—Las olimpiadas eran competencias que se hacían cada año. El premio era dinero en efectivo, por lo general competiamos contra otros colegios.
Todo el año habíamos competido y la verdad fuimos mejorando, porque éramos muy malos o muchos tenían actividades extraescolares, así que éramos el equipo sorpresa. Justamente ese día nos tocaba competir con el colegio que ganó el año anterior.
«“El profesor dijo que yo merecía ser 'el capitán', porque tenía mejor resistencia, liderazgo y conocimiento de este deporte.”».
Eso me daba el derecho a elegir quienes iban a participar conmigo en el primer tiempo. De inmediato, miré a mis compañeros que serían jugadores y los comencé a nombrar: Sharon, Teresa, Laura, Marco y Luís Martínez.
Al estar todos posicionados, el árbitro sonó su silbato e inició el juego.
Laura comenzó soltando la pelota y la golpeó con su brazo derecho, desde atrás de la línea de límite posterior de la cancha, sobre la red y hacia la cancha del equipo contrario. Betty que era una chica del equipo contrario, era muy conocida por ser la mejor jugadora en los torneos, ella saltó y llegó a penetrar con los brazos y las manos sobre la red, dando un bloqueo que detuvo completamente el ataque, haciendo que la pelota permaneciera en la cancha de nuestro equipo, o sea hizo una “ofensiva”.
Yo me acerqué corriendo ya que yo era el bateador, mi objetivo era hacer que la pelota cayera en la cancha del equipo contrario para que no pudieran defenderse. Hice contacto con la pelota en el vértice del salto. En el momento del contacto tenía mi brazo derecho extendido sobre mi cabeza y ligeramente hacia adelante, haciendo el contacto lo más alto posible mientras mantenía la capacidad de entregar un golpe poderoso. Con el swing del brazo, la presión de la muñeca y una rápida contracción hacia adelante de todo mi cuerpo impulsando la pelota. Le di un rebote fuerte, el cual estaba casi en línea recta hacia abajo en la cancha del equipo contrario y dando un rebote muy alto en el aire.
«“—¡Es 'muerte'! Ese es el nombre de esa jugada —le destacó el profesor al conserje—. ¡Es un ataque que no es devuelto por el otro equipo, lo que resulta que es Punto! ¡Eeehhh! —celebró el profesor con el conserje, ya que ese truco era muy complicada y poco probable."».
Anotamos el punto y todos los espectadores de nuestro colegio comenzaron a ingresar a la cancha, saltando, algunos se empujaban entre sí o se botaban.
—No entendía porque lo hicieron, apenas estaba iniciando el juego. Pero no me percaté en su momento.
Busqué con mi vista a mí Sharon entre la multitud, para decirle que si ganábamos la llevaría a comer.
Pero me llamó la atención un grupo de personas formando un círculo y con expresiones preocupantes.
Me acerqué corriendo y tenían rodeada a Sharon.
Ella estaba acostada en el suelo salpicando sangre de su nariz. Yo empujaba a las personas que tenía en frente.
Al final se hicieron a un lado.
«“—¿¡Estás bien!? —le pregunté.
—Mi amor, me duele todo, y me están sofocado.
—Tranquila mi vida, ya me voy a encargar —miré a todos—. ¡Quítense! ¡Ocupa aire!”».
Yo la alcé para llevarla a la enfermería. Su rostro estaba lleno de sangre.
El profesor se me acercó corriendo.
«“—¡Santo Dios! está niña tiene la nariz rota. Camine más rápido. Yo voy a averiguar quién es el responsable de este acto —con la mirada tensa pidió tiempo fuera al árbitro y se fue a hablar con mis compañeros.”».
ESTÁS LEYENDO
Encerrados (en proceso)
Gizem / GerilimEl amor, para algunos es agradable y para otros cliché e irritante. Sin embargo, en está historia el amor no es tan sencillo. Piensa por un momento ¿Qué pasaría si empiezas a vivir eventos extraños, sin sentidos y aún peor peligrosos? Pues, "David y...