THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]

Capitulo 22

Vanessa

Los nervios no son normales en la mente de una neurocirujana, durante toda la universidad te enseñan a controlarlos al ponerte los peores pasientes frente a un asustado residente. Así que ya después de muchos años de ver sangre, gritos y todo lo peor de un hospital, el hecho de estar nerviosa hace que Vanessa se estremesca y que el movimiento de sus manos se vuelva torpe,

Antes de salir con el príncipe, cuando tenía una vida de noches de fiesta y muchos posibles novios cada semana,
ni siquiera conocía los nervios, estos no existían en la vida de una mujer exitosa. Pero ahora esta tan nerviosa como jamás me le había pasado en toda su vida.

Hay días en los que, es imposible si quiera saber de Alexander, sin embargo es la primera vez que le agradece a la tecnología, ya que todo el tiempo puede apreciar su perfecto rostro de ese apuesto príncipe en la televisión, ya sea en diferentes actividades políticas en Inglaterra, en visitas de estado u otorgando una que otra mirada seductora para su club de fans.

Nunca creyó que su relación seria  formal, pensó que solo serían encuentros sexuales y nada más, pero  no fue así. Por lo que ahora es la mujer más odiada del mundo, tiene una barrera de odio de todas aquellas mujeres que han pasado por las manos de Alexander. Claro que al visitar Buckingham, las miradas que la analizan no son de la reina, sino, de aquellas mujeres que quieren verla fallar en cualquier cosa.

Es imposible que un hombre como el príncipe, acostumbrado a tener a una mujer diferente cada día, cambie de la noche a la mañana, podía escoger a cualquiera y está se arrodillaria sin problemas, así que para todos es  bastante extraño que solo quiera estar con una mujer.

— ¿Doctora se encuentra bien? ¿Quiere ayuda para terminar su trabajo? —

Pregunto su amigo Aiden levantando su mirada del cerebro expuesto del paciente. Las enfermeras y Aiden no dejaban de verla como si fuera a hacer alguna tontería en plena cirugía.

— Por supuesto que estoy bien.
No debería de cuestionar mi trabajo, doctor. Necesito gasas, por favor -—

Aiden no dijo nada más durante la cirugía, solo en ocasiones podía sentir su preocupada mirada. Logró terminar su rutina quirúrgica, cortar, cauterizar, revisar y coser. Tan estricta como una partitura de piano.

— ¿Que demonios te pasa? quiero una buena explicación, no acepto tonterías de tu parte —  dijo Aiden al entrar a la sala junto a mi. Dejo el cubrebocas a un lado y mojo su rostro con agua fría.

— No me pasa nada Aiden...solo estaba pensando y me distraje un poco — solto su cabello — Además ahí adentro hacia mucho calor, posiblemente me sentí mal, eso es muy normal —

Aiden entrecerró los ojos y se recargo en la encimera metálica.

— Imposible, jamás te sucede eso. Creo amiga, que debo de recordarte que paraste en medio de una operación, ¿sabes las miles de cosas que le pudieron haber pasado al paciente? ¡Dios me estás preocupando! Y yo jamás me preocupo de esa manera por ti —

— No seas ridículo, se lo que pudo haber pasado, pero al final todo salio bien, dame un respiro Aiden. Entre la familia real y el trabajo siento que me van a volver loca. No estoy hecha para las relaciones serias  — paso su manos por su rostro con desesperación — Y tú amigo, eres un exagerado —

Aiden ladeó su cabeza, se quitó su gorro, para dejar caer su cabello por su frente.

— Alguien en esa sala debía de recordarte que tú eras la cirujana, las enfermeras no se atrevía a hacerlo porque no quieren tener problemas con la novia del príncipe, así que decidí hacerlo yo  —