Vanessa
Vanessa ya tenía todo preparado para la misión humanitaria en Turquía, sabía que todo saldría bien, que Aiden y ella se divertirán. Ambos estaban tan emocionados que no había dejado de hablar sobre ese tema durante semanas.
Está en su habitación de pie justo enfrente de la cama mirando las maletas desechas sobre el piso y la ropa regada sobre su cama. Solo piensa en lo fastidioso que será recoger todo después, resopló cansada y más confundida que nunca. Nunca a sido difícil para ella escoger su ropa. Ahora ni siquiera sabe que jeans llevar y cada vez que no le gusta la prenda de ropa la deja caer a un lado.
¡Problemas típicos de una mujer!
Marius sonreía como un tonto por la webcam.
— Te juro que si no vienes a Suecia en cuanto termine la misión en Turquía, yo iré personalmente por ti, sabes te exijes tanto en tu trabajo que ya casi no puedo verte y a mí me sucede lo mismo, pero recuerda que yo siempre quiero verte, siempre —
Se giro hacia Marius, no le contesta nada y decide enseñarle una blusa amarilla a través de la pantalla. Sabía que le gustaría. Se sentó en el piso sobre unos almohadones qué bajo de la cama, lo hace para quedar a la misma altura que Marius y verle perfectamente; puede ver como se mueve su cabello rubio blanquecino y recuerda las fabulosas tardes en Suecia.
Inclinó su cuerpo sobre la cama para poder hablar mejor, pero al hacerlo siente como algo se aflojaba y tontamente recuerda que cuando al salir de la ducha, lo primero que se puso fue una pequeña bata y esta se soltó de su cuerpo.
¡Qué pena!
Instintivamente se cubrió el cuerpo antes de que se cayera completamente, me sonrojo y miró hacia la pantalla solo para darse cuenta que él si lo había notado, se acercó a su pantalla y levantó sus cejas de manera sensual. Se sonrojo y sonrió algo avergonzada.
— ¿Ya podrías quitarte esa fina bata de una vez? Me desespera ver que en cualquier momento se te pueda caer —
-—¿Te sientes desesperado? —le contestó divertida — Creo que te vas a sentir muy desesperado si hago esto —
Toco la fina tela de seda y bajo la bata levemente hasta dejar sus hombros descubiertos al igual que una parte de sus pechos.
— ¡Te juro que no te molestaré... por ahora! —Su corazón palpita a mil por hora al verlo. —Retomando el tema de la ropa lo que intentaba decirte y espero que me escuches, es que no creo que deberías de llevar esa falda tan sexy a ese país.
Él está preocupado y lo entiende. Una extraña sensación emoción nace en su cuerpo con tan solo escuchar su risa.
— Incluso podrías ir a la cárcel, pero como yo soy todo un caballero iría a sacarte de ahí, aunque compadezco a los pobres hombres turcos tus provocaciones les causaran divorcios —
— Que romántico suena todo eso, sobre la cárcel pero no me gustaría experimentarlo... Además me he puesto a investigar y encontré qué en Turquía los hombres son atractivos... podría enamorar a un turco millonario y convertirme al Islam —
Desde hace un tiempo ellos ya no son solo amigos. Lo a notado con simples acciones tan pequeñas, pero importantes, como las maneras en las que habla sobre ella o las platicas tan privadas que solo ellos tienen. Pero en otras ocasiones no lo entiende, se besan e incluso llegan hasta el punto más íntimo de las parejas, pero después todo cambia y lo mira besar a otras chicas. Y hasta este momento no a sentido celos en ningún momento.
— Marius tú sabes que tienes mi corazón y algo que nadie más puede tener... — le dijo hablando con sinceridad. Termino su frase con un tono de voz un tanto pervertido,solo quiere pasar un momento divertido con el.
— Vanessa, estas jugando con fuego, estoy comenzando a creer que lo haces a propósito, ¿Sabes cuántos kilómetros me separan te ti? no podría ir simplemente corriendo —le dice haciendo una mueca de frustración. Suecia está muy lejos de Suiza.
—Supongo que son muchos kilómetros, y jamás llegarías corriendo aunque podrías intentarlo si quieres estar conmigo —
Comenzó a bajar de nuevo su bata ahora más lentamente, poco a poco se desliza por sus delicados hombros, sabe que a Marius le encanta esto y literalmente está teniendo una muerte lenta....
Sonó el timbre de su casa.
¡Pero que interrupción tan inoportuna!
Se detiene asustada y sube de nuevo su bata, Marius le dice algo pero no puede ponerle atención. Se pone de pie para ver quien esta molestándola en su día libre, solo espera que no sea uno de sus vecinos enfermos.
Retiró las cortinas y se inclinó sobre la ventana para ver quien es, si esta segura que debe de ser alguien que quiere una consulta medica. Acerca su rostro al cristal y baja sus ojos para ver la entrada de su casa.
— ¡No puede ser cierto! — gritó histérica.
— ¿Es muy importante que abras la puerta? — prestó atención a la voz preocupada de Marius.
Pero no contesto, solo corrió de un lado a otro para ponerse una ropa mas decente. El príncipe luce ajeno a toda la histeria de la mujer, esperaba plácidamente en la puerta de la casa.
—Él príncipe esta esperando en mi puerta principal y lo único que me pregunto es él porque tuvo que llegar precisamente en este momento. De verdad Marius lo siento muchísimo —
Rápidamente bajó por las escaleras y justo antes de abrir la puerta se detuvo para analizar que todo estuviera en su lugar, no quería libros regados por los sillones. Se puso los zapatos, pellizco sus mejillas y sonrió como nunca antes.
¡Necesitaba verse radiante en cualquier momento!
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THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]
Teen FictionVanessa es una reconocida doctora, es feminista y liberal, eso cree hasta que a su consultorio llega un paciente muy peculiar, como por ejemplo el futuro rey de Inglaterra. The Prince Brain, saga médicos Libro 1 No se aceptan ningún tipo de adapt...