Capitulo 31

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Alexander

Alexander puede sentir la corriente de aire frío sobre su cara qué lo anima a correr más fuerte. Aquí no había periodistas ni turistas, solo el frondoso bosque, a las afueras de su mansión en Londres

Sigue corriendo por el camino marcado entre los frondosos árboles, puede sentir como sus músculos se estira y olvidaba el estrés con cada trote. Los asuntos políticos de la Corona son desgastantes, en el parlamento nunca se ponen de acuerdo y siempre le dejan las peores decisiones a Alexander. Todos y cada uno de ellos saben que él será el próximo rey, pero el trabajo no es fácil si el príncipe siempre está rodeado de arpías.

— ¡Majestad, Majestad! — Benjamin le hablaba sin subir mucho el tono de voz,  hasta que Alexander se detuvo para respirar, se quitó los audífonos y por fin se dió cuenta de la presencia de su asesor — Se que no le gusta que lo interrumpan cuando hace ejercicio pero la reina lo está esperando —

— ¿Está ordenando que la vea cuando está en mi mansión? —

El asesor no sabía que otra cosa hacer más que asentir. Sin embargo el príncipe parece que lo tomó en broma.

— Dile que se espere cómo todos los demás, que coma te y galletas —

Alexander se puso sus audífonos y comenzó a correr de nuevo dejando atras la figura de su mayordomo.

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Vanessa

Vanessa no podía estar más cómoda. Toda la cama era para ella sola, así que hundió la cabeza por todas las almohadas hasta encontrar la de  Alexander. Creyó que sería reconfortante oler su perfume pero cuando lo hizo sinto tantas náuseas que tuvo que ponerse de pie de un salto y correr hasta el cuarto de baño.

«Por culpa de él estoy asi» pensó mientras se arrodillaba junto a la taza de baño. Días antes no había sentido ningún tipo de molestia, ahora Vanessa solo quiere estar dormida y tiene tan mal humor que ni ella misma se soporta. Con cuidado de no caerse se puso en pie, bajo la perilla del baño, se lavó la boca y se fue a dormir de nuevo.

Pero el sonido de la Gaita fue la segunda razón que no la dejo conciliar el sueño. Cuando por fin lograba conciliar de nuevo el sueño, un par de brazos la levantaron de la suave cama para pegarla a un pecho sudado.

Al entrar a la habitación Alexander la vio enredada entre sus sábanas al igual que una momia y solo pensó en molestarla. Se quitó la sudadera y fue  hasta la cama.

— ¡Alexander déjame en paz! — dijo Vanessa mientras trataba de sacarse del agarre, pero el brazo de Alexander se aferraba a su estómago y la mantenía junto a pecho — Estás llenó de sudor, aléjate —

Vanessa sintió náuseas de nuevo, eso no es bueno. Alexander la besaba en cuello y la llevaba de nuevo hasta el cuarto de baño. Cerró los ojos tratando de olvidar las náuseas pero el sonido de agua la distrajo

— ¿Que... haces? — se cubrió el rostro y sintió como se sonrojaba. Alexander alejado solo unos centímetros de ella la miraba con una sonrisa pícara.
— ¿Porque estás desnudo?... ¡Cubrete eso! —

— Ya me haz visto muchas veces así. No debería de ser extraño — contestó Alexander al verla cada vez más roja.

Se adentro en la ducha y dejó que el agua fría mojara su cabello, se quitó el agua del rostro y la miró tratando de salir del baño. Oh no querida.
Salió de la ducha y la tomo de nuevo causando que se sorprendiera, y cuando el agua fría la mojó soltó un largo suspiro.

THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora