¡Eso no era un perro! ¡Era un bebé humano con partes de cerdo!
Traté de tranquilizarme, y lo dejé de ver. Me daba lastima, y no sabía que pensar.
Ese día estaba lleno de sorpresas.
Me alejé asustado. Pero no olvidé la imagen para dibujarlo al final del día.
Te daré su descripción.
Su cabello era el de un bebé de tres meses, que aún está creciendo. Su ojo izquierdo era humano y el derecho de cerdo. Sus orejas tenían el mismo patrón de los ojos, la izquierdo era humana y la derecha de cerdo. Su nariz era extraña, el tabique nasal era humano, pero la aleta de la nariz era "morro" (el nombre que se le da a la nariz de un cerdo). Sus labios eran humanos, pero tenía carrillada. Su estómago y pecho eran de bebé, los cuales tenían rasguños y su vientre estaba con las tripas afuera.(Los gusanos aprovecharon para comérselo. Y sus movimientos daban la apariencia de que el bebé estuviera vivo). Tenía piernas y brazos humanos, aunque no tenía pies ni manos sino que eran pezuñas.
Llegué al auto y lo revisé antes de quemarlo.
Tenían una bolsa llena de dinero, cigarros y un encendedor que me servía junto con las velas que andaba en la bolsa, y así quemar el auto.
Asimismo, había fotos mías, la licencia de conducir y un reloj. Guarde lo que había (menos los cigarros), en la bolsa y de paso, saqué las velas.
Inicié mi acto, regando el galón de gasolina en todo el auto, aunque le eche más al motor. Al terminar, me monté en mi camioneta y desde mi ventana encendí las tres velas y las tiré.
Observé la velocidad que recorría el fuego sobre la gasolina, mientras arrancaba la camioneta.
Decidí conducir para no estar tan cerca de la explosión y no haya sospechas sobre mí.
Mientras conducía vi por el retrovisor como explotó el auto. ¡Bum!
¡Vaya escándalo que se provocó! Apuesto a que el chillón todavía lo lamenta o llora por él.
Después de eso era el momento de ir rumbo a la "Avenida 21, calle 15".
Mi plan era aprovechar para buscar un centro comercial y comprar ropa para mi hermana.
Más bien la llamé, por aquello que estuviera preocupada.
Estacioné la camioneta y la llamé.
° ° ° Llamando a casa ° ° °
«“—¿Buenas? —preguntó.
—¡Hola hermanita! Te llamé para que sepas que estoy bien.
—¡Ay hola! Estaba a punto de llamarte, por eso te respondí directamente. Que alivio saber que estás bien. Cuéntame ¿Cómo te ha ido?
—Bueno, en lo que lleva el día, ha estado interesante. Pero probablemente ahorita vaya de regreso a casa con tus cosas.
—¡Gracias hermanito! Me alegro de que todo vaya tranquilo, si te encuentras en peligro me llamas.
—Claro hermana, no lo dudaré, por el momento seguiré mi camino, te quiero. Hasta luego.
—Hasta pronto hermano. También te quiero.”».
° ° ° Llamada finalizada ° ° °
Justamente, cuando terminé la llamada, pasaron tres camiones de bomberos, a una velocidad muy alta. Incluso movieron mi cabello.
Supuse que algún vecino se asustó por el ruido de la explosión y llamó al 911.
No presté atención y seguí mi camino como si no tuviera nada que ver en ese asunto. Después de unos minutos de conducir encontré un centro comercial. Tenía un letrero gigante que decía: "Landy".
El centro comercial era muy lindo, su decoración era del viejo oeste, algo diferente en ese tiempo.
El parqueo estaba un tanto vacío, así que no me tuve que preocupar por eso.
Me bajé y caminé hacia la entrada.
Tenía variedad de tiendas, iniciaba desde ropa, hasta electrodomésticos.
Cuando ingresé a una tienda de ropa para chicas, me percaté que había cuatro guardas que no me quitaban la vista de encima. Creí que no les di buena pinta.
Ellos estaban distribuidos de una forma lo suficientemente lejana para no poder distinguir sus gestos.
De repente, el entorno se tornó frío, las personas del alrededor se quedaban inmóviles.
Yo estaba confundido, no lograba entender la situación. Mientras trataba de comprender, tres de los guardas estaban igual que las personas.
El número cuatro estaba en el pasillo en frente de mí.
Traté de tranquilizarme, porque tenía la fe de que también estuviera en modo estatua. Pero solté un suspiro y comenzó a caminar rápido hacia mí.
Al instante los cuatros guardas comenzaron a gritar en unísono:
"El corazón no siempre es tan dulce, mucho menos cuando se trata de matar".
Estaba perplejo. Y fue entonces cuando el guarda inició a correr.

ESTÁS LEYENDO
Encerrados (en proceso)
Misterio / SuspensoEl amor, para algunos es agradable y para otros cliché e irritante. Sin embargo, en está historia el amor no es tan sencillo. Piensa por un momento ¿Qué pasaría si empiezas a vivir eventos extraños, sin sentidos y aún peor peligrosos? Pues, "David y...