Cap.27 - Pecosa

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Estoy tirada en el suelo, una de mis manos se apoya en mi cabeza y la otra presiona mi estómago. Noto la mano de Zed en mi espalda, la pasa de arriba abajo sin saber muy bien qué hacer. Lo único que puedo escuchar ahora mismo es un gran pitido que retumba por toda mi cabeza y las voces de los chicos como si de ecos se tratasen. Nau no para de toser. 

Poco a poco los sonidos se van aclarando.

-¿¡Thea?!- Me grita Zed.

-Tranquila, respira, vamos respira.- Adam está intentando que Naunet deje de toser y se tranquilice.

Mi organismo se deshace pronto de lo que creo que será veneno proveniente de las enredaderas de Ele, sin embargo a la pelinegra parece estar costándole más.

-¿Me puedes ayudar a levantarme?- Zed asiente y pasa su brazo por mi cuello.- Acércame a Nau por favor.

Una vez al lado de ella me concentro todo lo que puedo.

-Thea...- Zed me habla preocupado al darse cuenta de lo que estaba intentando hacer.

-Es cierto...-Sonrío intentando quitarle hierro al asunto.- No me acordaba que ya no puedo usar el tiempo.

Después de diez largos minutos humedeciéndole la cabeza a Naunet con agua fría, la chica deja de quejarse.

-¿Se puede saber qué narices os ha ocurrido?- Adam no deja de moverse de un lado a otro de la habitación.

- Hemos visto a Ele en una de mis comunicaciones.

-¿Las dos?- Pregunta Zed.

-Al parecer al poder leer sus pensamientos también puedo sumergirme en sus comunicaciones con ella.-Antes de que pudiera seguir, Adam interrumpe a la chica.

-¿Qué pasa con Eleanor, dónde está?

Después de explicar todo lo que había ocurrido, dedicamos lo que quedaba de día en buscar a Selva. "Qué casualidad que no estés por ningún sitio."

Siendo ya de noche salí de la casa y me dirigí hacia el lago, una vez allí me senté con las piernas cruzadas sobre el césped que había en la orilla. Hay paz y tranquilidad, se escuchan a los grillos cantar y el retumbar del agua contra la brisa. Las luciérnagas emergen entre el bosque creando lo que parece una pequeña galaxia llena de estrellas frente a mí. Parecerá una gilipollez pero se agradece tener estos momentos de paz y tranquilidad, me deja pensar, no cómo en la casa con todos al rededor mío y la "lee cerebros". Hablando de ella... Me hubiera gustado poder ayudarla, me he sentido horrible al verla así. 

Hay un pensamiento que últimamente no deja de pasar por mi mente. "¿Qué puedo llegar a hacer?" Somos hijos de dioses, no es algo normal, nada es normal ahora. Un Dios es capaz de hacer cosas inimaginables, por eso nos temen, no tenemos solo el poder de un dios, tenemos los poderes de dos de ellos. Yo no quiero quitarle el trono a ningún dios avaricioso y gordo con el culo plano de estar sentado sobre oro y manjares. Yo solo quiero recuperar mi vida.

Denki (Electricidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora