Cap.20 - Selva

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Si cogemos a un niño pequeño y le decimos que Santa Claus existe, el nos creerá, pero si le decimos que era mentira, llorará o hará todo lo posible para demostrarnos que estamos equivocados. La vida se basa en mentiras. Nosotros las creamos y nosotros nos las creemos, llámalo mecanismo de defensa. Siempre te sentirás mejor creyéndote tu propio cuento. La humanidad se basa en narcisismo y egocentrismo. Porque todo gira en torno a uno mismo, ¿no?

"Siempre me pasa a mí." No es que sólo te pase a ti, es algo normal que le pasa a todo el mundo. En resumen, la gente es egocéntrica, narcisista, y lo peor de todo, cada persona vive dentro de su mundo de fantasía. Al menos por un rato, por eso nos gusta leer. Son historias que nunca te pasarán, ¿pero porque no creértelas por un rato y olvidar lo "desgraciado" que eres?

Mi vida me la tomo cómo un libro, uno demasiado largo y extenso en ocasiones, pero cuando el libro se hace realidad, te das cuenta de la gran farsa que es tu vida, condenada a repetirse, una, y otra  y otra vez llena de las mismas mentiras.

Aunque la vida se supone que es un regalo de un dios inexistente. ¿Verdad?

En el salón se forma un silencio demasiado grande capaz de desquiciar a la persona más cuerda. Miro a Zed, el de nuevo peliblanco no deja de mirar sin pestañear a Naunet. Son hermanos, ¿cómo es esto posible?

Nau parece querer hablar, pero está indecisa. Un mechón de su pelo se vuelve blanco. Hablaré con ella antes de que esto acabe siendo más incómodo de lo que ya es.

-¿Lo saben?

-Saben que soy descendiente directa de Naunet pero no saben lo de Anuket. Ellos creen que soy hija de la deidad y un alma inmortal.- La chica se recoge el mechón blanco tras la oreja.- No saben nada sobre la telepatía. Al llegar a Guiza vi cómo Misha le pegaba una paliza a un niño de unos ocho años y me asusté. Sólo les enseñé mi capacidad de curar personas con productos marinos. De todas formas a esa edad solo podía hacer unos cuantos malabares con el agua. La telepatía no se desarrolló hasta unos años más tarde.

-Ahora dime porqué deberíamos creerte. -Nau, al escuchar a Zed, mira fijamente a su "hermano".- Tú estabas perfectamente allí, tenías un apartamento, estabas bien cuidada, no te faltaba de nada y no te perseguía nadie. Sería muy fácil usarte para llegar a nosotros y que descubrieras lo que podemos llegar a hacer. Puedes meterte fácilmente en nuestras cabezas, sabes lo que estamos pensando en este mismo momento, sabes lo que yo en este caso estoy pensando, así que te repetiré la pregunta de otra forma. ¿Podemos confiar en ti?

Zed está en lo cierto, lo poco que conocemos de Naunet se basa en los efímeros encuentros que hemos tenido. Ella siempre me ha dicho cómo de fácil sería mi vida se me uniera a ellos. Aun así quiero creer en ella.

-Zed...-Antes de que pudiera hablar, Nau me interrumpe.

-Sé que no os puedo pedir que confiéis plenamente en mí. Pero se lo que quiero, y lo que quiero es no volver a estar de habitación en habitación sin tener posibilidad de salir. Estoy cansada de ver a niños llenos de quemaduras, moretones o contracturas.- La mecha blanca de su pelo desaparece y me mira.- Antes de conocer a Thea tenía claro que no podría salir de allí hasta que muriese, pero ella estaba determinada a salir costara lo que costase. ¿Qué hay aquí afuera que me estaba perdiendo estando entre cuatro paredes? Tengo miedo, pero al menos he hecho lo que creía correcto.

-¡¿Selva?!- Dice Zed mientras se levanta y se dirige a abrir la puerta.

El animal corre hacia el interior y se tira encima mía.

-¿Lo habíais traído?- Digo mientras lo acaricio.

-No..., no sé cómo coño ha llegado hasta aquí. Salió corriendo hacia el bosque unas horas más tarde de tu desaparición.

-Yo estaba en el bosque con Misha. Selva siempre ha tenido buen oído. ¿Cómo has llegado hasta aquí pequeño?

-Me... permites...-Nau se acerca a Selva mientras me mira buscando mi aprobación.- Te aseguro que no le haré nada. Digamos que los pensamientos no es lo único que puedo leer. También puedo ver recuerdos.

Naunet se agacha junto a selva y lo abraza mientras cierra los ojos. Unos segundos más tarde se incorpora.

-Selva... ha pasado por La Duat junto a un hombre que parecía ser Anubis, éste era capaz de convertirse en pájaro, todos se postraban ante el. ¿De dónde sacaste a Selva Thea?

- Mi padre me lo regaló. Bueno... mi falso padre por decirlo de alguna manera.

-Selva y él parecían muy apegados. He visto cómo miraba el collar del perro y sonreía.

-Ese collar era de mi padre. Me lo encontré en el desván y lo guardé hasta que apareció Selva. Decidí que él lo llevara puesto.

Zed se levanta del sofá y se acerca a mí.

-¿Nunca has pensado que quizá tu "padre falso" podría ser el mismo Anubis? Piénsalo tendría bastante sentido. Me contaste que casi nunca estaba en casa y Selva siempre ha aparecido en el lugar y momento justo.- El chico se agacha y acaricia al perro.- Apareció en la casa, y ahora aquí. Sin contar que supo cuándo Misha te capturó, una cosa es tener buen oído y otra muy distinta es escuchar algo que estaba tan lejos y saber que estabas en peligro.

Me acerco a Zed y reviso el collar de Selva, "¿y si fuera verdad que mi padre era en realidad Anubis?", el dios del inframundo, creador y dueño de los placebos.

-Me niego a creer que mi padre es el mismo que mandó a un placebo matar y convertirse en tu tío. Me niego rotundamente. Simplemente es imposible. Mi padre es una persona dulce y cariñosa, jamás sería capaz de hacer algo así.

-Naunet, ¿has sido capaz de ver cómo Selva ha podido entrar y salir de La Duat?- Dice Zed.

-No lo sé... he visto un lago, era de noche y la luna llena quedaba reflejaba justo en el centro de éste. Lo próximo que he visto era La Duat, o eso creo. Ese lago tiene algo que ver, pero no sé donde está.

Yo he soñado con ese lago antes, con Selva y con mi padre. No hay duda. Necesito ir sea como sea, gracias a estar encerrada en la pirámide he respondido muchas de las preguntas existenciales que tenía. Pero sin embargo éstas han dado pié a muchísimas más. He llegado hasta aquí y pienso seguir adelante cueste lo que cueste.

 He llegado hasta aquí y pienso seguir adelante cueste lo que cueste

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Denki (Electricidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora