El hombre de cabello largo y sedoso ardía de vergüenza frente al director del jardín de infantes, cargando a su bebé en el regazo.
-¿Entonces? - le preguntó a su hijo - ¿Vas a pedir disculpas?
El bebé había aprendido sólo un par de palabras hasta entonces, y usó la que más le gustaba acompañándola de una sonrisa malévola:
-No - dijo sacando por un segundo el pulgar de su boca, y seguir chupándolo tras la palabra dicha.
JeongHan suspiró profundo cerrando los ojos. Ser padre es cansador.
-¿Puede contarme qué hizo esta vez? - preguntó cuando reunió las fuerzas suficientes como para hacerse cargo de Chan - ¿Volvió a decir "dildo" frente a los niños verdad?
-Se metió en una pelea con SeokMin - dijo el director, tan pacífico como para meterse en sus nervios -. Le dejó un moretón en el brazo.
-¡¿SeokMin?! - interrogó ahora a su bebé - ¡¿El hermanito de Jun?! ¡¿Qué te picó, Chan?!
-Me dijo tonto - pronunció en ese acento que los bebés suelen tener, el de todos los idiomas del universo mezclado en una oración simple y muchas veces con una gramática espantosa.
-¿Entonces le pegaste?
-Papá y tú... - ya no supo cómo seguir el resto de la oración con palabras, así que sólo empuñó ambas manos y tiró golpes al aire, haciendo onomatopellas que a él le parecían graciosas pero a JeongHan le hacían morir de la vergüenza.
-¡Chan! - se escandalizó y lo detuvo de inmediato, agarrando sus pequeños puños y cubriéndolos por completo con sus enormes palmas - Disculpe - se refirió ahora al director, que tenía cara de preocupado.
-¿Todo bien en casa? - lo miró extrañado.
-Todo bien, director Hong. ¿Dónde está SeokMin?
-En detención, por decirle puta a una compañera.
-Puta... - el pequeño pareció haber aprendido una nueva palabra, y miró a su padre orgulloso, escupiéndole el discurso en la cara con una sonrisa - ¡Puta!
El castaño no pudo hacer más que ponerse completamente rojo, callar a su hijo y mirar al director que estaba riéndose a más no poder.
-¿Le parece gracioso?
Jisoo había olvidado que el menor repitió la palabra porque se la había escuchado decir a él mismo. De modo que sus risas cesaron de inmediato y miró cabizbajo y serio a los papeles que reposaban en su escritorio.
-No, señor.
-¿Entonces por qué se ríe?
La vergüenza le subía por todo el cuerpo, y alcanzó velozmente sus mejillas violentamente tintadas. Todavía no podía mirarlo a los ojos, ni responder.
-Olvídelo - se rindió con el adulto, e intentó seguir educando a su hijo - Chan, vamos a buscar a SeokMin, y vas a pedirle disculpas, ¿entendido?
A pesar de no entender varias de las palabras, el pequeño estaba asustado. Comprendía que debía obedecerle cuando su tono elevaba, porque significaba que estaba siendo reprendido. Pero ahora estaba confundido, no tenía idea de qué hizo de malo, por el contrario, creyó que su papi se pondría contento por lo que había aprendido. Tampoco sabía qué hacer para completar su castigo, pero lo sabría cuando él le demuestre qué hacer como siempre que se le llamaba la atención.
-Si, papá - contestó lo que fue entrenado para decir cuando debía obedecer.
JeongHan cargó a su niño en brazos y se dirigió a la puerta, despidiéndose del director avergonzado con un portazo lleno de furia.
-Escuchame Chan - dijo una vez que se encontraba caminando por los pasillos, buscando el aula de detención - uno no puede solucionar los temas a golpes.
-Pero papá y tú...
-Sht - lo calló el otro - papi y yo somos adultos. Los niños no deberían hacer cosas como esas.
-¿Y cuándo podré hacer cosas como esas?
El mayor se detuvo en seco. ¿Acaso estaba ansioso por sufrir como ellos?
-Espero que nunca... - retomó el paso - Y segunda lección del día - dijo bajándolo cuando encontró el aula deseada - Voy a hacerte una lista de palabras que no puedes decir bajo ninguna circunstancia.
-¿Y si las digo? - preguntó más para desafiar que para saber.
-Si las dices, el tío Cheolie va a hacer una ensalada contigo.
-¡Qué bien! - aplaudió contento el menor.
-No, Chan. Una ensalada contigo dentro del pote, no una ensalada con tu ayuda.
La felicidad se desvaneció de la cara del menor, y sus palmas juntas cesaron los aplausos para caer en pánico. En su lugar, una cara de espanto hizo su aparición triunfal.
-Así es, Chan. Pórtate bien - dijo para abrir la puerta al aula de detención.
Al entrar, identificar a SeokMin le resultó fácil entre los 29 banquillos vacíos. Era el único presente además de un profesor muy concentrado en mover un lápiz horizontalmente para hacer la típica ilusión óptica en su vista. Alcanzó a leer la etiqueta de su saco: «Mingyu».
-Permiso - pronunció JeongHan, haciendo que el moreno se asustara un tanto, y dejara su lápiz de lado, tratando de no parecer un imbécil aunque ya lo había visto jugar.
-Buenos días - el moreno recobró la compostura para saludarlo - Señor...
-Yoon. Señor Yoon.
-¡Oh! - reconoció el apellido de inmediato, mientras los dos menores se miraban con rencor - el padre de Chan, ¿verdad?
-El mismo - se cruzó de brazos -. Venimos para que Chan se disculpe con SeokMin por haberle pegado en el brazo.
Pero Chan no entendí lo que era una disculpa. Como le pasaba con varias palabras, siempre la escuchaba flotar en el aire, mencionada por varios, pero explicada por nadie. Así que tiró del pantalón de su padre dos veces, llamando su atención para que bajara a su altura, y cuando escuchó el susurro preocupado en su oído por parte del pequeño, sonrió.
No pudo creer que se le haya pasado por alto enseñarle lo que era una disculpa, y no sabía cómo explicarle, así que arrodillándose frente al pequeño y mirándole a los ojos, intentó explicarselo lo más simple que pudo.
-Chan, ¿qué hacemos papá y yo cuando ya no peleamos más?
Y la cara del pequeño se iluminó al haber entendido de inmediato. Le agradeció al más alto con un abrazo por la lección aprendida, y caminó torpemente por los banquillos vacíos hasta llegar a SeokMin. El profesor miraba la escena expectante, tanto como su padre, que observaba con atención.
Se acercó al enojado alumno en el aula de detención lo suficiente como para notar los poros de su piel y ponerlo nervioso, con el entrecejo fruncido y confundido, y derritió su alma de mini gangster cuando le depositó un suave y casto beso en la mejilla derecha.
La reacción de Min fue abrir los ojos ampliamente y entreabrir los labios sorprendido pero no disgustado. Cuando volteó a ver al pequeño, ya estaba completamente rojo, pero agradecido por la dulce ofrenda de paz. Se acarició la mejilla incrédulo, mientras Chan sonreía en frente suyo.
-Discúlpa - tendió la palabra con un tono que hizo que su corazón latiera todavía más rápido, sin saber formular una oración para ofrecerla correctamente.
-S... si... - es lo único que atinó a responder con la risa de los adultos a sus espaldas, pero demasiado hipnotizado como para hacer algo.
-Está bien, Chan - dijo su padre descruzando los brazos y llamándole con un gesto de mano - vamos a casa.
Y como le dijo su padre, Chan dejó a un muy rojo SeokMin en la sala de detención para salir felizmente al encuentro con su padre. Los dos se despidieron desde la puerta, tanto de Mingyu como de SeokMin, y cruzaron el pasillo para salir de la escuela y subir al auto.
-¿Lo hice bien? preguntó el menor en el asiento del copiloto.
-Lo hiciste perfecto, Chan.
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🍼👶🏼• Baby Dino's Adventures •👶🏼🍼
FanficEl pequeño Chan es guiado en su infancia por su muy poco normal familia ♥ Actualizaciones cada 4 días :) // irregulares por época de exámenes 😵