La hija del Presidente (Editando) ✅

Capítulo Cincuenta y cuatro.

—Vengan perras a entretener a mis clientes que para eso les pago —dice Yabo a las chicas.

Todas salen desfilando al escenario a bailar, desnudarse y hacer todo lo que se debe para ganar dinero y un quizás un buen rato.  Roko no deja de mirar a Deborah, desde que salió no ha quitado sus ojos de encima de ella. Le guiña un ojo y se relame los labios. Una cosa que tiene Lea quien se hace pasar por Deborah  es que tiene un cuerpo bellísimo que a cualquiera atrapa.

  Le hace una seña con los dedos para que ella baje a donde él y eso hace ella. Mueve sus caderas y camina muy segura de sí hacia él, ignorando a los demás hombres que se la comen con la mirada.

—Estás bien rica —Dice Roko mirando su trasero.

-Nisiquiera me haz probado. —Dice mordiendo su labio inferior.

-Quisiera hacerlo. —Dice acariciándole la pierna.

-Pues entonces hagalo. —Dice Deborah brindándole su mano.

Roko toma su mano y se la lleva a una de las habitaciones.

[...]

—Si gustas te puedes quedar amanecer aquí y mañana te vas a tu departamento. —Dice Ariana a Felipe.

-Tal vez otro hombre diría: No está bien, no te moleste, no vivo muy lejos. Pero yo no diré eso. Si me quedaré. —Dice a carcajadas.

-Entonces iré a preparar algo y vemos una película mientras tanto. —Dice levantándose del sofá hacia la cocina.

-Perfecto, yo buscaré algo en la tele. —Dice tomando el control remoto.

[...]

José y Cristina están en el estudio  dándose cariño y viendo una película mientras comen palomitas y toman soda. De vez en cuando se besan o se hacen mimos. Llevan media hora sin pelear e insultarse.

José se levanta para ir por más soda y cuando va saliendo del estudio Diego va entrando.

—Hola mi amor —dice pasando por el lado de José sin saludar.

José suspira porque sabe que solo serán 10 minutos como lo permitió la señora Elena  Castro.

-Estaré en la cocina —dice José algo molesto al ver a Diego llegar con un ramos de flores.

-Ya luego te alcanzo —dice brindándole una sonrisa tierna.

José sólo asiente y se va.

[...]

—Tengo que averiguar quien es mi padre. No puedo creer que sea hija de un narcotraficante —dice Lucía caminando de un lugar a otro en la habitación.

Llamada

—Ahora mismo te iba a llamar —dice Lucía a Moisés.

—¿Qué pasa amor?

—Escuché a mi madre decirle a la vecina que soy hija de un narcotraficante —dice entre susurros.

-Espera, ¡¿que?! Repite por favor.

-Lo que escuchaste —Dice sentándose en la cama.

-¿Pero ella no dijo de quién? 

-Obvio no, y necesito que me ayudes. ¿Puedo verte en unas horas? —Dice mirando el reloj que está en la pared frente a su cama.

-Mmmmm —lo duda por unos segundos. -Bueno está bien. Será en el hotel "Cupido." ¿puedes?

-Por supuesto. Ya saldré.

-Te cuidas.

[...]

-Oh My God. Esto es hermoso. —Dice Sophia pegaba a Jared.

-¿Te gusta? —Dice tomándola de las manos.

-Me fascina, me encanta. Wao. —dice sonriendo.

-Aquí quiero hacerte mía, quiero que la pases bien, que te olvides de todos y todo, pero; que ésta noche no la olvides ni con oraciones indias.

-Jajajaja así será. —Dice mirándolo a los ojos.

[...]

-¡Padres! —Grita Cristina muy fuerte.

-Hija. —Pronuncian los padres al unísono.

-Los extrañé bastante. —Dice abrazándolos a ambos.

-Nosotros también preciosa. -Dice la señora algo triste.

-¡Ay mamá...! —Se detiene por que su padre le hace una seña de que pare. Para que no mencione lo sucedido —Les mandé a preparar una cena. —Dice halándolos por el brazo hacia el centro de la sala.

—Hola señores. Dice Diego levantándose y arreglando su camisa.

—Y tu eres... —Dice el padre sin terminar.

-Diego, El novio de Cristina. —Dice dándole la mano.

-Un gusto muchacho. —Dice tomando la mano.

-¿Hija como te comportaste? Pregunta la señora Elena a su hija.

-Súper bien, le puede preguntar a José. —Dice riendo.

-¿Y desde cuando le dices José a tu guardaespaldas?. —Pregunta Diego.

-
—Desde que nos empezamos a llevar bien. Dice José saliendo de la cocina.

-¡Muchachon! —Dice el señor Williams abrazando a José.

José levanta las cejas mirando a Diego.