Cap.24 - Hadas

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Zed y Adam comienzan el entrenamiento. Zed se queda quieto en el sitio mientras Adam le mira desconfiado, sólo ganará si lo toca y la verdad es que no creo que tenga posibilidad alguna. Adam comienza a correr hacía él y se prepara para agarrar del brazo a Zed. Lo consigue, pero porque Zed sigue quieto. El ahora peliblanco y sonriente chico ha helado su brazo haciendo que la mano de Adam no pueda tocar directamente la piel de Zed.

-¿Crees que podrás aterrizar de pié?- Acto seguido Adam sale volando.

Literalmente, volando. Antes de aterrizar de bruces contra el suelo a unos veinte metros de distancia Zed hace que pare a una altura más o menos considerable.

-Bájame capullo.

-Lo que usted diga.

Zed lo deja caer sin bajarlo poco a poco haciendo que Adam aterrice con el culo.

-Ha sido más rápido de lo que esperaba.-Dice Nau.- No he tenido tiempo ni de pestañear.

-Mi hermano digamos que es... bastante...

-Suéltalo de una vez Gab, malo, es muy malo.

-Sí, la verdad es que si lo es...- Le dice por fin Gabriel a Naunet.

Tras el entrenamiento matutino, comemos vemos una película y cada uno nos encerramos en nuestros cuartos. Nau y Adam duermen abajo en los sofás, los niños en la habitación de Zed, y éste y yo en la mía. Estamos bastante apretujados la verdad, pero algo es algo.

Me gustaría poder pasar sola aunque sólo fuera un momento del día, media hora por lo menos. Me encanta estar con ellos pero llega un punto en el que puede llegar a ser realmente tedioso, siempre podría parar el tiempo e irme un rato, pero la última vez esto no salió bien. Me giro con cuidado de no despertar a Zed, hemos estado hablando sobre la película y nos hemos quedado totalmente dormidos en mi cama. No entiendo cómo puede dormir tan plácidamente y ser tan descuidado, parece tan tranquilo... Observo la habitación que me decoró Zed, me recuerda mucho a la de mi casa. Los posters que llenan toda la pared celeste, las pequeñas luces que los complementan... Durante unos segundos me siento en casa. Pero claro, luego recuerdo que mi madre está muerta y soy hija del dios egipcio de La Duat y se me pasa. Al principio, las primeras noches no hacía más que llorar por el asesinato de mi madre, sin embargo, ahora me siento como si el hecho de que ya no estuviera fuese lo más normal del mundo, suena extraño.

-Thea

Escucho la voz de Gab subiendo las escaleras.

-¿Que pasa Gabriel?- Digo mientras abro la puerta.

-No está Adam y ya es la hora de cenar. Le ha pasado algo estoy seguro. Ele tampoco está.

Madre mía llevamos dormidos desde las seis y media, cuando acabó la película. Ya son las diez de la noche.

Denki (Electricidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora