Capitulo 25

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Vanessa

—  No se preocupe doctora, no estoy enferma ni nada de eso. Me levanté muy temprano para venir al hospital porque soy su fan — comentó la mujer con una amplia sonrisa, acercando demasiado su cuerpo al escritorio de Vanessa — ¿Quiere tomarse una foto conmigo? —

¿Por dios que está haciendo?

Sin previo aviso, aquella mujer se abalanzó para tomarse una fotografia. El flash la segó unos instantes. Confundida y un poco mareada por el acto Vanessa se puso en pie.

— No creo que esto sea lo correcto. No puede hacerse pasar por una mujer enferma, Señora. Fingir su desmayo en emergencias es contra las leyes del hospital —

— No lo entiende, cuando todas mis amigas vean está fotografía... seré famosa. ¿Quiere que le diga un secreto? — bajó el tono de su voz y acercó de nuevo su cuerpo al escritorio — Le aseguró que la mitad de los enfermos en la sala de emergencias solo están aquí por usted, es una inspiración para todas las mujeres, ya que por fin rompió con al tan aburrido cliché de la chica asustadiza y dependiente de un hombre. Nos dió una esperanza a todas las mujeres. Participó en un grupo feminista, lo siento pero es mi inspiración y la única forma que tuve para entrar fue la ayuda de sus internos —

— Huh ¿Gracias? ¿Que iba a decirme acerca de mis internos? — preguntó dudosa.

— Se supone es secreto, pero en fin, a usted no puedo ocultarle nada ¿Será como una secreto en doctor y paciente? ¡Como sea!, hay unos cuantos jóvenes que dicen ser internos suyos, por una cantidad de dinero venden ideas para hacernos pasar por enfermos y así llegar hasta aquí, con usted —

¿Que se supone que están haciendo sus esclavos, perdón, sus internos?

— Lo siento me encantaría escucharla pero tengo más pacientes, así que, adiós —

Ella confundida, no dijo nada cuando caminó hasta la puerta y la espero junto al marco.

— ¿La próxima vez que de verdad venga enferma al hospital, si me creerá? —

— Tal vez si vienes para cirugía o muerta. De otra forma no podré creer en ti, no se desanime quizá no se enferme tan pronto — al ver su rostro asustado, le sonrió ampliamente
— ¡Que tenga un buen día! —

La miró irse por los pasillos del hospital y suspiré cansada. Una nueva voz ánimo su día. 

— Otra vez asustado a tus pacientes, ya es costumbre en ti ¿No crees? — Dice Aiden al entrar en el consultorio. — ¡Por dios, has tenido todo el tiempo una mina de oro en tu librero y nadie se ha dado cuenta, ni tus pacientes, ni las señoras de limpieza y mucho menos tu, que el amor te ha cegado  —

— Aiden siempre reviso todo muy bien, no puede haber nada que mis ojos no hayan analizado... —

La corbata de Alexander se encuentra justo encima de los libros de medicina, era muy fácil de encontrar, pero milagrosamente nadie la había visto. Sin pensarlo su rostro se puso como un tomate y la tomo rápidamente para guardarla.

— No me quiero imaginar cómo es que esa corbata terminó aquí — Aiden cubrió su rostro con ambas manos.  Cómo olvidar los encuentro en su consultorio, nunca podra olvidar a Alexander sin camisa o sus manos recorriendo su espalda —  ¿Por que en tu consultorio? Pudiste haber tomado el cuarto secreto —

— Por dos cosas Aiden, uno: el cuarto secreto estaba ocupado y dos: mi consultorio es más cómodo, tengo una camilla, una silla y un escritorio, además en el cuarto secreto alguno de mis internos podría descubrirnos y ya bastante tienen con pensar que su jefa es una descarada — 

THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora