1. Conocimiento

144 50 34
                                    

—Hola, mi nombre es David, la verdad, deseo con el corazón que usted se encuentre bien, pero es imposible, ya está aquí.

Ellos nos están vigilando y no cualquiera es tan valiente de vivir con eso en la cabeza. ¿Explícame por qué sigue prestando atención?

En serio ¡Aléjate amigo(a)! Yo sé la verdad y a ella no le gusta que la cuente. De verdad quiero que ambos sobrevivamos, pero ni yo sé cómo salvar a mi novia.

En fin, me rindo, lástima porque siento que eres buena persona y nadie merece estar aquí. Yo... Yo no tuve elección de irme, estaba entre la espada y la pared. Lo admiro(a) de verdad.

Antes de contarle todo lo que paso, le voy a dar un último consejo. Tenga cuidado en quién confía porque ellos en este momento saben absolutamente ¡Todo de usted! Su nombre, sus familiares, donde vive y todos aquellos datos personales que se pueda imaginar. ¡Ellos son peligrosos!

¿Se pregunta el por qué? Pues bueno, respondeme con honestidad. ¿Sabe de quiénes hablo? ¿Sabe algo más de ellos, aparte de lo que le he dicho?

Es obvio que no. Ellos son cautelosos, y solo buscan como hacer daño, destruir, entre otras cosas.

Pero bueno. Una vez iniciada la historia no hay vuelta atrás, no vas a ser el mismo y eso se lo puedo asegurar.

Al menos le abriré los ojos un poco... ¡Bienvenido a mi vida!

Todo comenzó de la siguiente manera:

Era un día muy hermoso, y quería pasar a recoger a mi amada novia, Sharon, para irnos juntos al colegio. Sé que para muchas personas es un lugar aburrido. No obstante, para nosotros era increíble. Lo admito, suena descabellado.

En fin, me monté en mi camioneta.

Y para no aburrirlo(a) le contaré lo más relevante. Y para eso debo describir como es mi ángel y como la conocí.

Bueno ya le comenté su nombre, ella es de estatura promedia, sus ojos son grises, su cabello es negro, le llegaba más o menos a su cintura. A ella le gustaba estudiar, hacer ejercicios, bailar, (sobre todo salsa) y cantar.

Cantar lo hacía en situaciones específicas cuando estaba en peligro, feliz y triste. Y su voz se adapta a la situación.

¿Por qué lo hacía? Porque nació con una extraña enfermedad. Ella me contó que lo único que conocía en su infancia eran las pastillas rosadas que le daba el doctor.
Aunque cuando creció el doctor se dio cuenta que ya no le funcionaban, porque la enfermedad iba creciendo con ella.

Por eso su madre decidió investigar, para evitar los síntomas de Sharon de agresividad. Entonces la llevaron a centros de meditación y encontró el amor al arte, al baile y principalmente al canto.

Ahora le relataré cómo conocí a esa hermosura.

Recuerdo que eran las 10:42 a.m. Yo pasaba al frente de la dirección para ir a la biblioteca. Se suponía que iba con mis amigos pero ellos se fueron a buscar a la profesora de artes plásticas, cabe destacar que éramos seis amigos.

Continúe y conforme avanzaba notaba lo solitario que era el camino de la derecha.

Cuando llegué todo estaba vacío, las puertas cerradas, incluso se podía escuchar los árboles moviéndose con el viento. Y al final del pasillo había un pupitre con algo negro debajo.

Sin embargo, estaba a un segundo de irme, pero esa cosa negra se comenzó a mover extraño y pensé: "¡Un momento! ¿¡Qué rayos es eso!?".

Mi intuición me decía que me acercara pero tenía miedo. De modo qué me armé de valor. A medida que me acercaba me daba la impresión de que era una criatura atrapado.

Recuerdo que llegué a sentir un escalofrío y el lugar se oscureció. Detrás de mí se escucharon pasitos rápidos y cortos. Al girarme se escuchó un estruendo que me hizo saltar.

Al analizar todo ví el basurero en el suelo. Mientras que una ardilla corría hacia un árbol.

«"—¡Oye! —me giré asustado y tenía al frente una chica con el cabello negro en el rostro y sus ojos grises me estaba mirando—. ¿Qué buscas? —miré hacía el pupitre y ya no había nada.

—Ah pues, nada, es que me pareció ver algo por aquí, pero creo que lo imaginé.

—Bueno, en caso de que vayas para la biblioteca, le puedo asegurar que hoy no la van a abrir —exclamó, quitándose el cabello del rostro.

—Gracias, supongo, por cierto ¿Cómo lo sabés?

—Mi padre es el nuevo bibliotecario y están remodelando todo —dijo segura.

—Disculpa, entonces eres nueva.

—Bueno, sé que va a sonar tonto, pero —sonrió burlonamente—. Es obvio que sí, sin embargo, no sé cómo socializar. Así que me espera un año largo y solitario —respondió tímida.

—Ay sí, que lastima, suele pasar, hasta luego —le dí la espalda inmediatamente, mientras me aguantaba la risa y ella quedó con una expresión desorientada y triste—. Es broma, ¿Sabe qué? Seré su amigo —la miré.

—¿De verdad? —se veía emocionada, pero de pronto su semblante cambió— Eso es patético ¿Quién dice qué necesito un amigo? —se puso seria.”».

Encerrados (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora