¿Que pasaría si un día despiertas y tienes poderes?
Acompaña a Thea, una chica con una vida normal, o eso creía ella, hasta que empezaron los sueños extraños. Una vez comenzaron las pesadillas, su vida se desmoronó.
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Ya era hora de irnos hacia el lago así que preparamos unas mochilas para llevarnos todo lo necesario, comida, agua y un kit de primeros auxilios por si acaso lo necesitáramos. No queríamos ir abarrotados de cosas, pero sí tener lo necesario cómo para sobrevivir más de un día en La Duat. No me puedo creer que por fin vaya a ver a mi padre. Una parte de mi quiere que sea bueno, al fin y al cabo, nos ha devuelto en cierto modo a Ele y tengo o mejor dicho tenía buenos recuerdos con mi él, pero otra parte de mí, en lo más profundo, quiere que sea malo, así podré seguir estando sola, sin tener que preocuparme por lo que le pueda pasar al ser el "dios del inframundo", hijo de Seth. Me da hasta cosa pensar que la sangre de Misha corre también por mis venas.
"Adam y los niños serían mis... ¿Tíos?, ugghh que asco de verdad."
Solamente iremos Zed, Naunet y yo, Adam no quiere involucrar más a sus hermanos y está claro que alguien tiene que quedarse a vigilar a Gab y Eleanor. Lo difícil ha sido separar a Ele de Selva, pero parece estar mucho mejor que cuando llegó. Nos reconoce perfectamente así que no está ya tan alterada. Veo bastante normal que solamente se sintiera segura con él, es lo único que conocía cuando estaba en La Duat así que es normal que no quisiera separarse del animal.
Bajo las escaleras y me reúno con Nau y Zed que ya están listos aunque discutiendo.
-Zed, por última vez, solamente hay que llevar lo necesario y esencial.
-La cerveza es esencial.
- ¿Enserio? - Digo mientras me acerco a ellos. - Venga vámonos. ¡Selva, vamos chico!
Salimos de la casa y nos dirigimos hacía el bosque. Nau va delante con Selva, Zed y yo unos pasos detrás.
- ¿Qué crees que nos encontraremos? - Me pregunta el chico. - Yo me lo imagino como un inframundo. Lleno de fuego.
-Yo como si fuese el interior de una pirámide gigante o un templo.- Se lo que está haciendo Zed, sabe que estoy nerviosa y le está quitando hierro al asunto.- Espero que haya momias y te coman el poco cerebro que tienes.
-Ala lo que me ha dicho...- Me mira y empieza a reír. - Me echarías demasiado de menos.
-Pero enserio, no sabemos que podemos encontrarnos allí, puede ser cualquier cosa, puede ser el sitio en el que vimos a Ele cuando nos atacó, o puede ser otro perfectamente diferente.
-Nada malo va a pasar, somos los todo poderosos hijos de los dioses egipcios, ¿Qué podría salir mal?
-Que muramos todos. - Dice Naunet sonriente como si nada.
Reímos y seguimos adelante, llegamos a la hora prevista al lago y nos acercamos a él. Se habían acabado las risas y las bromas, esto era de verdad, íbamos a entrar por fin a La Duat y no sabíamos que nos podíamos encontrar.
