las relaciones entre ellos mismos y así poder mantener su poder a salvo.- Se levanta del sillón y se para de pie frente a mí.- A pesar de esta prohibición varios dioses engendraron hijos, los cuales fueron desterrados a vivir entre los mortales reencarnándose una y otra vez, olvidando sus vidas pasadas. Tú, eres hijo de dos dioses.
Una cosa es asimilar que eres diferente a el resto, que tienes poderes, pero otra muy diferente es tener que creerte que eres hijo de dioses ¿enserio?, tiene que ser una broma.
-¿Que pasa con los difuntos cuyos corazones pesan más que la pluma? No serían inmortales, así que... ¿En que se convertirían?
-Pasan a ser sombras en manos de Anubis, quedan atados a él, sirvientes, esclavos, cambia formas oscuros o como quieras llamarlos.
Un susurro escapa entre mis labios
-"Placebo".
Vuelvo a esconder mi rostro entre mis manos y empiezo a reir, pero no es una risa natural, es una risa desquiciante, desgarradora, llena de locura y desesperación. En realidad nada de esto tiene sentido, o al menos, yo en ningún momento he pedido esto. Mis padres no eran mis padres, mi vida no es mi vida, soy una marioneta en posesión de una deidad con dos letras por nombre "Ra", he estado viviendo miles de vidas... y, olvidándolas... miles de lugares, miles de familiares, miles de personas que conocería alguna vez, todas olvidadas y todas falsas. La humanidad entera se acaba de convertir en un juguete dentro de mi cabeza. ¿Cuántas veces habré descubierto la verdad, y cuántas veces la habré vuelto a olvidar?
-¿Tú que pintas en toda esta historia...?- digo todavía con las palmas de las manos sobre mi rostro.
- Soy el descendiente de un alma inmortal y Seth... deidad de la fuerza bruta...
-Misha. Su fuerza sobrehumana... eres..., Ele, Gab y tú sois...- Levanté la mirada y le miré directamente a los ojos.
-Somos hijos de Misha, más conocido como Seth. Dios de la fuerza, la sequía y el desierto.
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Denki (Electricidad)
Fantasy¿Que pasaría si un día despiertas y tienes poderes? Acompaña a Thea, una chica con una vida normal, o eso creía ella, hasta que empezaron los sueños extraños. Una vez comenzaron las pesadillas, su vida se desmoronó. ...