Por un segundo me asusté por los gritos que expresé, pero recordé que no hubo eco. O sino estaría metido en un gran problema.
El lugar era el típico sótano de una película de terror. Y cuando lo notaba, mi cabeza estaba buscando opciones para salir de allí.
La primera opción fue una ventana.
El dilema era que había unas tablas de madera y eso estaba obstruyéndola. Aunque gracias a ellas pude asegurarme que los idiotas no estuvieran afuera.
¿Qué me lo aseguraba? Sencillo, por medio de un hueco que había entre las tablas.
Sin embargo, lo único que veía era un carro Ferrari negro, es por eso que se corroboró mi teoría.
La segunda opción constaba en salir por la puerta.
No sé que hubiera hecho usted pero yo no quise hacer ruido quitando las tablas.
Y así fue como salí por la puerta.
Entretanto, intentaba escuchar donde se hallaban ellos.
Y seré honesto, fue más fácil de lo que creí.
Se escuchaban pasos en el ático.
«“—El ruido venía de aquí —dijo el chico.
–Quizás fue una rata.
—¿Y si es un fantasma? —deseaba que les apareciera la monja de mi visión. Pero no pasó.
—No sea tan idiota, salgamos de aquí —caminé hacia ellos.”».
Apoyé mi espalda contra la pared del pasillo. Me asomé y las gradas estaban abiertas. Ellos se estaban acercando.
Corrí hacia las gradas y las empecé a cerrar.
«“—Jefe, se están cerrando las escaleras —dijo el chico.
—Idiota, no tenemos que permitirlo —comenzaron a correr y sus pisadas soltaban polvo del techo.”»
Pero ya era muy tarde. Ya había cerrado las escaleras.
«“—¡Maldición! Intenta empujar —exigió la chica—. Salta sobre la puerta idiota. ¡Pero rápido, no me mire con esa cara de imbécil.”».
Ya no tenían forma de salir, hasta que me acordé del hoyo.
Así que corrí al sótano y arranqué lo más rápido posible las tablas, ya que, la ventana era grande y las tablas calzaban a la perfección.
Al terminar, subí nuevamente y escuché a la chica soltando maldiciones, mientras que el chico solo sollozaba.
«“—Usted es un imbécil, David —gritó la chica. Yo solté carcajadas—. El que ríe de último ríe mejor. Hijo de...
—¡Ja, ja, ja...! Lo siento señorita, no sabía que tuviera ese carácter.
—¡Ja, ja, ja... Jefe es mi impresión ¿o lo llamó "señorita", ja, ja, ja...! —vaciló el chico.
—¿Señorita? ¡Soy un hombre, inútil! —gritó chillando.
—¿Hombre? ¡Ja, ja...! Todo este tiempo creí que usted era una mujer ¿o me está vacilando? Porque nunca he oído un hombre que tenga esa clase de voz, chillona y dulce.
—¡Deja de decir que soy mujer! ¡Soy más hombre de lo que se imagina!
—¡Ja, ja, ja...! Pero no se enoje muchacha ¿o quiere qué le salgan arrugas?
—¡Cómo no me voy a enojar imbécil!
—¡Ja, ja, ja...! ¿Tal vez por qué anda con la menstruación? ¡Ja, ja...! Gracias por hacerme reír, porque su voz es como si una niña estuviera furiosa solo porque no le compraron una Barbie.
—¡Ja, ja, ja...! Jefe ¿No le compraron el vestido rosado? —comentó su compañero.
—¡Cállate imbécil! Si me vuelve a tocar las mejillas le voy romper los dientes, maldito gordo ¿De qué lado está?
Se escuchó una cachetada.
—Lo siento jefe, es que me dio risa. Pero estoy de su lado, hermanita.
—¿¡Y sigue de necio!? ¿Sabé qué? David, este idiota tiene una verruga con pelos en la nariz, hazle burla —exigió el chillón.
