—¡Jessie! ¿Está todo bien ahí arriba? —La suave y amable voz de mamá, teñida con su característica dosis de preocupación, me llegó desde el final de las escaleras en cuanto me digné a salir al pasillo en busca de mi ropa de cama para ponerla a lavar.
—¡Voy a tomar una ducha! —Respondí, sin realmente resolver su duda, esforzándome para ocultar el hecho de que había estado llorando por quién sabe cuánto tiempo. Otra cosa que odiaba de esas malditas píldoras era que después de tomarlas, los relojes me parecían como hechos para seres de otro universo. Pero no quería que ella supiera todo esto, seguramente sus propios miedos ya le habían carcomido la cabeza demasiado por un día.
—¡Date prisa, llamó tu tutor y como no respondías dijo que probaría de nuevo en media hora! —Gritó de regreso antes de abandonar su lugar.
¿Por qué mi corazón se había acelerado al pensar que Tom había preguntado por mi? ¿Por qué sentía la urgencia de arreglarme lo mejor posible si ni siquiera lo iba a ver? ¿Por qué estaba corriendo con un par de mantas apestosas entre los brazos como si ponerlas en la lavadora fuera una cuestión de vida o muerte? "Concéntrate, soldado." Me reprendí. Lo más importante era: ¿Por qué le había marcado a su número si tenía el mio?
Mientras estaba metiéndome en la bañera las drogas empezaron con el segundo efecto colateral que más detestaba: El sueño. Era el peor momento posible para quedarme dormida, así que intenté enfocarme en qué debería hacer con mi teléfono y si realmente valía la pena revisar los mensajes de mi padre para mantenerme despierta. Pero mis ideas estaban desparramadas por todos lados, se mezclaban con recuerdos o eran interrumpidas por otras que no tenían una gran conexión con las primeras a decir verdad.
Observé la botella de shampoo y decidí que no valía la pena arriesgarme a morir en aquella situación solo porque quería que mi cabello oliera a manzanilla y lavanda, por lo que era momento de salir de allí. Mi cama, incluso sin hacer, parecía llamarme apenas crucé el umbral de mi cuarto. Quizás podía tomar una breve siesta y vestirme más tarde… Ni siquiera pude terminar de considerar si era una buena opción antes de que todo se volviera negro.
—¡Oh Díos mío, Jessica! —El grito de sorpresa de mi madre me hizo abrir los ojos al instante. La cabeza me dolía y me sentía un poco desorientada. Miré a mi alrededor y las sombras de las cosas se habían movido, lo que implicaba que había pasado al menos media hora. —Disculpa, Tomás, te llamaremos en unos minutos, si no te molesta. —En ese instante noté que tenía su celular entre las manos. En una video llamada. Y yo estaba básicamente desnuda, con todas mis cicatrices a la vista.
—No hay problema, señora Key, tómense su tiempo. —Por el tono de su voz supe que estaba esforzándose para no sonreír.
"Debería haberme resbalado con el jabón."
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Fea
General Fiction"Fea", "anormal", "atracción de feria", "monstruo", "espantapájaros", "patética", "rara". Con estas y muchas otras palabras del mismo estilo me describieron desde el incidente. La gente adora lo morboso, ¿y qué mejor que una adolescente con la ca...