Me pesaban los ojos cuando los abrí y mi cabeza retumbaba.
Me senté en la cama y revisé mi alrededor. Me encontraba en mi casa, ya había amanecido. Tenía miedo y me sentía asqueado. No sabía si había sido real o fue un sueño, pero también me sentía aliviado, ya no estaba en esa pesadilla.
Sé que pude ir aquella mañana a una comisaría, pero hubiera sido estúpido, ni siquiera le vi el rostro. Además yo me entregué a ella. Y ni siquiera estaba seguro si había sido un sueño.
Así que mi vida aparentaba ser la misma.
Esa vez, me levanté para alistarme e irme al colegio. Cuando terminé de ducharme no quise verme en el espejo, me sentía incómodo, como di ese cuerpo ya no me pertenecía, y entonces preferí revisar si tenía pastillas para el dolor de cabeza.
Verifiqué el cajón de primeros auxilios y encontré pastillas contra el dolor de cabeza, me tomé dos y salí del baño.
No recordaba que había pasado con mi camioneta, ni siquiera sabía si Teresa me trajo o manejé yo. Porque no quería hablar sobre el tema del sueño. Así lo quise suponer.
Caminé a la ventana y revisé que estuviera mi camioneta, si no estaba allí, estaría en la cochera. Pero efectivamente estaba estacionada como siempre. Eso me hizo creer que si era un sueño.
Al instante salió mi vecina de su casa con su animal asqueroso. Ella era la típica vecina que uno desconfía si realmente no es una bruja, y comi era de costumbre su perro defecó en mi puerta.
Recuerdo un lunes que la alarma no me sonó y cuando me desperté ya era tarde. Así que me aliste lo más rápido posible y cuando terminé, abrí la puerta principal con prisa y al poner un pie afuera ¡Clac! Pisé la caca resbaloza de ese perro, incluso perdí el equilibrio y caí sobre la caca. ¿Quiere saber qué fue lo peor? Que la dueña se reía, mientras yo me levantaba a cambiarme.
En fin, cerré las cortinas, acomodé mi habitación, tomé mi celular de la mesita de noche, desconecte el cargador y baje a preparar mi desayuno.
Mientras entraba a la cocina mi celular comenzó a vibrar, lo saqué del bolsillo, lo miré:
Llamada entrante:
Número Desconocido...
Responder Colgar
° ° °Contesté la llamada° ° °«“—¿Aló? —pregunté.
—¡Buenos días! ¿A qué hora se va al colegio? —contestó una voz masculina.
—¡Buenos días! ¿Quién es?
—¿¡Diay amigo!? Soy Marco. ¡No me diga! ¿Se fue a tomar cervezas sin mí o ya empezó a experimentar las drogas y tampoco me invitó?
—Déjese de tonterías. No tengo el tiempo para esas cosas. Y ¿Cómo pretende qué lo reconozca si es la primera vez que hablamo por celular?
—¡Ja, ja...! Es gracioso imaginar que usted mismo es el que se lo pierde. ¿Por qué? Porque usted un maldito vicioso.
—Ya basta, parece que ha usted le hace falta un poco. Además ¿Solo me llamó para saber a qué hora me voy?
—¡Ja, ja, ja...! Eres gracioso. Bueno, en realidad lo llamé porque Rosario vino ayer a mi casa a hacer una pijamada con mis hermanas y las tres quieren se acaban de despertar, son unas vagas —de fondo se escuchaba a Rosario diciéndole: "Cierre la boca, cabeza de gusano" y risas de las hermanas de él—. ¡Ja, ja...! Okay, el punto es ¿Tiene jamón? Es para hacer sándwiches.
—Bueno, ahorita lo que tengo es mortadela, porque el jamón se me olvidó comprar. ¡Por cierto, amigo! ¿Desde cuándo Rosario es muy amiga sus hermanas? —pregunté curioso.
—¿Qué le importa, entrometido? ¡Ja, ja...! Es broma. Desde unas semanas atrás. Incluso lo fui a buscar con Javier y Laura, para jugar un rato con el play station, pero usted no estaba. ¿Dónde la pasó ayer? Porque lo llamamos al celular y no respondió —se escuchó serio.
—No recuerdo nada, es probable que estuviera dormido y mi celular seguro lo puse a cargar, claro, tomando en cuenta que lo tenía en vibrador —traté de no recordar el sueño.
—Ah, eso lo explica todo. Y ¡Vaya! Tiene un sueño muy profundo, pero me alegra que haya estado dormido. Bueno ¿Le parece si en media hora paso a recoger la mortadela?
—Claro, nos vemos pronto.”».
° ° °Finalizamos la llamada° ° °
Prepararé el desayuno y en menos de diez minutos terminé de comer, repose un instante y me fui a bañar.
Cuando acabé, fui hacia la refrigeradora a sacar la mortadela.
Al momento escuché a Marco estacionar el carro al frente de mi casa. Abrí la puerta principal y le entregué la mortadela. Él se despidió y se marchó.
Aún era temprano. Iban a hacer las 10:00 a. m. Entonces, quise aprovechar el tiempo para ir a comprar pan relleno de jamón y queso y visitar a Laura.
Entré a la cochera, me subí a la camioneta, abrí el portón, y comencé a conducir hacia la panadería...
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Encerrados (en proceso)
Mysterie / ThrillerEl amor, para algunos es agradable y para otros cliché e irritante. Sin embargo, en está historia el amor no es tan sencillo. Piensa por un momento ¿Qué pasaría si empiezas a vivir eventos extraños, sin sentidos y aún peor peligrosos? Pues, "David y...