—¡Ja, ja, ja...!, ustedes están llenos de defectos horribles, parecen fenómenos. Uno sin su identidad de género definida y el otro anda una mosca pegada en la nariz ¿o se le salió un moco?
—¡Ja, ja, ja...! —se carcajearon los dos.
—Ja, ja, ja...! Inútiles, sigan riendo mientras buscan una salida y cuando lo logren podemos salir a comer y reírnos más.
—Desgraciado, ya no da risa, porque tiene razón —mencionó enojado el chillón.
—Pero si quiere, si podemos salir a comer. Ah pero —su tono fue triste—. Si es logra sobrevivi —comenzó a sonar burlista—. Mi querido amigo. ¡Ja, ja, ja...! —dijo el ronco.
—¡Ja, ja, ja...! Esa estuvo buena. Dame cinco hombre moco —sonó un "plas".
—Espera, ¿por qué me da cinco? ¿Por haber dicho lo de ser nuestro amigo?
—No se pase de idiota. Mejor Busquemos como salir. Y David le voy a rom...
—¿Me va a romper la nariz o me va a dar clases de maquillaje?
—¡Ya basta. Me tiene harto. Le juro que apenas salga de aquí lo voy a hacer trizas!
—¡Ja, ja...! Amigo sus amenazas ya cansan, debería ahorrarla y empezar a usar su cerebro para buscar una salida, porque creo que tienen el cerebro oxidado de tanta porquería que hablan.
—David, ere un maldito —comentó el de voz chillona, golpeando la puerta—. No sabe lo que le espera, mi jefa no es nada tonta, cada cosa que puede llegar a conocer no es lo que cree. Cada paso que haga ya ella lo tenía calculado. Pero déjeme darle un consejo.
–Ustedes hablan tanta basura que ya no sé si realmente se escaparon de un psiquiátrico. ¿Ustedes son subnormales?
—Bueno estulto, lo crea o no, le daré el consejo. Aprovecha el tiempo que le queda, nunca sabrá cuando va a tener dos vidas en fuego y solo una pueda salvar.
—Claro, ahora le daré uno yo. Hágase mujer, le saldrá más barato. Conozco chicas que tienen más masculinidad que isted. Ahora me voy. ¡Y por cierto! Me gusta el auto de ustedes. Es pero que les guste caminar o que su jefa les pague bien para comprar otro.
—¡No toque mi auto pedazo de escoria! Recuerda que un día está arriba y otro abajo. Así que si lo hace pronto podré vengarme, hijo de... —continuó hablando la voz chillona.”».
Tenía planeado quemar el auto, porque recordaba a ver visto galones de gasolina en el sótano.
Fui de prisa y encontré tres, solo tomé uno y salí de allí.
Al pasar por la sala de estar, analice la mesilla nuevamente. Y me percaté de un cuaderno verde. Me acerqué, puse el galón en el suelo y leí la primera página.
"Pertenece a Guillermo.
No lea mi diario secreto, es una falta de respeto y si sigue aquí
le arrancaré las entrañas y se la voy a dar de comer a mi perro, maldito."También había una pulsera, tenía formado el nombre: "Miranda".
Guardé ambas cosas en la bolsa. Recogí el galón y salí de la casa.Cuando iba rumbo al carro de ellos, analicé que en el césped seguía la perrita, no se había levantado de su lugar, apesar que vinieron esos idiotas.
De lejos se veían moscas sobre ella, creía que estaba enferma y que sería mejor llevarla al veterinario.
Caminé donde estaba, me agache, puse el galón a mi costado para alzar a la perrito.
Y al verla de cerca quedé en shock...
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Encerrados (en proceso)
Misterio / SuspensoEl amor, para algunos es agradable y para otros cliché e irritante. Sin embargo, en está historia el amor no es tan sencillo. Piensa por un momento ¿Qué pasaría si empiezas a vivir eventos extraños, sin sentidos y aún peor peligrosos? Pues, "David y...