«“—Queridos estudiantes, por órdenes de su señor director voy a mencionar los mejores promedios. Los iré diciendo numéricamente, desde el primero hasta el cuarto lugar. Vamos a comenzar con las 'señoritas' —se acomodó la falda y sonrió—. El primer lugar lo obtiene la señorita Sharon Fernández Gutiérrez, el segundo puesto Laura Anderson Thomas, el tercero Teresa Álvarez Phillips. Y por último Rosario Robertson Hunt. Denles un fuerte aplauso. —todos aplaudimos—. Continuaré con los promedios de los 'caballeros'.
El primer lugar lo tiene David Sibaja Hernández, segundo lugar Marco Williams Watkins, el tercero Javier Green Lawrence y el último Daniel Solano Zamora —caminó hacia su asiento—. Otro fuerte aplauso para ellos —nuevamente aplaudimos—. Felicidades chicos, han sido un ejemplo a seguir y estoy orgullosa todos ustedes. Gracias por su atención, jóvenes. Continúen con su trabajo."».
Todos estábamos felices, por nuestros esfuerzos, incluso por el de Daniel, quien no pertenecía a nuestro vínculo amistoso, pero fue un buen chico.
—Es extraño, porque nunca volví a saber sobre él. Pero no me voy a desviar de la charla.
Sharon se emocionó tanto que comenzó a cantar. Obviamente no lo hizo escandalosamente, supongo que apenas la escuchábamos los amigos. La canción era muy agradable, nos hacía sentir campeones y es que de eso trata su letra.
—¿Alguna vez ha escuchado "Hall of fame"? ¿No? Pues es muy buena, espero que si salimos de está, la escuchemos juntos.
Terminamos el trabajo. Y como fue siempre la costumbre. Todos los años de educación seglar, éramos los primeros en terminar.
Nos revisaron y salimos de la clase para ir al gimnasio, ya que nos tocaba la clase de educación física.
Al ser los únicos que habíamos llegado, el profesor nos permitió tener tiempo libre para conversar.
Después de perder la noción del tiempo con las bromas que nos hacíamos o las anécdotas que recordábamos de nuestro pasado, comenzamos a notar que ya estaba la mayor parte de nuestros compañeros.
Sonó la campana que avisaba el inicio de la clase.
«“El profesor indicó: que teníamos que irnos a 'cambiar el uniforme' para empezar.”» .
Por lo tanto, cada chico y chica se fue al vestidor que le correspondía.
Los vestidores estaban diseñados para que un estudiante nuevo no se confundiera. El comité estudiantil se esforzaba mucho para dar lo mejor de ellos, así que colocaron en cada puerta rótulos para especificar su uso o la materia.
En aquel caso eran los letreros para los vestidores.
El rótulo de los varones era color cerúleo con un chico color plateado. Sobre su cuello tenía puesto una toalla y en cada una de sus manos tenía pesas, todos los objetos mencionados eran blancos.
El de señoritas era color bígaro con una chica plateada. En su brazo izquierdo tenía un bolso blanco y en su mano derecha tenía un labial del mismo color.
En fin, me cambié lo más rápido posible para esperar a Sharon.
Salí y la esperé en una banca afuera de los vestidores.
Habían pasado ocho minutos y salió mi hermosa Sharon con una gran sonrisa.
«“—Mi vida ¿Cómo me ves está ropa? —era un buzo deportivo con suéter. Todo de color argén con rayas malva y con una tela de lana, suave y liviana.
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Encerrados (en proceso)
Mystery / ThrillerEl amor, para algunos es agradable y para otros cliché e irritante. Sin embargo, en está historia el amor no es tan sencillo. Piensa por un momento ¿Qué pasaría si empiezas a vivir eventos extraños, sin sentidos y aún peor peligrosos? Pues, "David y...