6. Misterio

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Era tan hermosa, yo no podía dejar de verla. Le sonreí y analicé cada detalle de ella.

Para mí ella era, es y sería perfecta para  siempre.

De repente, alguien me interrumpió la concentración. Esa persona levantó sus manos y me dio unas palmadas grotescas en la espalda. 

Sharon miró atrás, se encogió de hombros y soltó un chasquido con la lengua al separarla súbitamente del paladar.

La persona se rió. Y en ese momento supe que fue Javier.

«“—Javier, no me vuelva a hacer así. Porque no soporto esas bromas —lo miré enfurecido.

—Ay, eres un amargado —me miró serio.

—No me interesa lo que usted diga. Solamente no las vuelva a hacer.

—Está bien, perdón.

—¡Chicos! Tranquilos. Y amor, te he dicho que no molestes así, que no todos soportan las tonterías que haces. Además, debemos ir a clases —comentó Laura.”».

Todos comimos rápido y nos levantamos para ir a clases de informática. Sharon se fue apoyada en mí.

Cuando caminábamos los chicos molestaban a Rosario y Marco. 

Sharon y yo nos reíamos. Hasta que a unos centímetros de la puerta. Un chico pasó en medio de Sharon y yo, dándonos un empujón. 

Sharon estaba confundida y yo me enojé, así que lo detuve.

«“—¡Oye idiota! ¿¡Qué le pasa!? —mis amigos se detuvieron para mirar.”».

Sharon se acercó a Rosario y Marco.

«“—Pues se me antojo empujarlos  —él se burló—. Estúpido, mejor vaya a cuidar a la renca de su novia —se dio la vuelta y caminó.”».

El corazón me comenzó a latir más rápido.

«“—¡Ey idiota! —me acerqué hacia él. Él se giró para verme— ¿Se le antoja esto? —le lancé un puñetazo, que lo hizo caer en el suelo de inmediato. Se limpió la sangre del labio y frunció el ceño—. Si no se pone un alto. ¡Se lo pondré yo!

—¡Tranquilo, tranquilo! —se encogió de hombros— ¡Era un reto! —miró detrás de mí y luego a sus amigos—. Lo hice para impresionar a una chica —sacó su billetera—. Te daré mi dinero, pero no me haga daño.”».

Le extendí mi mano y él se tapó el rostro.

«“—Tranquilo. No lo voy a golpear. Es para ayudarlo. Y a la próxima piense mejor las bromas o los retos que hace.

—Está bien ¿Va a querer el dinero?”».

Negué con mi cabeza y me fui donde Sharon. Así que nos fuimos hacia la clase.

«“—Hola jóvenes. ¿Qué le sucedió a ella? ¿Por qué está vendada y por qué anda así las piernas? —preguntó el director.

—Hola señor. Es que se quebró la nariz y tiene unas lesiones, pero ya está mejor —contestó Javier.

—¿Y ya le dieron permiso para que se vaya a descansar? —todos intercambiamos miradas.

—No sabíamos que era posible
—respondió Laura.

—Ah, claro que se puede. Soy el director y para que vean, le voy a hacer un permiso ahora mismo —Citó el director.”».

Poco a poco Sharon me fue soltando la mano. Sus ojos se cerraron lentamente. Ella se estaba cayendo hacia el suelo. Yo la tomé con fuerza del brazo y puse mi otra mano detrás de su cabeza para evitar un accidente.

Ella tenía sus ojos cerrados. Apoyé mis rodillas en el suelo y coloqué su cabeza en mis piernas. Todos estábamos en shock.

«“—¡Se Desmayó! —gritó desesperada Rosario.”».

El director entró corriendo a su oficina llamando a Marco, para que le ayudara a localizar a mis suegros.

Entre tanto, revisé el pulso y la respiración de Sharon.

Sentí calma en todo mi cuerpo, porque respiraba. Así que le susurre en su oído derecho: "Mi amor, tienes que ser fuerte".

Laura se fue corriendo a la enfermería para pedir ayuda. Pero la enfermera nunca llegó.

Minutos más tarde llegaron sus padres.

Marco y yo subimos a Sharon en los asientos de atrás. Vimos cómo el auto se alejaba.

Marco me apoyó su mano al hombro.

«“—Estará bien, ya verás. Ella es muy valiente. Por el momento vamos a clases
—me dio unas palmadas.”».

Con el pasar de los minutos, los chicos estaban más tranquilos. Pero yo... Yo pasé toda la clase pensando en ella, no entendía porque pasó así de repente, no podía dejar de ver la hora a cada instante, le mandé mensajes a mis suegros pero no respondían. Laura me miró, y se acercó.

«“—No deberías estar preocupado. Usted mejor que nadie sabe que ella no le gustaría verlo así, porque ella está en las manos correctas, y si sucediera algo, serías el primero en saberlo.”».

Pensé en sus palabras y tenía toda la razón. Así que le sonreí y comencé a concentrarme en el trabajo.

Logré terminar la investigación sobre el "ADN".

Era la última clase. Y de pronto ¡Pum! sonó el timbre de salida.

Me fui rápido al parqueo, me monté en mi camioneta y arranqué.

Puse música aleatoria desde mi celular. La primer canción en sonar fue: "Welcome to the Jungle" de Guns N' Roses.

En el camino, divisé a Teresa, pero es obvio que saliera primero que yo, porque el parqueo está un tanto lejos. Además ella va sola porque no tiene con quién venir o irse del colegio. Frené mi camioneta justo a su lado...

Encerrados (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora