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Nuevo año, nuevo instituto, nuevos compañeros, la misma yo.

Desde que empecé la secundaria todos los años era igual: Llegaba el primer día, me registraba y después entraba al aula a sufrir las burlas de otras veinte personas que nunca se molestaban en saber de mi vida, pasaban los meses, reprobaba, le admitía a mi madre que era porque no me sentía capaz de seguir estudiando con ellos, el año terminaba y mamá me cambiaba de colegio con la esperanza de que todo mejorara.

Pero yo sabía que no iba a cambiar, vaya a donde vaya siempre seré "Jessie la fea".

El primer día entré antes que nadie porque el director le había enviado un mail a mi madre diciendo que aún faltaba que entregue un formulario para validar mi inscripción.

Caminé por los pasillos utilizando la capucha de mi campera para esconderme en caso de que alguien pasara por allí. Mi celular vibraba como loco en el bolsillo, pero no podía  distraerme o terminaría perdiéndome.

Llegué a la gran puerta que marcaba la entrada a la Secretaría y la empujé sin ganas. Una voz que parecía  provenir de un chico joven me sacó de mis pensamientos.

- ¡Hola! Soy Tom, alumno de último año y voluntario aquí. ¿En qué puedo ayudarte?

- Vengo a entregar este formulario. - Susurré sin levantar la mirada. Ese chico cursaba en el mismo año que yo y se oía mucho más alegre.

Mientras él revisaba los papeles saqué  mi celular. Tenía 40 mensajes en Caleidoscope, que era una de esas aplicaciones en dónde te creas un personaje e interactuas con otros mientras pasas misiones. Allí era Chassidy Mallow, una adolescente común y con muchos amigos a los que no les importaba mi apariencia física.

- Jessica, ya ingresé todos los datos al sistema. Lo único que falta es una foto tuya para completar tu archivo.

"Genial, ahora la primera persona que conozco que tiene mi edad, va a ver mi cara y a empezar a burlarse de mí." Dejé el celular sobre el mostrador mientras buscaba la foto en mi billetera.

Cuando se la entregué escuché el típico sonido de sorpresa que hacían todos los secretarios cuando veían una de mis fotos. Después de eso no dijo nada más hasta que me dio el comprobante del cambio junto con mis nuevos horarios y un mapa del colegio.

Salí de la Secretaría justo a tiempo para el toque de la primera hora.

*****
¡Hola! Continuaré esta historia. Para todos los que ya habían leído este capítulo les pido que lo vuelvan a hacer ya que le cambié algunas cosas.

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