Capítulo treinta y cinco (Editado)

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  Mientras van todos corriendo y sacan a George de la bodega una enorme explosión los sorprende, haciendo volar por los aires dicho establecimiento.  Por suerte pudieron salir del lugar a tiempo.

Gracias a Dios nadie murió.

—Tenemos que llevar a George a un hospital rápido —dice Lea sosteniendo su cabeza.

_¿Aún está vivo? —Pregunta  Ariana subiendo al auto.

—Si, Vamos Vamos —dice Felipe cerrando la puerta.

[...]

—¡Oh mierda!. ¿Que he hecho? —dice Cristina pasando sus manos por su cara con frustración, arropada en su cama con su guardaespalda desnudo al lado.

—Lo que ambos queríamos —dice José mirándola de reojo.

—Tienes razón —dice mirando el techo.

[...]

—Dime, ¿ya acabaste con los policías? —Pregunta Roko por teléfono.

   Roko había mandado asesinar a todos los policías. Incluyendo a Felipe Araujo y a Ariana Torrico.

  Sus planes de venganza y contrabando ya están sembrados para luego ser cosechados.

—Todos ustedes son unos imbéciles, ¿Como más de 15 no pudieron con esos tres pelagatos? —dice Roko cortando la llamada.

[...]

—Señorita no puede pasar —dice uno de los seguridades del señor presidente.

—No me importa —dice empujando la puerta de la oficina —Aquí me tiene, señor presidente —dice Ariana parada con las manos en la cintura.

El presidente se da la vuelta y se  sorprende, pero trata de dicimular.

—No recuerdo que la haya mandando a buscar —dice Guardando su teléfono en su bolsillo.

—No mi querido presidente, no me mandó a buscar —dice acercándose a paso lentos —Sólo vine para que note y vea, que aún sigo viva

—¿A que se refiere Torrico?

-A que su maleante no pudo asesinarme. ¿Sabe que? Recuerde que un agente siempre lleva chaleco antibalas, la próxima vez, ordene que me disparen a la cabeza.

—¿Acaso se está volviendo loca? —Dice riendo —Controle sus acusaciones baratas se está jugando con fuego.

—Ah descuide. Que el fuego tampoco me quemó. Así que su explosión no me hizo nada.Muy buen intento en mandar a que me llamen y me digan que su hija está viva.

—¿De que diablos habla? —Pregunta con frustración.

—No se haga el desentendido, Que se perfectamente que usted tuvo algo que ver con la explosión en la bodega —se le acerca más y le dice al oído: —Le estoy siguiendo la sombra y los pasos, ande con cuidado que en cualquier momento lo tengo en mis manos.

   Ariana  sale de la oficina caminando como toda una detective segura de si misma.  El presidente  sólo tira el bolígrafo hacia la puerta.

   

La hija del Presidente (Editando) ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora