Las semanas pasaron y poco a poco me fui adaptando al colegio. Por primera vez desde que mi padre había quemado mi rostro, parecía que la gente se había aburrido de mirarme. Era una sensación extraña, la tranquilidad, ser parte de la masa heterogénea de estudiantes que se paseaba por los pasillos.
Comía todos los días con Yazmin y sus amigas, que me habían aceptado como una más del grupo, a pesar de que no hablaba mucho. Luego volvía a casa, hacía mis deberes y jugaba a Caleidoscope hasta la hora de cenar. Al fin estaba viviendo lo que creía que era la vida de una adolescente normal.
— Mi familia hará una barbacoa este sábado. — Comentó la pequeña pelirroja mientras esperaba a que retirara mis cosas del locker antes de irnos a casa. — Estas invitada si quieres.
— No lo sé...— Dudé al mismo tiempo que intentaba detener una pila de cuadernos y papeles que amenazaba con caer sobre mí. — Sabes que no me gustan los eventos sociales. — Cerré la pequeña puerta de metal.
— Al menos inténtalo, será divertido. — Sonrió apoyando una mano sobre mi hombro. — Se te cayó algo. — Añadió señalando al suelo.
Maldije para mis adentros pensando que debería volver a batallar con mis cosas para guardar la pequeña hoja morada a la que se refería. Hasta que recordé que odiaba el morado y por lo tanto no tenía papeles de ese color.
Me incliné para tomarla y averiguar de quién podía ser. Mis ojos se abrieron de par en par al leer la primera palabra: Chassidy. Era otra nota.
— ¿Jess? — Preguntó preocupada. — ¿Estás bien? ¿Jessica?
— N-No es nada. — Respondí saliendo de un trance en el que no sabía cuando me había metido y guardando el papelito en mi bolso.
— Nadie reacciona así por nada. — Insistió. — ¿Qué pasa?¿Qué dice?
— Es solo otra estúpida nota. — Suspiré. — Las estoy recibiendo desde que llegué a este lugar, es algo normal supongo.
— ¿Son amenazas? ¿Sabes quién las envía?
— No. — Me encogí de hombros. — Tampoco me importa. — Para demostrarle que lo que era cierto volví a buscar el papel y lo abollé entre mis manos antes de arrojarlo a un cesto de basura cercano. — Sólo vayamos a casa.
— Mmm...— Me dirigió una mirada dubitativa. — Bueno, pero si recibes otra me avisas, es la primera vez que escucho que algo como esto pasa aquí.
— Debe ser obra de algún bromista, no le des tanta importancia al asunto.
Inmediatamente busqué cualquier excusa para cambiar el rumbo de nuestra conversación, pero en mi cabeza no podía parar de pensar en qué debería haberla leído por completo. Hacia mucho tiempo que no recibía una.
Al llegar a mi casa intenté olvidarme del asunto manteniendome ocupada y lo logré hasta minutos antes de irme a acostar, cuando la pantalla de mi celular se iluminó con el mensaje de un número desconocido.
Desconocido: ¿Por qué tiraste mi carta sin siquiera leerla, Chassidy?
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Fea
General Fiction"Fea", "anormal", "atracción de feria", "monstruo", "espantapájaros", "patética", "rara". Con estas y muchas otras palabras del mismo estilo me describieron desde el incidente. La gente adora lo morboso, ¿y qué mejor que una adolescente con la ca...