Cap.1 - Lo echo de menos

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"¿Por qué será que siempre encuentro tan relajante mirar la lluvia?" Siempre  me he hecho esa misma pregunta millones de veces, pero es una pregunta  la cual parece empeñarse en esconder su respuesta cada vez más y más

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"¿Por qué será que siempre encuentro tan relajante mirar la lluvia?" Siempre me he hecho esa misma pregunta millones de veces, pero es una pregunta la cual parece empeñarse en esconder su respuesta cada vez más y más. Los rayos que caen suelen asustar a las personas, pero a mí en cambio me hipnotizan, como si de alguna forma me estuvieran llamando para unirme a ellos.

Me acerco un poco más a la ventana que hay en mi vieja casa del árbol para contemplar cómo se forman pequeños charcos a los pies del árbol, si mi madre me viera aquí, estoy segura de que se pondría a gritar agitando los brazos desde la ventana de la cocina. Siempre le pongo la excusa de que con el chubasquero no me voy a resfriar, aunque sé que no sirve para nada. En este refugio me siento bien, aislada, tranquila...

Mi padre me hizo este refugio cuando tenía seis años, fue gracias a mi empeño, me encapriché después de ver una parecida en una película típica americana. Tanto me gustaba que no había fuerza capaz en la Tierra de sacarme de ella. Desde entonces aquí sigo a mis 18 años, subiendo todas las tardes después del instituto. Ahora mi pequeño hogar de madera está a punto de hacerse añicos, es una de las pocas cosas que me quedan de mi padre y poco a poco la acabaré perdiendo.

Después de media hora de estar sumergida en mis pensamientos y el sonido de las gotas de lluvia y de los rayos, bajé por el viejo árbol y entré en casa. Es un alivio que mi madre no esté aquí todavía aunque no tardará en llegar en cualquier momento.

"¿Qué ha sido eso?" creo que he escuchado algo que proviene del desván. Debe de haberse creado una gotera debido a la lluvia.

Me estiro en el sofá del salón intentando coger el mando de la televisión, al parecer soy demasiado perezosa como para levantarme a cogerlo después de haberme tumbado. Me ha parecido escuchar el coche de mi madre aparcando en la puerta.

-Thea ya estoy aquí- no le hago mucho caso, estoy demasiado inmersa en conseguir mi querido mando de la televisión, pero mi madre ha sido más rápida– Toma, no tienes remedio. ¿Has estado otra vez fuera mientras llovía?

-Puede ser.- digo poniendo los ojos en blanco.

-No entiendo esa manía que tienes, incluso podrías pillar un resfriado bastante gordo.-Parece que está bastante enfadada.

- Si me resfrío conseguiré que me hagas esa sopa que te sale tan deliciosa.- le digo, y como no, ella sonríe y va a la cocina a dejar la compra.

Mi madre adora cocinar y sé que si se enfada conmigo puedo tranquilizarla usando este tema y alagándola. Debería acercarme a la cocina a ver si necesita ayuda y a decirle lo del desván.

-Mamá, creo que se ha roto algo arriba en el desván, antes de que llegaras escuche un ruido.- digo mientras guardo la compra.

De un momento a otro la cara de mi madre se vuelve más pálida, hasta parece que le cuesta hablar.

Denki (Electricidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora